LA MEDITACIÓN – Toma de Energía y Protección – Lección 13.3

EJERCICIO DE CUBRIMIENTO Y PROTECCIÓN

Activamos los vitris de nuestras manos, las llevamos arriba, y visualizamos como desde nuestra Presencia Superior desciende una esfera de luz blanca purísima que ingresa a través de nuestras manos, baja por nuestros brazos y se ancla en el centro vishuddha en la garganta. Llevamos los pulgares al centro de nuestras manos para cerrar el flujo de energía.

Visualizamos como esta energía de luz blanca purísima se distribuye equitativamente en nuestro sistema de siete chakras principales, empezando por el chakra base, activándolo. Allí la energía pulsa y vibra en forma rítmica y creciente. Realizamos el mismo ejercicio para el resto de nuestros chakras, hasta finalizar en el chakra de nuestra coronilla. Allí la energía pulsa y vibra en forma rítmica y creciente.

Juntamos nuestras manos arriba sin sacar los pulgares, las bajamos hasta el pecho, sacamos los pulgares conformando el Mudra* de acción de gracias, diciendo: “Gracias Padre por permitirme disponer de tu omnipotencia”. Invertimos el Mudra y conformamos el Yantra, poniendo a disposición de nuestra presencia interna la energía que acabamos de descargar, y decimos: “Padre, hágase tu voluntad, y no la mía”. Llevamos las manos a la cabeza, ubicando nuestros dedos pulgares en nuestra coronilla, los alejamos 5 centímetros, juntamos las palmas y bajamos los brazos mientras decimos: “YO SOY la inmensa energía electrónica, que fluye, que renueva y que llena, cada célula y partícula de mi mente y mi cuerpo, ¡ya! en este mismo momento”.

Volvemos a activar los vitris de nuestras manos, las llevamos arriba, y visualizamos como del cosmos desciende un punto de luz Azul Cristal, que se detiene a 20 metros de nuestra coronilla, esta luz pulsa de forma radiante y se empieza a expandir, conformando a nuestro alrededor un círculo de protección, uniforme, y con un grosor que llega hasta nuestro centro corazón. Bajamos las manos al pecho y decretamos: “YO SOY el gran círculo mágico de protección alrededor mío, que es invencible y que repele, todo elemento discordante que intente entrar a molestarme”.

Subimos las manos nuevamente y ahora visualizamos como desde la magna presencia superior, desciende una estrella de 6 puntas de color dorado refulgente, se ubica a 20 centímetros de nuestra coronilla y gira intensamente, llenando todo nuestro ser y nuestro mundo con luz dorada purísima. Llevamos las manos al pecho y decimos: “YO SOY la iluminación y sabiduría de Dios, dirigiéndome en todo lo que haga. Yo comprendo y bendigo a toda vida que contacte en este día”.

En ese momento el cubrimiento está hecho. Sin embargo, si se desea se puede descargar otra serie de cualidades. Aún no hemos llegado a ese tema, pero los dejo aquí por si desean aprenderlos:

Del infinito vemos descender un punto de luz verde que ingresa por nuestras manos y se expande hasta conformar una pirámide de más de 20 metros a nuestro alrededor, y decimos: “YO SOY la perfecta salud manifestada ahora, en cada célula de mi cuerpo y en cada partícula de mi composición, la perfecta juventud, belleza, armonía, pureza y fuerza YO SOY”.

Del gran cosmos vemos descender la luz oro-rubí de la provisión y la luz rosa del amor divino, las cuales se conjugan en una sola vibración que penetra en nuestro corazón y se expande hasta cubrir todo nuestro ser y nuestro mundo, permaneciendo dentro de la pirámide de luz verde que hicimos previamente. Y decimos: “YO SOY la gran abundancia de Dios, hecha visible ahora mismo y continuamente para mi uso ilimitado”. “YO SOY la presencia del Amor Divino en todo momento”.

Del infinito desciende un pilar de llama violeta purísima que ingresa por nuestros pies, sube a través de nuestra red de chakras y se proyecta hasta más allá de 4 metros a nuestro alrededor, conformando un cilindro de llama violeta purísima que disuelve y consume cualquier rastro de energía discordante que esté en el ambiente. Y decretamos: “YO SOY el fuego divino que disuelve y consume toda energía discordante su causa y su núcleo”. “YO SOY la llama del perdón que consume todo error”.