fbpx

No darle consejos a otro | Saint Germain

No darle consejos a otro. Sabiendo esto, nadie debería tratar de aconsejar a otro. EL DIOS EN CADA UNO ES EL ÚNICO QUE SABE LO QUE MÁS LE CONVIENE A CADA INDIVIDUO.

Todo aquel que experimente una actividad discordante debería dirigirse a un lugar donde pueda estar en completo silencio y que no se le interrumpa. Luego, haciendo lo mejor que pueda, debe entrar al, Gran Silencio y, aquietándose, decir: «“¡Magna Presencia YO SOY!” Exijo que se me haga conocer la actitud correcta y actividad que yo debo asumir para ajustar y solucionar este problema!» Si la respuesta no viene de inmediato, debe volver a entrar todos los días al Silencio y continuar exigiendo que se le dé la Respuesta Divina.

Debe exigir también que se le muestre, a través de la Visión Interna, todos los detalles que deben ejecutarse. Entonces, de repente, posiblemente cuando menos lo espere, entrará a su conciencia externa la Solución totalmente incuestionable al problema o situación que le estaba aquejando. Darse a la fuga. En vista de que es imposible que el individuo pueda escapar de alguna situación o problema, esto le aclarará toda la cuestión, y le revelará si está siendo sometido bajo alguna influencia hipnótica o si está llevando a término una obligación justa.

De permitir Yo que mi Amor por mis estudiantes se desbordara y pretendiera aconsejarlos, podría estar interfiriendo con una oportunidad de inmenso valor para ellos. El que Yo sepa algo no me autoriza a quitarle una valiosa oportunidad a un estudiante. Nadie debería sentirse angustiado o perder toda esperanza a causa de las condiciones externas, cuando algunos breves momentos de contemplación pueden revelar el hecho de que sólo hay Un Poder, Una Energía o Actividad que usar o que está siendo usada —¡la cual es Dios! Cuando se depende de esta Suprema “Presencia” y se exige de Ella la solución correcta a cualquier problema o situación, éstos se solucionarán o ajustarán con la más maravillosa Actividad Divina. La Solución Divina trascenderá con creces todo aquello que la mente externa pueda concebir, aún si contara en sí con el poder del logro.

Al saber que la mente externa o conciencia es un poderoso vehículo a través del cual puede dirigirse conscientemente la tremenda Energía de Dios, entonces sabemos que en todo momento tenemos a nuestro alrededor la más poderosa Presencia de Protección y Dirección así como también el Supremo Solucionador y Ajustador de toda condición que la oportunidad nos pueda obsequiar. El individuo se ahorraría mucha angustia si, ante el primer indicio de cualquier discordia que trate de entrometerse, saltara —como quien dice— dentro del Corazón de esta Magna “Presencia” y dijera: “Aparentemente lo externo ha cometido un error. Invoco Tu Ley del Perdón. Procura que esta cuestión sea ajustada rápida y completamente” Asume una empuñadura firme sobre la “Presencia” Interna para que se imponga sobre toda inarmonía, y para que haga desaparecer permanentemente toda condición equivocada. LA ACCIÓN MÁS ALTA Y RÁPIDA CONSISTE SIEMPRE EN INVOCAR LA GRAN PRESENCIA “INTERNA”. La Energía de Dios siempre actúa de acuerdo a la conciencia que de Ella tenemos. La oportunidad es un maestro muy deficiente; eres tú quien siempre ha de gobernarla. Utiliza la oportunidad, mas nunca dejes que ella te utilice a ti.

Saint Germain

Tomado del libro: Instrucción de un Maestro Ascendido Saint Germain

Libro de decretos

Libro gratuito en la tienda virtual. Disponible en formato físico, clic en tu ubicación:

enseñanzas para ti

Seguir:
"Todos los hombres buscan anhelantes a DIOS y se preguntan con inquietud: ¿Cómo saber y cómo poder encontrar a Dios? - Si realmente quieres conocer la imagen exacta de DIOS, déjate de más búsqueda y “CONÓCETE A TI MISMO”. En ti está Dios presente, sapiente y consciente". Arriba soy espíritu divino, abajo soy espíritu encarnado, luego, YO SOY lo que el Creador Es.
12 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Meditaciones Diarias

Rayo Azul

Fe, fuerza, poder, protección, voluntad divina

Rayo Dorado

Iluminación, discernimiento sabiduría, paz, armonía

Rayo Rosa

Amor Divino, adoración, confort, cohesión

Rayo Blanco

Pureza, creatividad, Resurrección y Ascensión

Rayo Verde

Verdad, curación, concentración

Rayo Oro Rubí

Paz, Gracia, Saneamiento, Provisión y Ministerio

Rayo Violeta

Trasmutación, misericordia, liberación, perdón

Iniciación

Lecciones esenciales. Inicia tu estudio por aquí

Video sugerido