Cómo quitarle poder a los problemas – Saint Germain

La razón de que los problemas se desenfrenen —como quien dice— es que el individuo carga el problema o situación con miedo. Esto le da cierta actividad poderosa. En realidad, se debería procurar llevar a cabo justamente la actividad opuesta, quitándole todo poder. El miedo es un sentimiento, y el sentimiento siempre es una energía vitalizadora. En vez de darle poder a un problema —y, por ende, vitalizarlo—, se debería quitarle toda energía sostenedora y dejarlo indefenso.

El hecho de la cuestión es que todos estos llamados “problemas” son creaciones de la mente externa y no de la mente divina. Por esa razón la forma más efectiva de quitarle poder a los problemas, radica precisamente en alejar nuestra atención de ellos y fijarla tenazmente sobre sobre la Magna Presencia de Dios.

Les digo a todos aquellos que reciban esta Instrucción, que asuman su postura determinada de gobernar sus pensamientos, sentimientos y acciones, y en vez de dejarse caer en lamentos acerca de su aparente inhabilidad para imponerse a lo externo, utilicen esa energía para conquistar la condición dándole la cualidad que necesita para la solución de todo problema.

Pueden decir:

«Por el Poder de Dios en mí, decreto que puedo lograr la plena maestría y hacerlo ahora; y categóricamente rehuso darle poder a condiciones, personas, lugares, cosas o actividades externas. Reconozco y realizo que en mi Vida, mente, cuerpo, hogar, mundo y asuntos sólo está Dios.»

Si cada individuo del mundo se volviera con toda sinceridad y pidiera que el Amor y Sabiduría de Dios lo dirigiera en todo momento, y viviera de acuerdo con ello, en menos de un año no habría ni un solo problema que la humanidad tuviera que encarar.

Cuando quieres que algo se realice, bueno es afirmarlo; pero también es bueno escribirlo y decir:

«YO SOY la precipitación y la presencia visible de cualquier cosa que yo desee y no hay hombre ni cosa que pueda interferir en ello».

Si en algún momento crees haber cometido un error, asume siempre esta posición y afirma que sólo el bien puede resultar de ello. Pues sabe, Dios dirige todas tus decisiones con Sabiduría.

Una de las cosas importantes que la humanidad debe recordar —especialmente los estudiantes de lo espiritual—es no dejarse ablandar por ninguna sugestión externa. En la atmósfera o sustancia mental prevalece la sugestión de cosas que perturban, de pensamientos indeseables; y cuando los estudiantes se tornan más sensibles, es menester que establezcan una vigilancia permanente contra toda sugestión o insinuación de lo externo.

Una Afirmación útil: «Yo, mi Ser Crístico, la ‘Magna Presencia YO SOY’, le prohibo a todo átomo de mi mente externa y cuerpo que acepten algo que sea inferior a la belleza de Dios.»

Cuando uno se conmociona, la puerta se abre. La actitud correcta es la de declarar o afirmar constantemente que únicamente la Presencia de Dios actúa en y alrededor de uno. Una poderosa Afirmación protectora es:

«El Magno poder de Dios en mí, que es la Perfección en acción, es mi Protección invencible, mi Defensa y mi Liberación de todo aquello que sea indeseable.»

El hombre tiene que entender que el único causante de todo en la propia vida y mundo es uno mismo. Nada abre la puerta más fácil y rápidamente que el temor, el resentimiento y la irritación.

Cuandoquiera que desees entendimiento, utiliza siempre, «En mí solo está la Mente Perfecta de Dios». No hay excusa para incurrir en palabras o discusiones acaloradas al tratar de lograr la comprensión. La obediencia es una de las cosas esenciales en la Vida. Si no le obedecemos a lo pequeño, tampoco podemos obedecerle a lo grande.

Si algo ocurre dentro de la conciencia que produzca el más leve temor o perturbación, se debería recordar inmediatamente a la propia “Magna Presencia YO SOY” —el Maestro interno— y pedirle que disipe todo temor, su causa y su efecto de inmediato, y que procure que nunca más vuelva a tocar su propio ser o mundo. ¿Por qué habrían los estudiantes de lo espiritual ser acosados por elementos o condiciones perturbadoras? Los estudiantes que sirven a la Luz de Dios deberían emanar dicha luz sin condición alguna.

Asimismo es necesario que asumas la misma postura determinada, sin importar cuáles puedan parecer las apariencias. De ser necesario, grítate en silencio lo siguiente: «¡YO SOY la firmeza de Dios! Sólo existe Dios en Acción en todo lo que soy y en todo lo que me rodea!»

Queridos estudiantes, ¿por qué siguen titubeando y vacilando? Amárrense los cinturones! Encaren y conquisten a este ser externo ahora, y avancen en esa flameante Luz alrededor de ustedes hasta el punto en que ya no se ocuparán más de las actividades externas, sino de la Ley de su propio Ser Interno. Éste atraerá a ustedes toda la Actividad Armoniosa, Amor, Luz y Sabiduría. Todo lo cual ustedes proyectarán hacia adelante como un Poderoso Río de Luz vertiendo Su Presencia y Esplendor sobre todos seres de este mundo.

Todo estudiante que desee alcanzar una victoria sobre lo externo y quitarle poder a los problemas, tiene que dejar inmediatamente de lamentarse por las condiciones externas, porque al hacer esto, sin saberlo le está dando poder a la apariencia externa que lo está reteniendo en la mismísima condición de la que desea salir. Una vez más, permítanme recordarles que no le den poder a nada salvo a Dios en sus mentes, en sus negocios, en sus hogares, ¡en sus mundos!

Confío en que después de esta explicación ningún estudiante le será tan infiel a su propia “Divina Presencia Interna” como para no dejarla actuar libremente para bendición propia y de todo cuanto existe.

Esta es la forma de quitarle poder a los problemas, en el poder sostenido de tu atención sobre la Magna Presencia de Dios.

Que el Esplendor de Dios sea con todos ustedes y les ayude a hacer esto.

Mensaje tomado de las enseñanzas de Saint Germain

Libro: Instrucción de un Maestro Ascendido