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Qué son los Registros Akáshicos y la Biblioteca Cósmica – Lección 16.5

yosoyespiritual yosoyespiritual 3.8K vistas 7 comentarios 60 minutos de lectura Videos Gabriel Silva

Experiencia Personal

Los invito a escuchar mi experiencia en el video.

Voy a omitir muchos los detalles personales y me voy a enfocar en lo que nos concierne en este video. De paso mi historia les puede servir para hacer alguna reflexión sobre sus propias experiencias de vida.

Desde siempre he tenido una gran facilidad de conexión con esa energía divina que todos somos internamente. Siempre me bastó con cerrar los ojos para establecer una comunión instantánea y que a muchos les cuesta debido a la inestabilidad de sus pensamientos y emociones.

En una ocasión, hace muchos años, tenía un problema que me causaba un gran conflicto interno, uno de esos problemas que no te dejar dormir y que al darles mucha importancia crecen y se desbordan, afectando uno a uno todos los escenarios de tu vida.

Ese conflicto empezó a volverme apático, ya no pensaba en nada excepto en ese problema y parecía que todas mis experiencias siempre confluían ahí.

Continuamente le pedía a Dios alguna señal, la que fuera, una respuesta, una solución, ya no me quería sentir así.

Yo, ya no me reconocía, hace unos cuantos meses atrás me sentía extremadamente bien, cuando meditaba me sentía luminoso, liviano, y todo era siempre bueno a mi manera de ver.

Durante el lapso en que sucedió todo esto, que deben haber sido unos 3 o 4 meses. Perdí esa capacidad de conectarme fácilmente con esos niveles internos a los que siempre accedía sin mucho esfuerzo. Parecía que cada día todo en mi pequeño mundo estaba peor.

Un día llegué a mi casa, cansado, no quería saber nada de nada, y tampoco sabía que ponerme a hacer. Pero por alguna extraña razón en ese momento sentí algo que sólo había sentido un par de veces en toda mi corta vida.

Algo que sé que muchos de ustedes ya habrán sentido, tal vez unos con más intensidad que otros. Sentí aquí en mi corazón ese llamado interno, ese llamado que te invita a cerrar los ojos y adentrarte en ese fuego que llevas dentro.

Fue un llamado muy fuerte, y me dio mucha curiosidad, sabía que para responder al llamado debía aquietarme y entrar en meditación. Pero mi yo personal no quería hacerlo, verán, no tenía deseos ni de sentarme ni de cerrar los ojos, todo mi mundo y mis esfuerzos estaban tan inmersos en ese problema que me causaba angustia y sufrimiento, que no quería nada en absoluto.

Y de pronto empezó esa lucha, entre lo que mi yo personal se rehusaba a hacer, y esa sensación interna que me llamaba como nunca antes los había sentido.

Mi cuerpo parecía moverse a la voluntad de ese llamado, me puse la ropa adecuada para meditar, acomodé el lugar apropiadamente, y me senté en posición de medio loto para comenzar.

Cuando estuve allí me sentí muy extraño, es como si mi cuerpo se hubiera movido solo. Sabía que si meditaba en esas condiciones nada bueno iba a resultar. Verán, siempre fui muy ordenado, y nunca meditaba sin antes haber hecho un cubrimiento, algunos ejercicios de yoga, no tener el estómago lleno, haber tomado agua, etc. Y siempre procuraba estar lo más armonizado posible para que la meditación fuera una experiencia enriquecedora.

Ese día no, ese día tenía sueño, estaba casado, aburrido, distraído, en fin, digamos que no era el mejor momento. O al menos eso pensaba.

Ese deseo instintivo de entrar en contemplación se fue haciendo cada vez más y más grande. Al punto en que ciertamente mi cuerpo parecía moverse sólo por ese impulso interno que siempre había sentido. Y pensé, está bien, veamos qué pasa.

Cerré los ojos, y allí comenzó.

Cuando salía de mi cuerpo en consciencia proyectada…

Ojo, consciencia proyectada es hacer un uso concentrado de la facultad de pensamiento, sentimiento e imaginación para recrear, mediante nuestro instinto, lo que sea que percibamos como ideas divinas, hasta alcanzar las ideas del pensador superior.

Cuando salía en consciencia proyectada siempre lo hacía de manera gradual y armoniosa, pero esa vez no, esa vez fue algo excepcional, en cuando cerré los ojos establecí una conexión inmediata con mi ser superior, y salí en consciencia proyectada como si fuese un misil, directo al encuentro con esa Magna Presencia Superior.

Suspiré. Supuse que eso se debió a que pasé varias semanas sin meditar, entonces todo ese deseo reprimido se manifestó de esa forma casi explosiva, pero armoniosa a la vez.

En mi meditación siempre pasó por la presencia del santo ser Crístico, asciendo por el tubo de luz, llegó hasta la Presencia Superior y allí comienzo mi actividad contemplativa, así que procuré hacer lo mismo.

Seguí los mismos pasos, seguí subiendo, y subiendo y de pronto me di cuenta que no era mi facultad de pensamiento e imaginación la que recreaba lo que empecé a ver en ese momento.

Digamos que cuando se medita, a pesar de estar inmerso en un ambiente subjetivo que te permite conectar con ideas superiores, siempre eres tú quien dirige el ritmo de la meditación, eres quien elige cambiar las formas y colores en función de la estabilidad de tu conexión. Hasta irse fundiendo cada vez más y ver cosas que no están bajo el dominio de tu voluntad. Sino que se dejan ver debido a la intensa conexión que has establecido.

Por lo general pasaban unos minutos hasta que lograba desapegarme de las ideas generadas por mí mediante la concentración de mi pensamiento e imaginación y conectar con las ideas superiores. Pero en esta ocasión ese estadp se produjo de forma inmediata.

Sobrepasé la altura de los anillos del cuerpo causal de la presencia YO SOY. Fue algo muy particular, nunca se me había ocurrido seguir subiendo. Arriba de la presencia YO SOY hay un espacio vacío, a manera de un gran salón de fuego blanco. Y que ciertamente está vacío, es un lugar bastante particular, allí no se pueden crear formas mediante el pensamiento, es como un punto de conexión entre la Presencia y un algo más elevado, eso lo veremos en otro video.

De pronto una puerta pareció abrirse delante de mí, me succionó y me condujo por un tubo de luz a una velocidad tan intensa que veía mis manos volverse líneas de luz y desvanecerse.

Al final del túnel de luz había alguien. Era un ángel. Yo sabía internamente que era un ángel, no se veía como comúnmente los dibujan, no tenía alas ni un vestido largo, no tenía cabello largo ni ojos azules. Simplemente se veía como una silueta de luz, su rostro era muy fino, y tenía una expresión de paz que no puedo describir, como si todo estuviese bien.

Para ese momento había pasado menos de 2 minutos desde que me había sentado. Y por supuesto seguía pensando en el problema que tenía y seguía pensando que debía pedir una respuesta, así que lo que primero que hice al llegar ante la presencia de ese ser luminoso, fue pedirle una respuesta o una ayuda para ese problema que tenía. Como verán estaba muy impaciente, y era prácticamente un niño así que, bueno.

Él me miró fijamente, con ojos de: todo va a estar bien. No pronunció palabra, con su sola mirada me dio a entender que ese no era el momento y me extendió su mano para dirigirnos hacia otro lugar.

Y así lo hicimos, al cabo de unos pocos instantes nos elevamos hacia un plano en el que nunca antes había ingresado en mis meditaciones de forma consciente. De lejos parecía una nube escarchada, como una neblina que estaba tapando algo que brillaba mucho. Al acércanos ya puede ver que era, un templo de luz dorada tan imponente que me dejó absorto, no tenía parecido a los templos que había visto antes, este templo era aún más grande, como cien campos de futbol y emitía un sonido que no sé cómo describir.

Afuera del templo habían muchísimas otras personas, acompañadas por ángeles iguales al que me acompañaba a mí. La gran mayoría iban tomados de la mano con su ángel y había sólo unos pocos que iban sueltos; antes el ángel me había dado su mano mientras íbamos a ese lugar, pero para ese momento ya me había soltado, le pregunté a que se debía.

El ángel me dirigió la mirada y me transmitió la explicación sin pronunciar palabras. Como si me hubiese insertado un chip con los datos y de pronto yo lo supiera todo al instante.

Las personas que iban de la mano con su ángel estaban allí de forma inconsciente, algunos estaban meditando de manera muy superficial con una conexión muy leve y otros estaban allí en consciencia proyectada mientras dormían. Para sostener la vibración de ese lugar necesitaban sostenerse de la radiación de un ángel. Básicamente eso; los pocos que íbamos sueltos estábamos allí conscientemente, de manera que la asistencia del ángel nos servía como guía.

Nos dirigimos hacia dentro del templo, hicimos un recorrido bastante largo, y finalmente nos dirigimos hacia una habitación que se encontraba en el centro del centro de todo lo que había en ese lugar. Esto es un poco complejo de explicar, lo que hiso el ángel fue mostrarme un pequeño trozo de la habitación que tenía forma como de un ladrillo diminuto, de pronto ese pequeño ladrillo se hiso grande y de él se formó otra habitación con forma esferoidal la cual nos succionó hacia su interior.

La parte externa de este recinto tiene una forma ovoide, la parte interna luce un poco diferente, a pesar de que las paredes si se ven curvadas, las estructuras internas la hacen ver un poco más cuadrada.

Esta habitación brillaba intensamente con una luz azul eléctrica y flameante. Estaba compuesta por millones de destellos eléctricos que se manifestaban como puntos pulsantes de pura energía divina, y en el centro de ésta habitación había un pedestal de luz dorada.

Las paredes no eran lizas, estaban decoradas por infinidad de símbolos y unos pequeños cuadritos luminosos, como ladrillos diminutos que emanaban luz azul.

Le pregunté al ángel que me acompañaba, qué era ese lugar, y que era todo eso, yo sólo quería una respuesta a mi problema. Digamos que estaba un poquito impaciente.

Este ser de luz mostraba una gran reverencia por ese lugar al que habíamos ingresado, como si se tratara de un lugar muy muy importante, sentí un poco de vergüenza por sentirme tan impaciente por querer una respuesta, vi la bondad que ese ser transmitía y el respeto que sentía por ese lugar. Así que intenté asumir la misma postura que él.

Nuevamente me miró a los ojos, y me transmitió el conocimiento de manera instantánea. Y fue allí cuando me lo dijo. Éste templo es el resguardo de todo lo que ha sucedido en la historia de la humanidad, es la biblioteca cósmica desde donde se han descargado todas las obras inspiradas y se han transmitido a los seres humanos más capacitados. Aquí se conserva la memoria de todos y cada uno de los pensamientos, sentimientos, palabras y obras de todos los seres que han cruzado por las encarnaciones de la tierra desde el principio de los tiempos.

Y mientras en mi mente me mostraba imágenes, continuaba asimilando su explicación casi instantánea.

Esta es tu habitación, tu biblioteca individual, la cual tiene conexión no solo a tu archivo sempiterno de memorías vídicas, sino al cúmulo de archivos históricos que se almacenan en la biblioteca divina.

Es decir, este lugar, además de ser mi biblioteca individual, es como una centrar de conectividad hacia los otros centros y hacia el centro principal. Desde allí es posible conectarse a los registros de cualquier otro ser y al registro general, que además de contener archivos históricos, contiene también los registros del futuro trascendental de cada ser, de la humanidad y del planeta mismo.

Sentí la necesidad de hacer una prueba, y el ángel me ayudó muy amablemente, nos dirigimos hacia una de las paredes de la habitación, y en medio de ese cumulo de luz y fuego que brotaba de las paredes me dio a entender que pusiera mi mano y que pensara en alguna cosa que quisiera saber.

Por alguna extraña razón me enfoque en saber cualquier otra cosa ajena al problema que tenía, y quise saber algo relacionado con los registros históricos generales del planeta. Puse mi mano, y de pronto todas las paredes se tornaron de color dorado, toda la iluminación, el fuego, los destellos eléctricos eran ahora de color dorado intenso.

Los cuadritos que conformaban las paredes se desarmaron, empezaron a mezclarse y transformarse y de pronto la habitación era ahora un pasillo. De inmediato comprendí que estábamos en la biblioteca cósmica general, pero en forma de proyección por decirlo así. Es como el internet. Digamos que buscas una imagen que está alojada en un servidor de Australia, tú visualizas esa imagen en tu dispositivo, pero sólo está allí virtualmente, en realidad esa imagen sigue en el servidor de Australia y sólo puede descargarse completamente cuando la imprimes.

Así mismo, estaba en la biblioteca general pero vista virtualmente desde mi biblioteca personal.

Bueno, pasado un tiempo revisé lo que quería saber, y volvimos, la habitación volvió a hacerse del mismo color azul eléctrico. Y yo aún quería tener una respuesta a mi situación.

El ángel me volvió a mirar con ojos de: todo va a estar bien. Yo ya me estaba resignando a que no iba a obtener respuesta, pero pensé que si ya estaba en ese lugar, realmente podía saber cualquier cosa. Lo malo es que no sabía cómo hacerlo. Verán, esa habitación parecía tener cierto grado de dificultad para ser leída, y yo no tenía un manual.

Estaba a merced de lo que el ángel guía me quisiera mostrar. Así que por un momento abandoné mi necesidad descontrolada, y me entregué aún más a la experiencia. Digamos que me solté, me relajé aún más. Verán, era extraño estar en esa situación tan increíble y aún conservar esa sensación desesperante de querer solucionar mi problema. Por lo general cuando no se está afinado, la conexión se pierde al instante, pero por alguna extraña razón se me había permitido permanecer en ese lugar en las condiciones internas en las que me encontraba.

El ángel me acerco a otra de las paredes de la pequeña habitación, y con sus dedos extrajo de la pared uno de los pequeños ladrillos luminosos. Era como un disco duro pulsante y vibrante, lo desplego, de alguna manera. Y se convirtió en un tablero bastante grande, este tablero tenía algunos espacios que titilaban, como si algunas partes estuvieran dañadas.

El ángel me dijo que esas partes no estaban dañadas, sólo estaban incompletas y que requerían más luz de mi parte para que el conjunto pudiera estar completamente luminoso. Lo cerró, lo introdujo en la pared y extrajo otro.

Lo hiso grande, y este nuevo bloque estaba completamente iluminado, se veía claramente como las estructuras que lo conformaban se conectaban unas con otras en una armonía inquebrantable. Era tan luminoso que si fijaba mi mirada en su luz todo lo demás parecía desvanecerse.

Sentía una paz indescriptible cuando vi la luz que emanaba ese tablero.

Le pregunté al ángel qué era todo eso y que significaba.

Nuevamente su explicación fue instantánea, como si sacara un chip de su cabeza y lo insertara en la mía, de tal forma que el conocimiento aparecía en mí como un chispazo.

La habitación en la que estábamos era la esfera mental superior, la cual almacena no sólo los tableros rúnicos o registros de comportamiento de cada individuo, sino las memorias vídicas que recoge cada persona durante todas sus encarnaciones en sus estructuras inmortales llamadas esferas mentales.

Lo supe al instante: Todas las memorias ancestrales recogidas por las esferas mentales se encuentran en esa esfera mental superior o biblioteca individual.

Cada uno de los pequeños bloques es el registro de una vida diferente, los cuales almacenan todas las vivencias, así como las buenas obras y las obras que tenemos pendientes. Cuando uno de esos bloques brilla intensamente, es sinónimo de que un cúmulo de experiencias vitales han sido cumplidas y superadas a cabalidad, y cuando uno de los bloques presenta partes sin iluminar o titilando, es sinónimo de que hay un karma por saldar o un cúmulo de experiencias por superar.

El ángel me dio una visión general de mi habitación, de mi biblioteca personal, y sentí alivio al ver que casi toda la pared estaba iluminada, y solo había unos pocos fragmentos que requerían más trabajo.

El ángel me dio a entender que la pared de casi todos los seres humanos esta así de iluminada, y que aquellos pequeños fragmentos que requerían atención podían requerir de varias vidas para ser iluminados.

Sentí un poco de desesperanza, ya no podía con el problema que tenía y ver todo lo que faltaba fue un poco angustiante. Pero la presencia del ángel me tranquilizó, con su mirada me dijo que todo iba a estar bien y que todo marchaba de acuerdo al plan.

Quise saber que contenían esos discos duros y como poder leerlos, así que hice lo mismo que el ángel, acerque mi mano a la pared, y con mi mente hice que uno de los bloques saliera, lo tome con mis dedos y el ángel me dijo que me dirigiera al pedestal que estaba en el centro de la habitación.

Puse el pequeño bloque encima del pedestal, con mi mente y mis manos lo hice más grande, e intente abrirlo, pero no lo conseguí, el ángel me transmitió la idea de visualizarlo como un libro, y así lo hice. Con mi mente le di forma de un libro bastante grueso y luminoso, procedí a abrirlo, y me pregunté que contendría, si dibujos o símbolos extraños. Ya que estaba acostumbrado a ver muchos símbolos y escrituras extrañas, pensé que eso habría dentro del libro. Pero fue toda una sorpresa ver que era texto, y estaba en español.

El ángel me dijo que a pesar de que los registros se consignan en el idioma universal, la biblioteca se ajusta al idioma que hable cualquier persona.

Leí unas 5 palabras de lo que decía el libro, y de pronto sucedió, algo “mágico”, como sacado de la mejor película de ciencia ficción.

Ante mí se abrió un túnel de luz blanca y me succionó con muchísima fuerza, veía mis manos desvanecerse y convertirse en líneas de luz de muchos colores. Iba hacia al frente, pero empecé a caer, caía con mucha fuerza y muy rápido, de pronto sentí algo de tristeza porque sabía que mi actitud había provocado que la conexión se perdiera y sentía que volvería a la consciencia de mi cuerpo en pocos instantes.

Seguramente cuando han meditado así muy superficialmente tienen consciencia de dos cosas, de lo que ven en su meditación y de su cuerpo. Es decir, si pasa un carro haciendo mucho ruido ustedes lo escuchan porque están conscientes no solo de su meditación, sino de lo que sucede en su entorno.

Pues bien, cuando estaba cayendo precipitadamente empecé a desconectarme de las sensaciones de mi cuerpo, como si estuviese entrando a otro tipo de realidad. Es decir, aquí estaba meditando, aquí estaba en esa experiencia maravillosa de mi biblioteca individual, y además de eso ahora parecía estar entrando a otro estado de consciencia.

No era capaz, ni hubiese querido serlo, de mantener la consciencia de estos 3 lugares. Mi capacidad solo daba para dos lugares. La biblioteca, y ese lugar al que me estaba dirigiendo.

De pronto mi conciencia se separó por completo de las sensaciones de mi cuerpo físico, de alguna manera mi cuerpo seguía erguido, es decir no me desplomé, ni me desmayé, seguía respirando, pero ya no era mi voluntad la que me sostenía.

Antes había experimentado algo similar en contemplación, pero no de esa manera.

Mientras caía vi un pueblo, muy viejo y de color marrón, como es el típico pueblo viejo, caía tan rápido que casi no tengo detalles de ese momento, solo vi que me iba a estrellar contra una persona que iba caminando por el suelo arenoso de ese lugar, por unos instantes cerré los ojos por el susto y me detuve de una manera muy limpia, sin tensión.

Y ahí empieza la otra parte de la historia, y que tiene relación con los videos que veremos después de éste.

Mi consciencia del plano físico se había anulado por completo, y durante todo el tiempo que duró la experiencia que les voy a contar no tuve contacto alguno con las sensaciones de mi cuerpo físico.

Me di cuenta rápidamente que iba caminando de forma encorvada, cargaba un costal con mucha dificultad, dentro del costal había leña que había recogido en el monte para encender una fogata y preparar algo de comer.

Yo no tenía idea de lo que estaba pasado, ¿por qué estaba en ese cuerpo que no era el mío, porqué sabía lo que contenía el costal, como es que sabía dónde estaba mi casa?, o mejor dicho la casa de esa persona en la que yo estaba. Al principio todo fue muy confuso, y solo era consciente de dos lugares, de mi yo en mi biblioteca individual y de mi yo en ese cuerpo y en ese lugar extraño.

Pero la conexión con ese individuo se hacía cada vez más fuerte, de pronto ya sabía a donde ir, sabía qué camino tomar, y de pronto empecé a identificarme con sus pensamientos y emociones.

Esta era una persona muy, como decirlo, inconsciente, era una persona muy apática e irritable. Iba muy triste, cansada y renegando de la vida.

Me identifiqué con sus emociones, eran muy autodestructivas, esa persona caminaba mirando al suelo arenoso y pensaba ¿por qué nadie me ayuda con este costal? Y renegaba de su situación y se enfurecía internamente pensando en que si alguien le ofrecía su ayuda ella lo mandaría a meterse en sus asuntos y no aceptaría la ayuda.

Si, tenía un comportamiento muy retrógrado. Muy egoísta.

A medida que me iba fundiendo con esta experiencia, yo seguía pensando que era como un sueño de esos que puedes controlar a voluntad, pero no era así, más bien era como ver una película, en la que por más deseos que tengas de cambiar la situación, no puedes hacerlo porque la película ya está grabada y solo resta verla tal cual haya quedado.

Yo intentaba deshacerme del costal porque pesaba mucho y me dolía la espalda, sí, me dolía. Pero no a mi Gabriel Silva, sino a esa persona con la que había establecido un muy extraño y estrecho vínculo. Pero no podía, yo simplemente era como un espectador y solo me restaba ver que sucedía en la vida de esa persona.

Es decir, yo vivía su vida a través de mi conciencia.

Caminé por un rato, llegue a lo que parecía ser mi casa, y digo parecía porque de casa no tenía mucho que digamos, era más bien una habitación de un tamaño considerable, sin ventanas y con un agujero enorme en el techo para que saliera el humo cuando se prendía la leña.

La casa no tenía llave, la puerta estaba sujeta con una cuerda que desaté rápidamente y entré a la casa porque no quería que nadie me viera, sentía muchísima vergüenza y deseos de atacar verbalmente a cualquiera que se acercara.

En cuanto estuve adentro solté el costal y por fin sentí algo de tranquilidad. En ese momento sentí como haber entrado a una fortaleza, mi fortaleza, donde nadie podía verme ni saber de mí.

Mis ropas estaban muy viejas, gastadas, tenía unos zapatos negros que parecían haber sido usados durante toda mi vida porque estaban remendados por todas partes, me dolía al caminar pero tenía los pies muy fuertes.

En seguida me miré en algo que parecía un espejo, era más bien una especie de metal que me reflejaba, y sentí como si una corriente de energía me recorriera desde los pies hasta la coronilla. Me sobresalté al verme en el espejo y recordarme, lo recordé absolutamente todo, miraba mis ojos en ese espejo y sentía que me estremecía, nunca antes había experimentado algo así. Allí estaba yo, recordando una de mis vidas pasadas. Solo sonreí internamente.

Entre mis ropas tenía una llave que abría un cajón muy desgastado que tenía debajo del espejo. Saqué algo que parecía un amuleto o un llavero, como una pequeña escultura hecha de barro. Esa pequeña escultura me la había regalado mi pareja, yo la guardaba con mucho cuidado y la sostenía con muchísimo respeto, como si fuera lo más importante en mi vida. Recordé que todos los días hacia lo mismo, la sacaba del cajón y la sostenía por unos momentos para sentirme mejor.

La pareja que había tenido ya había fallecido hace muchos años, en esa vida no había tenido hijos y de alguna forma eso me daba alivio.

Empezaba a oscurecer. Guardé la escultura con mucho cuidado y me dispuse a sacar la leña del costal para preparar algo de comer. Pero todo esto lo hacía con mucho desanimo.

Observé la casa con mucho detalle, como si quisiera verla por última vez o algo así. Las paredes estaban totalmente quemadas, no porque hubiera habido algún incendio, sino porque se había movido la leña de lugar muchas veces durante muchos años, y eso había causado que todas las paredes estuvieran ahumadas y quemadas.

En un rincón estaba el cajón con el espejo, en otro rincón estaban unas cosas amontonadas, algo de eso era basura, otras cosas eran ropa y algunas herramientas. En una esquina estaba el sitio de cocinar donde había leña arrumada y de ella salía humo, encima de la leña había un agujero enorme en el techo. Pues verán, no había ventanas, el humo tendía que salir por algún lado. En otra esquina estaba en lugar donde dormía, era algo que parecía una cama, en realidad eran más cajones que tenían encima prendas de vestir y unos trapos viejos que servían como un colchón.

Haciendo uso de la leña que emanaba algunas chispas y humo, encendí la única vela que tenía. Era una vela muy extraña, como amarillenta y aceitosa, la puse encima del cajón y sintiendo mucha somnolencia, desanimo, tristeza y melancolía, me recosté en la cama. No tenía deseos de hacer absolutamente nada, sentía tanta tristeza y amargura que desee simplemente no existir y morir.

Estando boca arriba en la cama pensaba y deseaba que de alguna manera la vela se cayera y quemara la casa y me quemara a mí. Recordaba a personas que tenían una vida feliz y las envidiaba, las maldecía. Recordaba cosas que otros me habían hecho y les enviaba todo mi odio y mi rencor. Me sentía tan pero tal mal, de verdad, tal mal, que solo deseaba la muerte.

Recuerdo que tenía un pésimo estado de salud, tanto así que creo que ni siquiera tenía salud. Tocia mucho y me faltaba el aire. Quería llorar pero era una persona muy dura, entre más deseos de llorar sentía, más rabia me daba. Más me daba golpes de pecho, y solo quería morir. Y lo pensaba, ojalá mañana no amanezca, o que la casa amanezca quemada. Es decir, yo quería que pase algo malo, lo que fuera, ya no me importaba nada.

Por unos instantes recordé a la persona que había sido mi pareja en esa vida y me pareció verla al fondo de la habitación. Tenía una camisa azul y se veía muy joven.

Giré mi cabeza un poco para ver la vela y mi mirada se quedó en esa llama por unos instantes, como queriendo descifrar el sentido de la vida.

Empecé a toser muy fuerte, cada vez que tocía me lastimaba las costillas con las cosas que estaban debajo de mí, me lastimaban la espalda, pero me daba igual, intencionalmente quería hacerme daño.

Tenía mucha hambre, pero no quería comer, me sentía mal. En un momento cerré los ojos y escuché una voz. Era mi pareja ya fallecida, me dijo: ya es hora. Abrí los ojos con mucho miedo y miré hacia todos lados. El corazón me latía muy rápido, pero sentí un poco de alivio a haber escuchado su voz.

Y le hable, le pregunté porque yo no había muerto, le dije que ya no quería vivir.

Sentí mucho desaliento, mucho sueño, mi cuerpo ya no respondía. Cerré los ojos, y mi alma salió de mi cuerpo. Vi que mi alma tenía un color azul pálido, vi mi cuerpo desde arriba, pero no sentí miedo, sino alivio, un alivio indescriptible, una paz increíble.

Miré a la persona que había sido mi pareja, acompañada por otros dos seres de luz. Me extendió la mano y empezamos a subir. En ese momento pasó algo aún más loco. La consciencia de esa persona que yo era, y la conciencia de mi yo actual, Gabriel Silva, se separaron. Y esa persona me miró. Como les digo, yo me vi a mí mismo. Esa persona me vio y se sonrió, y me dijo, así que tú me esperas.

Como si ya supiera que en el futuro iba a ser yo. Y yo le sonreí.

Esa persona que era yo, se elevó. Todo a mí alrededor se transformó en líneas de luz, sentí una succión que me haló hacia arriba, y entré de nuevo, casi con lágrimas a mi biblioteca individual.

Cerré el libro, lo miré con mucho detenimiento. Suavemente lo puse en su lugar, aproveché para ver las cosas que tenía pendientes, y que al completarlas desbloquearía otras experiencias. Como si fuera un juego, cuando pasas un nivel sigue otro más interesante.

Miré al ángel, el me miró fijamente. No sentí deseos de preguntarle nada más. Salimos de la habitación personal. Salimos del cuarto general, salimos del templo de luz dorada. Nos alejamos mientras veía a lo lejos al resto de almas que se encontraban en ese lugar.

Regresamos por el mismo túnel de fuego blanco. Llegué al espacio vació que se encuentra arriba de la Presencia YO SOY, allí me despedí del ángel con una mirada de mucho respeto. Fui descendiendo por los anillos de luz, bajé por el tubo de luz, miré mi cuerpo desde arriba, ingresé a mi cuerpo suavemente por la coronilla, y me quedé con los ojos cerrados por unos instantes.

Sonreí, abrí los ojos, me sentí más liviano que nunca. Después de haber solicitado una respuesta por tanto tiempo y con tanta ansiedad, por fin había sido escuchado y respondido, de la manera más increíble posible.

Y ¿Cuál era la respuesta? Que me estaba ahogando en un vaso de agua. Después de haber recordado el sentimiento de desesperación tan grande que tuve en esa vida. La tristeza profunda, el miedo, la pobreza extrema, la carencia de todo tipo de salud y de estudios. La falta de autoestima, de seres queridos y de cosas materiales. Recordé todo lo que tenía, mi cuerpo, el aire, mis seres queridos, y yo que era genial.

El problema que me atormentó por varios meses desapareció así.

Fue tan intensa esa experiencia, que por unos momentos ni siquiera recordaba cual era el problema que había tenido. Como si siguiera allá arriba.

La vida me había dado una respuesta y lo había hecho con mucho estilo.

Han sentido que a veces les pasa algo que cambia su vida radicalmente, bueno, esa fue una de esas ocasiones. Jamás volví a verme de la misma manera. Literal, sentí como si durante esos 40 minutos de meditación hubiera adelantado casi 20 años de experiencia.

Y en el momento en que ya empezaba a mover mis manos y mis pies, una voz me dijo. Ya no es necesario volver a sentir todo eso. Esa experiencia ya fue completada. Recordé que el libro que había leído y ciertamente ya estaba todo iluminado. Solo eran viejos resabios y patrones de comportamientos de una vida anterior.

Después de eso me seguí adentrando esa biblioteca cósmica y aprendí muchísimas cosas. Logré deconstruir el proceso que se debe seguir para llegar hasta ese ámbito superior, como el paso a paso. Me di cuenta de algo bastante particular y que tal vez ustedes no se esperan. Supe que todos los seres humanos asisten a esa biblioteca cósmica en algunas ocasiones mientras duermen y meditan.

Cada vez que a alguien se le ocurre una idea, algo innovador, un impulso de hacer algo mejor, se debe a que ha permanecido en ese plano superior durante su sueño o sus meditaciones.

No hay excepción, si tú estás viendo esto, te aseguro que también has estado allí muchísimas veces durante esta vida.

Todos podemos acceder, sin duda y sin condición. Todos podemos, si tú que estás viendo este video te estas preguntando si podrás, la respuesta es sí, si puedes. Posiblemente tu conexión consciente no sea tan fuerte y vívida tal cual yo la conté, pero ciertamente la puedes descargar de forma inconsciente y se irá manifestando poco a poco en tu vida diaria.

Gabriel, ¿Qué es entonces el registro akáshico? Y ¿Cómo acceder a él? Vamos con la segunda parte de este video, la explicación técnica. Si tienen preguntas pueden dejarlas en los comentarios. Pero no me pregunten si estoy loco porque, ya sabemos que sí.

¿Qué son los Registros Akáshicos?

Akaśa es un término del idioma sánscrito que significa ‘éter’. En el primer video de mecánica cuántica vimos lo que es el éter y las diferentes formas energéticas que se producen debido a las combinaciones partónicas.

Este registro akáshico es conocido en la religión católica como “El Libro de la Vida”.

Los Registros Akáshicos resguardan los archivos memorísticos de la existencia universal, y contienen los registros del futuro trascendental de cada partícula manifestada y no manifestada de la mente infinita.

El tema del futuro trascendental ya lo habíamos visto.

En términos sencillos: La Biblioteca Cósmica es el mismo Registro Akáshico.

La biblioteca cósmica no se limita a las eventualidades registradas en el planeta tierra, pues la palabra “cósmica” significa que abarca la existencia universal.

El templo de luz dorada que mencioné en mi experiencia, es solo un foco de luz de la gran vastedad del conocimiento archivado dentro de la biblioteca divina universal. Digamos que este templo es un puente de comunicación entre otros templos que se dedican a recopilar información en otros puntos de universo. Es un punto de interactividad que funciona de manera simultánea y sistemática con el resto de centrales.

En esta biblioteca cósmica es posible escudriñar datos referentes a todo lo pasado, presente y futuro trascendental de cada partícula de la existencia.

Si bien existen una serie de pasos sistémicos que se deben seguir para acceder a esta maravillosa biblioteca sagrada. Todos, así se de forma inconsciente, hemos accedido a ella en muchísimas ocasiones. Tal es el ejemplo de cuando desencarnamos y habitamos en las esferas superiores, los templos de luz, las cámaras de recuperación de fuego violeta y por supuesto la Biblioteca Cósmica.

Todos hemos accedido a ella en esta vida durante nuestros sueños, meditaciones, o en momentos de gran inspiración consciente.

La biblioteca cósmica no tiene un lugar específico. Si recuerdan las lecciones pasadas, podrán deducir que la esfera mental superior que está en los vitris de las manos del ser superior, contiene ese mismo registro akáshico o biblioteca cósmica. Recordemos que la esfera mental superior recopila toda la información memorística que se recibe por las 6 esferas mentales inferiores. Y como lo vimos antes, algunas de estas seis esferas tienen conexión directa con la esfera mental superior, por esa razón, podríamos decir que incluso un ser humano capacitado es capaz de acceder a su registro akáshico en momentos de extrema lucidez y sin necesidad de entrar en meditación. Pudiendo así descargar ideas reveladoras como música inspirada, obras literarias, innovadoras piezas de tecnología, etc.

Básicamente podríamos decir que estos registros akáshicos se encuentran en todas partes. En cualquier lugar que un ser pueda mover la energía etérica mediante su pensamiento, allí pueden tener existencia dichos registros o archivos memorísticos universales.

Por supuesto que el actual estado de consciencia humano, no es suficiente para acceder a estas maravillas sin el esfuerzo consciente de una meditación apropiada. La gran mayoría de personas van a requerir de tiempo, paciencia, mucha armonía y disciplina para poder empezar a establecer una conexión más fluida.

¿Para qué sirve acceder a los Registros Akáshicos?

Ir a biblioteca cósmica no sirve necesariamente para recordar sucesos de vidas pasadas. El uso correcto de esta majestuosa herramienta cósmica, radica en la absorción de nuevos y reveladores conocimientos que aporten significativamente al cumplimiento de nuestro plan de vida terreno.

Ciertamente que el saber la causa de algunos sucesos que no comprendemos puede ayudar a aliviar la pesada carga que a veces llevamos. Cuando se ingresa a la biblioteca individual somos capaces de descargar la información que nuestro corazón tanto anhela. Muchos no podrán tener una experiencia vívida y totalmente lúcida de este lugar, pero eso es irrelevante, si al menos se hace el esfuerzo consciente mediante nuestra atención, pensamiento e imaginación, podremos ir a ese lugar, solicitar la información pertinente y volver con mucha tranquilidad, sabiendo que poco a poco esa información nos irá siendo revelada.

Cualquier tipo ayuda, mejora o actualización que necesitemos en cualquier campo de la vida, la podemos alcanzar cuando accedemos a esta biblioteca de luz.

Los registros akáshicos no se abren ni hay que saber algo para abrirlos, ellos siempre están abiertos, solo debemos acceder. No hay misterio, ni hay la necesidad imperante de acudir con terceros más avanzados en el conocimiento para indagar acerca de nuestros tesoros personales. Nosotros tenemos todas las capacidades potenciales para acceder no solo a nuestra biblioteca individual sino a todos los rincones que nuestra conciencia perciba y desee percibir.

¿Es bueno recordar vidas pasadas?

Es acertado acudir a su biblioteca divina sin ninguna pretensión, sin ambición ni codicia. Su ser superior sabe en qué nivel se encuentran, y si ve deseos de engrandecimiento personal, sus expectativas no podrán ser satisfechas, y terminarán por decaer.

El recordar vidas pasadas requiere de un gran nivel de manejo emocional. Solo piensa en esto: Si  se es una persona que a duras penas puede controlarse ante una aparente injusticia, que reniega de la vida y se escuda dentro de sus patrones de conducta, que reacciona internamente con violencia y temor ante algo que no le gusta. ¿Será posible que dicha persona en su estado actual tenga la capacidad suficiente para sobrellevar las revelaciones de una vida pasada?

Recordar fragmentos de una vida pasada puede significar un gran peso emocional. Si con dificultad manejas las actuales emociones y pensamientos de tu vida actual, ¿Cómo esperas manejar las emociones de una vida pasada? Por eso procura fortalecerte de manera integral para que puedas asumir con maestría los siguientes niveles.

Al recordar fragmentos de una vida pasada, las imágenes que recibimos no son asimiladas únicamente por nuestras esferas mentales, sino que descienden directamente hacia nuestro sistema de chakras, e influyen en nuestras emociones, pensamientos, palabras y obras.

Si te vas a adentrar en tu biblioteca personal con el ánimo de engrandecer el ego de tu ser inferior, eso es justamente lo que vas a conseguir. Recuerda que toda la información descargada tiene la finalidad de ser comprendida, comprobada internamente y expandida libremente para el crecimiento de la raza. Para dar cumplimiento al propósito divino del que te has hecho partícipe.

Ve serenamente, con todo tu amor, respeto y benevolencia. Y aprópiate de todo ese conocimiento que está esperando por ti. Si un fragmento de vidas anteriores te es revelado, da infinitas gracias por la experiencia y aprende de ese suceso para que te sea cada vez más sencillo.

En conclusión, recordar vidas pasadas es bueno en la medida que uses ese conocimiento para ayudarte en su crecimiento integral, y deja de ser bueno en la medida que lo uses para truncar tu propio crecimiento integral y el de tus hermanos.

¿Qué ocurre al acceder a los Registros Akáshicos?

Cuando ingresas por primera vez a tu biblioteca divina individual, siempre lo harás con la ayuda de un ángel guía, sepas o no que está allí, o puedas percibirlo o no. La radiación del ángel es necesaria para que la consciencia pueda asimilar con mayor facilidad la energía descargada.

Durante tu práctica de meditación, es bueno que vayas haciendo consciencia de que ese guía, ese ángel divino de verdad está ahí, y no solo en ese momento, sino en cada instante de tu día a día. Realmente este ángel es uno de tus muchos guardianes silenciosos que se han ofrecido voluntariamente para servir en tu evolución.

La elevada vibración de los seres que nos acompañan permite que nuestra vibración se eleve de una manera majestuosa, recibiendo sanación, armonizando nuestros vehículos inferiores y ayudando a limpiar todo tipo de bloqueo energético.

Pueden encomendarse al Maestro koot-hoomi; que hoy en día ocupa el cargo del gran instructor mundial de la sabiduría infinita y es el guardián de las Bibliotecas Cósmicas.

En común que al ingresar por primera vez, el ángel guía te lleve a dar un recorrido de todo el lugar para ponerte en contexto. Muchas personas necesitan dar ese recorrido varias veces antes de poder ingresar a la magna radiación que emite su propia biblioteca individual.

Cuando ingresas por primera vez, recibes las respuestas que más requiera tu estado actual, ya que al ir cargado con esa necesidad de saber una cosa en especial, tu mismo corazón abrirá lo que más estés necesitando. Así acudas sin saber lo que buscas, la página exacta de tu libro se abrirá ante tus ojos.

Gracias a la información recibida es posible alcanzar el entendimiento necesario para llevar a cabo con más facilidad nuestro plan de vida actual.

Pasos a seguir para acceder a nuestra biblioteca individual

Los pasos son básicamente los mismos que seguí en la experiencia que les conté al inicio. Llevando a cabo una práctica de meditación que nos llevará a un lugar especial dentro del cosmos, un templo etérico, al cual podríamos acudir de aquí en adelante por uno o dos años, donde en verdad lograremos no solamente expandir la conciencia a través de las radiaciones superiores, sino que de igual manera entraremos en contacto con las energías del fuego sagrado, y en particular, la radiación del séptimo rayo que ayudará a elevar nuestro nivel vibratorio y a disminuir nuestro karma acumulado.

A su vez, dentro de dicho Templo hay multitud de sitios de Gran Elevación y Vibración, así como la central de la Biblioteca Cósmica, que es un lugar con paredes en forma Esferoidal y Cóncava, está revestida de miles de millones de símbolos, que al conjugarse entre sí, producen la radiación de una de las diferentes combinaciones plasmático radiales que vimos en un video anterior. Cada uno de estos símbolos es una LLAVE MÁGICA, que abre de alguna manera una compuerta para ingresar en ciertas CÁMARAS OCULTAS que contienen para nosotros Gran Sabiduría, Gran Conocimiento, o son de alguna manera, pasajes a otros espacios multidimensionales dentro del mismo Séptimo Universo.

Más para llegar a ello, hay que ir avanzando gradualmente, hasta un grado tal en que podamos lograr el autocontrol, y podamos escuchar la voz silente que habla en nuestro propio interno. La cual, ciertamente nos revelará todo cuanto deseemos saber sin la necesidad de hacer grandes esfuerzos.

Ciertamente, la finalidad última de acudir a esta Biblioteca Cósmica o Registro Akáshico, es el poder desarrollar nuestra capacidad latente de comunicarnos con nuestro Ser Superior de forma fluida, y ser verdaderos representantes de El Hijo del Hombre en la tierra. De ser los dioses encarnados que prometió Jesús.

En las vísperas de la ascensión el libro de la vida se cierra.

Se rompe su rueda del samsara, y alma permanece en su estado ígneo para no volver jamás.

Proceso de liberación final y biblioteca cósmica

Esta gran biblioteca contiene todos sus libros de vida, los cuales son sellados al cierre de cada vida terrena. Cada vez que ustedes desencarnan, su firma es añadida, pero no lleva la firma de los Maestros, y la llave permanece en la cerradura. Cualquier Ser Ascendido puede entrar a esta biblioteca a solicitud de la junta kármica, y ver los registros de cualquier ser humano cuyo servicio particular Él desee utilizar en alguna causa.

El registro del tiempo y energía entre encarnaciones es también anotado en este libro, son extraídos por los Señores del Karma mediante uno de Sus mensajeros, y son estudiados antes de sus peticiones o convocatorias para volver a reencarnar. Es así como un Maestro Ascendido es capaz de atraer cierta particular corriente de vida competente alrededor de Si para una causa específica.

El día que su Libro de Registro muestre un balance de energía suficiente para cerrarlo, sellarlo y echar llave al diario de su peregrinaje, cuando lo presenten ante el Guardián del templo, quién lo recibirá alegremente, colocándolo en la Biblioteca Cósmica dentro de la cual están almacenadas las experiencias de vida de toda corriente de vida. ¡Ah, ese será verdaderamente un día feliz!

La biblioteca que contiene el registro Terreno final de todo Ser Ascendido, es pura y blanca como la nieve, techo, paredes, tapetes, alfombras y muebles. Estos libros contienen dentro de sus registros las experiencias de vida que cada uno de ellos, de los cuales la Misericordia de Dios, ha extraído todo registro de aflicción, dejando únicamente lo bueno.

Cuando al Victoria final se alcanza, el ser que recibe la Ascensión firma su Nombre Interno; al cierre del capítulo final, el Guardián o Mahá Chohán firma Su Nombre, Sanat Kumara firma el suyo, el cierre Dorado se sella, la llave se coloca en su receptáculo secreto, y el Libro de la Vida, en medio del regocijo general, ocupa su lugar con otros volúmenes, que representan a todos los que son por siempre libres.

¿En dónde puedo escuchar las respuestas de Dios?

Escúchame en la verdad de tu alma. Escúchame en los sentimientos de tu corazón. Escúchame en el silencio de tu mente.

Escúchame en todas partes. Cada vez que tengas una pregunta, simplemente debes saber que ya la he contestado. Luego abre los ojos a tu mundo. Mi respuesta puede hallarse en un artículo ya publicado; en el sermón ya escrito y a punto de ser pronunciado; en la película que se está rodando; en la melodía que ayer se acabó de componer; en las palabras que está a punto de decir un ser querido; en el corazón de un nuevo amigo que estamos a punto de hacer.

Mi verdad está en el susurro del viento, en el murmullo del arroyo, en el estampido del trueno, en el tamborileo de la lluvia. Es el tacto de la tierra, la fragancia del lirio, el calor del sol, la atracción de la luna.

No te dejaré, no puedo dejarte, puesto que eres Mi creación y Mi producto, Mi hija y Mi hijo.

Acude a mí, cada vez y en cualquier circunstancia en que te alejes de la paz que YO SOY… Yo estaré ahí con la verdad, con la luz y el Amor.

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