EL AMOR
El amor es la esencia primigenia de todo cuanto es y existe en la vastedad de la existencia. Todo existe por el amor, ya sea que hablemos de energía etérica no visible o de formas palpables y visibles. La esencia del amor presente en los planos de la divinidad, vibra, se mueve y desciende hasta cubrir todas las partículas que él mismo ha generado para que la obra preponderante se cumpla en todos los hijos de Dios. Dios, EL TODO, es amor en su máxima expresión.
Todo aquello que se origina en la sustancia mental y que está destinado a ascender en la luz, tiene amor en su interior. Este mismo amor, es la sustancia que habrá de prevalecer en todos los elementos y consciencias individualizadas para que su ascensión pueda ser un hecho. No importa cual parezca ser la apariencia, si ese ser tiene amor dentro de sí, está destinado a regresar a su perfección original luego de haber cumplido su objetivo dentro del gran plan universal.
El amor, es la esencia energética que se irradia desde EL TODO hacia toda la creación y hace que existan los universos, los planetas, el reino elemental, el reino angélico y el mismo SER HUMANO.
Toda la creación de Dios es una manifestación del amor, y este amor se irradia hacia todos nosotros; por ello, sentimos amor al contemplar un bello paisaje y al ver el brillo de un cielo estrellado. O bien, al observar y sentir la presencia de las otras personas, puesto que ellas, al igual que nosotros, son manifestaciones de ese mismo amor divino.
LA SEXUALIDAD COMO EXPRESIÓN DEL AMOR
El sexo se refiere a las diferencias morfológicas existentes entre el macho y la hembra. La sexualidad es la unión física entre ellos con el fin de procrear o expresar toda atracción física, emocional y muy pocas veces mental que se da entre el hombre y la mujer.
Una de las más bellas expresiones de amor que el ser humano puede sentir, es aquella cuando el polo positivo (el hombre) y el polo negativo (la mujer) se identifican y complementan llegando a la unión física. La sexualidad bien entendida es tan natural e indispensable para la salud, el bienestar y el desarrollo humano, así como para el resto de la vida animal y vegetal.
En toda la naturaleza, a excepción de algunas especies inferiores, vemos que se requiere de la unión de las polaridades femenina y masculina para hacer posible su avance evolutivo, fructificación y perfeccionamiento, a fin de perpetuar la especie. (véase ley universal numero 6: ley de polaridad, todo tiene su par de opuestos).
La energía sexual no es hija del pecado, sino del amor. La sexualidad no seduce a los seres humanos indebidamente, al contrario, son los seres humanos quienes por voluntad propia deciden poner su atención en el deseo desmedido, confundiendo el verdadero propósito de la sana sexualidad y corrompiendo de mil maneras esta magna energía superior.
El deseo y lujuria desmedida, han tergiversado el verdadero sentido y razón de ser del sexo. En las anteriores lecciones hemos hablado ampliamente acerca del uso de nuestra propia energía, ahora, para la sexualidad, los principios de la rectitud en el pensar, en el sentir y en el obrar son exactamente las mismos.
La sexualidad practicada bajo el principio amoroso que rige toda la existencia, no tiene por qué ser mala en ningún sentido. Dios, el creador y ordenador de esta maravillosa energía, no haría un plan malévolo para perjudicar a sus hijos al proporcionar un don maravilloso, y prohibir su uso bajo la pena de castigo y condenación si no es utilizada exclusivamente para la creación.
Dios es amor, por lo tanto, la sexualidad como expresión física del amor de dos seres o estados de conciencia que por vibración rodeen dicho acto con amor, libre de egoísmo, libre de lujuria corrupta, libre de emociones malsanas y de desfases en el cuerpo emocional, jamás podrá ser sucio o pecaminoso.
LA ENERGÍA SEXUAL
Cuando esta energía electrónica sutil llamada lívido se usa equivocadamente, causa cansancio, soledad, insatisfacción, frustración, enfermedad, dolor y envejecimiento prematuro. Cuando se usa apropiadamente y es fruto del amor, puede ser aprovechada en beneficio propio, del compañero o compañera, de la raza y del planeta mismo.
Durante el acto sexual se produce la unión de todos los vehículos inferiores de la pareja, especialmente del cuerpo etérico. Por lo tanto, es entendible que se produzca una fusión de los campos áuricos y lógicamente de todo cuanto ellos estén atrayendo y creando a través de sus cuerpos emocionales y mentales. Si dicha unión es fruto del amor, se atraerá energía de naturaleza constructiva que producirá bienestar. Si la unión es producto del libertinaje y cualquier tipo de deseo mal calificado, se atraerán energías de naturaleza destructiva que producirán malestar, vacío y frustración.
Si la unión es producto del deseo mal calificado, dicho deseo discordante contaminará el aura de los individuos, y sus cuerpos inferiores conservarán variedad de energías destructivas que los acompañarán durante varios años. Como toda la energía atrae más de sí, poco a poco la persona empezará a atraer, incluso inconscientemente, todo tipo de pensamientos y sentimientos limitantes producto de una unión malsana. En casos extremos, estas uniones o ataduras perduran hasta por varias encarnaciones.
La energía sexual es maravillosa cuando es empleada por una pareja llena de amor, creando a lo largo del tiempo, un verdadero templo de amor mediante la afinidad áurica, permitiéndoles superar los obstáculos y realizar un verdadero intercambio de energías tanto a nivel físico como etérico, llenándolos de felicidad, salud, prosperidad, y creando un ambiente propicio para la llegada de seres de gran evolución y vibración espiritual que enaltecerán la raza y el hogar que les abrió las puertas.
A la hora de encontrar pareja, es ideal buscar una afinidad en todos los campos, ya que, si la intención de uno de ellos se expresa en función de cualquier deseo bajo o vulgar, su unión causará daño al compañero. Las parejas conscientes deben aspirar a ser fuentes generadoras de bien para la humanidad, comenzando por ellos mismos y por esa FAMILIA que han de crear, la cual es y será siempre la buena semilla de una sociedad.
LA BASE DE LA ALQUIMIA SEXUAL, ES EL AMOR
Desafortunadamente, debido a la falta de una enseñanza apropiada y ordenada, los individuos incautos llegan a determinados conocimientos acerca de la energía sexual, que pueden ser mal comprendidos si antes no han llevado a cabo un proceso meditativo metódico, armonioso y constante, llegando a ocasionar serias desarmonías, de dolorosas consecuencias.
La calidad de la energía que recorre los chakras en el acto sexual, está determinada sencillamente por la unión amorosa. Si la energía creadora situada en el plexo sacro se utiliza por capricho de algún bajo instinto o deseo de dominio, únicamente se producirá un derroche de energía, puesto que solo se estaría siguiendo el instinto animal que se tiene desde las primeras edades. El ser humano que aún vibra en las bajas frecuencias de estos estratos del cuerpo emocional, accionará éstas vías de escape, pero no debe confundir ese aparente sentimiento de liberación, con una verdadera unión amorosa.
Para que exista un balance energético, cada individuo debería mantener un equilibrio amoroso para beneficiarse a si mismo y a su pareja. Como el potencial energético aumenta durante una relación sexual, el campo magnético desarrollado también se intensifica, beneficiando la estabilidad mutua y la relación que han construido. Sin embargo, si analizamos la carga energética de la pareja usando como ejemplo a una persona espiritualmente fuerte en unión con una persona débil, al conformarse el campo magnético, sus energías se unifican, la energía circulante se equilibra, y ocasiona que el cuerpo débil adquiera para sí, la energía vitalizadora que le llega del cuerpo fuerte. De ahí que una persona espiritualmente fuerte, sienta que su energía fue sustraída al mantener relaciones con una persona desequilibrada.
LOS VASOS COMUNICANTES
El concepto de vasos comunicantes es utilizado en muchas disciplinas, tanto de las ciencias exactas como sociales y también en las humanidades.
En física, de acuerdo a la Ley Hidrostática de los Vasos Comunicantes (VC), los VC son un sistema compuesto por dos o más recipientes en donde uno con mayor nivel de líquido que el otro, se unen a través de un tubo hueco generando un desplazamiento de agua desde el que contiene más líquido hacia el que contiene menos hasta igualarse los niveles. Esto es generado por estar sometidos ambos recipientes a igual presión atmosférica.
Del mismo modo, si tenemos dos recipientes conteniendo una solución liquida, con iguales niveles o volúmenes pero con diferentes grados de concentración, y los unimos a través del mismo tubo líquido, se generará un flujo de líquido desde el recipiente con mayor concentración hacia el de menor concentración hasta igualarse las concentraciones. Un proceso similar a los relacionados al concepto de presión osmótica y teoría cinética de los gases.
Cuando el hombre y la mujer se unen mediante el acto sexual, sus cargas se unifican, produciéndose un equilibrio de todas las energías que ellos estén expresando en ese momento. Ya sea amor, dulzura, cariño, o también duda y temor.
La verdadera “alquimia sexual” no puede desarrollarse ni aumentarse cuando no es compartida, vivida y sentida por la pareja. Si es ignorada o rechazada por uno de los miembros, se cristaliza y produce una fuerza obstaculizadora que se esparce dentro de ellos, especialmente en el más sensible o menos protegido, causando cambios negativos en la personalidad y trastornos psicológicos que le impiden desenvolverse dentro de una atmosfera positiva. Esto puede llegar a producir dificultades cada vez mayores, que puede llevarlos a la indiferencia y a la separación; el aparente amor puede transformarse en una fuerza egoísta y hostil hasta llegar al odio. El verdadero amor es creación; y si los seres se aman y apoyan mutuamente como pareja, viviendo armonizados en un nivel muy alto, sus hijos serán seres más avanzados. Si, por el contrario, en la unión sexual solo existe interés de tipo físico, es probable que sus hijos no logren descargar todo su potencial al momento de ser concebidos, salvo algunas excepciones kármicas o dármicas conocidas y dirigidas por el plan divino.
VEAMOS QUE ACONTECE CUANDO LA UNIÓN ES PRODUCTO DEL AMOR
Durante el acto sexual, el hombre y la mujer segregan sustancias bioquímicas a nivel físico, y esencias electrónicas puras y potentes a nivel etérico. Estas sustancias y esencias son intercambiadas y grabadas intensa y profundamente dentro de los vehículos inferiores de ambos seres. Cuando dicho acto es realizado con amor, se produce una verdadera armonía áurica entre el Yin (-) femenino y el Yang (+) masculino, no se producen ataduras malsanas y sus energías fluyen libremente sin producir desbalances. Esta perfecta compenetración del uno en el otro, es lo que constituye una verdadera unión.
En las uniones sexuales donde reina el verdadero amor, y que no se conforman con una relación carnal donde intervienen solamente los dos chakras inferiores, sino que, por el contrario, la energía asciende al plexo solar, el hombre y la mujer pierden su personalidad individualista, entonces la dicha y el gozo son reales, porque se funden el uno en el otro, desapareciendo de su unión todo elemento de baja vibración, permitiendo la unificación completa de la pareja.
La energía continúa su recorrido hacia el centro del pecho y los dos empiezan a fundirse recíprocamente; en este nivel, empieza la real alegría de la unidad. Cuando se funden sus corazones, la pareja experimenta nobleza, sentimientos sublimes de belleza, pureza, bondad, perdón y amor.
Si la corriente del amor no se detiene allí, ascienden al plano mental y son creadores a través del centro Vishuda. Aquí, sus mentes se funden, dando una extraordinaria sensación de júbilo. De esta unidad deriva un propósito unificado: llevar una vida de irradiación, servicio y dedicación. La unidad se intensifica cada vez más hasta que las dos chispas que existen dentro de ellos se unen, y un gozo pleno se irradia a través de los chakras superiores. Ahora, ellos son un solo cuerpo y un solo espíritu. El amor vibra a través de sus cuerpos y elimina todos los obstáculos físicos, emocionales y mentales con su corriente purificadora y divina.
Es importante resaltar que, es imposible mantener la atención enfocada en la divinidad durante el acto sexual, puesto que se está liberando una gran cantidad de energía. No es la mente la que produce esta unión divina que se ha descrito; esta vivencia maravillosa solo puede experimentarse cuando hay verdadero amor.
Les comparto esta breve enseñanza de la Diosa de la Pureza.
“En vista de que la humanidad ha tenido más de tres millones de años para pasar por el nacimiento y el renacimiento, aquellos de hoy que tienen la oportunidad y el privilegio de lograr la Ascensión, no deberían considerar el sexo”.
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Continuamos en la lección 28.