Para vuestro mejor entendimiento, os vuelvo a recordar hoy que, la Luz que desciende desde el corazón del Ser divino a la forma física, va derecho al interior de la cámara secreta del corazón humano. De allí es devuelto al cerebro y el impulso de Luz llega a sí a la conciencia sensorial o lo que se ha llamado el “entendimiento intelectual”. Las instrucciones de la Presencia “YO SOY”, descienden así en Su Rayo de Luz y al volver a ascender, dirigen a las células cerebrales a que pongan por obra ciertas Directrices Divinas que harían del ser externo, un cabal representante del Ser divino.
Las células cerebrales no obstante, están conectadas – vía los cinco sentidos externos – al mundo de las apariencias y las vibraciones del mundo de las apariencias, también están siendo reportados constantemente al cerebro. Esto es un acumulado de hechos y fantasías, recogidos en el mundo exterior. El cerebro, entonces, se enfrenta a la labor de aceptar, ya sea las directrices divinas del corazón o los dictados de la llamada “razón” del mundo de las apariencias.
Como el hombre acostumbra tomar siempre la línea del menor esfuerzo, la presión del sentimiento, por lo tanto; prefiere aceptar el reporte de los sentidos externos… y así es como por regla general, las directrices divinas que vienen del corazón son ignorados. De esta manera el individuo se vuelve un peón del mundo de las apariencias, hasta que mediante la Contemplación y la Sabiduría divina, aprende en Paz a obedecer las indicaciones del corazón; aún frente a las apariencias más sobrecogedoras que le indiquen lo contrario. Siguiendo con esto, el hombre nunca realizará un avance consistente sobre el Sendero espiritual, ni será de valor para la Jerarquía espiritual; excepto por chorritos esporádicos. Pero no os desaniméis amigos de mi corazón, ya que a mí también me gustaron las cosas de la Tierra, así como os gustan a vosotros hoy. Os estamos agradecidos y os Amamos por cada “chorrito” y por cada esfuerzo.
Mediante la meditación el Chela puede entrenarse a sí mismo a ver la Luz que desciende desde la Presencia al interior del corazón y desde ésta, vuelve a ascender al cerebro, de manera que pueda oír las indicaciones de la Presencia, tan claramente cómo puede oír una voz en la radio (Aunque debo añadir, en la mayoría de los casos; la cosa es más como una imagen relámpago que como una expresión oral).
El Sendero a la Maestría yace en la conciencia controlada, la cual es un Centro irradiante de causas y de direcciones divinas. Vosotros reconocéis, aceptáis y expandís la conciencia de Dios a través del estudio pacífico, de la contemplación y de la atención unidireccional a la Luz del corazón del Ser interno.
Y así hoy, al tiempo que mis Amados Chelas adoptan la resolución de hacer esfuerzos más determinados para escuchar y seguir la Guía divina desde adentro, con mucho Amor vierto sobre ustedes grandes Bendiciones.
Electrones – Amado Mahá Chohán, Santo Aeolus
