EI mundo de los Ángeles es un mundo de Amor, un mar dorado de Llama pulsante, respirante e irradiante, como los Querubines y Serafines retozando en el viviente Corazón y Seno del Padre. El único sendero para experimentar de hecho Su presencia personal es el Amor; pero este Amor debe estar revestido con gran paz y tranquilidad, como si el ser interno de ustedes fuera un mar de azules aguas y su conciencia, una flor de loto que se abre al Sol de Dios, reposando sobre dicho mar, vertiendo el esplendor de Su Ser. Viviendo de esta manera en una tranquilidad interna y equilibrio, ustedes podrán en cualquier momento pisar con pie suave y reverente en la presencia de los Ángeles, si bien la menor perturbación emocional o tensión nerviosa, cerrará temporalmente la puerta a Su presencia.
A fin de proteger y alimentar la Naturaleza Espiritual de la humanidad, y a fin de ayudar a que la Chispa Interna de la Divinidad evolucionara hasta convertirse en una Llama de la Maestría Consciente, se envió a la Tierra a la Hueste Angélica para que se mantuvieran al lado de la humanidad irradiando el Amor, la Fe, la Voluntad del Padre a la atmósfera y al aura de la Consciencia Divina evolucionante en cada hombre.
El gran Reino Angélico vino a nuestra Tierra primordialmente en calidad de Protectores, como amplificadores de las Virtudes de Dios. Vinieron a traernos, mediante Cuerpos Brillantes, la remembranza de esas Cualidades Divinas desde el Corazón del Eterno.
Los Miembros del Reino Angélico se mantienen dentro de las auras de hombres y mujeres que se encuentran inmersos en sus propias creaciones humanas y, mediante el poder de la radiación, les ayudan a esas personas a seguir poniendo un pie antes del otro, moviéndose hacia adelante y arriba hasta que se les pueda dar mayor ayuda.
Los Ángeles evolucionan primordialmente mediante el control de la radiación (sentimientos calificados de bien). A través del control de la energía, llegan a ser Querubines, Serafines y finalmente, se convierten en Grandes Seres que cuidan y protegen planetas, galaxias y grandes sistemas de mundos.
LOS SERES DEL REINO ANGÉLICO SOMOS LOS SIRVIENTES DE DIOS
Mensaje del Amado Arcángel Uriel, arcángel de la Ministración:
De todos los Ángeles que pueblan la atmósfera interna alrededor de su planeta Tierra, las legiones más grandes son las de Nuestro Príncipe (el Señor Miguel) y las Mías. Somos los sirvientes de Dios, y Nuestra gran oportunidad y gozo en el plan universal es ministrar a los hijos e hijas de Dios que han tejido de los pensamientos y sentimientos, ciertas experiencias dolorosas; y quienes, en su extremidad, tarde o temprano invocan al Poder superior en cuanto a asistencia para zafarse.
Nosotros somos esas legiones que responden a los Llamados y oraciones del más infinito de los hombres. En un orden graduado, los Ángeles de la Ministración se proyectan desde el corazón del mismísimo Sol Central, bajando a través del ámbito síquico y astral hasta llegar a conformar una cúpula de luz asordinada alrededor de la “Empalizada”.
A través de las Guardianas Silenciosas, se nos alerta en el momento que la Llama en el corazón se agita y el silente “Dios ayúdame” se eleva desde dentro de las consciencias. En ese momento y de acuerdo con lo requerido se envía a uno o más Miembros de Nuestras legiones a llevar la Gracia y la asistencia a las corrientes de vida que requieren socorro. Los Ángeles de la Ministración son los Mensajeros de lo más Alto. Son aquellos que encarnan la cualidad mística de “Gracia”. El Complemento de Mi Corriente de Vida es conocida en los Niveles Internos como “Señora Gracia”. Ella es “La Dama llena de Gracia” en el Reino Angélico, así como actualmente la amada María es la representante de la Gracia para el reino humano.
La asistencia que le presta la Hueste Angélica a la humanidad de la Tierra es muy poco entendida. Hay una Ley Cósmica inexorable e inmutable que requiere que el llamado tenga que venir de la octava en que se siente la necesidad. Si esto no fuera una Verdad auto-evidente, hace tiempo que aquellos de Nosotros que vivimos en Amor y Misericordia hubiéramos elevado dentro de la luz a la humanidad y a toda creación de sombra; pero por cuenta del libre albedrío auto-consciente… ¡la corriente de vida y la consciencia dentro de sí tiene que solicitar la asistencia! Entonces, en la corriente de retorno de esa misma energía viene la Radiación, la Presencia y el Poder de los Seres Cósmicos, los Maestros Ascendidos, la Hueste Angélica, los Poderosos Devas, según sea el requerimiento de la hora.
Las grandes Presencia incubadoras que establecen Su morada encima de las grandes ciudades, permanecen en vigilancia continua en cuanto a esos rayos, esos parpadeos de luz que salen del alma y que constituyen un “S.O.S.” a las Huestes Angélicas… ¡pidiendo asistencia! Entonces estos seres, una vez que han medido la necesidad, hacen el Llamado a uno de los directores de los miembros de la Hueste Angélica en Nuestra esfera. Dicho Director, entonces, le da la misión a un Ángel que está lo suficientemente desarrollado para sostener dentro de Su mundo emocional la particular cualidad de radiación que constituye la respuesta a la oración. Dicha cualidad de radiación estimula la Llama dentro del corazón y alma del suplicante y cuando las dos se encuentran, el suplicante mismo es capaz de magnetizar la respuesta. ¡LA RESPUESTA VIENE DE ACUERDO CON SU ACEPTACIÓN!
SERES DIMINUTOS
La amada Hueste Angélica que trabaja con Nosotros comienza con los pequeños y diminutos Querubes (Chembs) y Ángeles que encarnan las cualidades de Fe, Felicidad, Esperanza y todas las Virtudes, y cuya capacidad de retener la específica radiación de una cualidad que se requiera en la Tierra a veces no pasa de una hora.
No hace falta decir que los primeros esfuerzos de estos Seres por dar asistencia al planeta Tierra son bastante breves. Ellos se apuran a regresar al interior de la seguridad del Director desde Cuyos brazos y auras fueron Ellos enviados adelante a vaciar Sus pequeños recipientes de fe o confianza, dentro del Cordón de Plata y la corriente de vida de algún desalentado o desesperado. Al registrar la victoria de una misión de este tipo, los pequeños seres van cogiendo confianza, se vuelven más ansiosos por aprender y más deseosos de mantener el auto-control requerido para sostener una mayor porción de una Virtud o cualidad en Su próxima misión.
Es así, mediante experiencias propiamente dichas, que la Hueste Angélica crece, se desarrolla y aprende el gozo que hay dentro del servicio. A los Ángeles se les permite atestiguar el cambio en la consciencia del mortal a quien Ellos bendicen con Su gracia. La felicidad y el gozo que brilla en los ojos de estos infantes es, en verdad, algo maravilloso de ver cuando Ellos ven como se endereza una forma que estaba torcida y cuando una consciencia desesperanzada vuelve a llenarse de fe. Ellos regresan a los Templos cargados con entusiasmo y con un ardiente deseo de regresar a la Tierra una y otra vez, hasta que ningún miembro de la humanidad o del reino elemental aprisionado, requiera asistencia… ¡fuera de la Llama que palpita en sus propios corazones!
Estos son los Seres pequeños. Ustedes— que se están esforzando por sostener en su consciencia alguna Virtud al menos durante parte de un día para darla a otros mediante el contagio— pueden entender parcialmente el gozo de los Ángeles cuando, en su asociación, son capaces de transmitir algo de denuedo, algo de fe, algo de confianza a uno de sus asociados con quien se encuentran en el curso de su diario bregar.
Entonces, con un vigor renovado, regresan de nuevo a la Fuente de la fe y confianza dentro de su corazón, solicitando allí la capacidad de irradiar una mayor esfera de influencia de dicha cualidad a su alrededor, dentro de su aura, y de poder hacerle frente a la contaminación de la mente de las masas durante en lapso más largo.
Es una bella manera de experimentar con su energía, tomando quizás alguna cualidad en particular cada día que sienten que podría beneficiar a la humanidad a su alrededor, en su vida hogareña o en su asociación de negocios.
Entonces, fijando el “termostato espiritual” de su consciencia’ y mundo emocional en dicha Virtud, y sintonizándose con el Ser! Cósmico que representa el momentum de la misma, dirigir y sostener esa Virtud específica a través de su aura y esfera de influencia a pesar de las condiciones, apariencias y sombras del mundo de las apariencias que, puedan encarar. ¡TRÁTENLO!
Tomado del libro: Puente a la Libertad – Arcángel Miguel
Serapis Bey Editores
Estimado Gabriel, en primer lugar deseo felicitarle por cada uno de los artículos publicados, su contenido es maravilloso; respecto de este articulo y otros relacionados, encuentro citas sobre las llaves tonales y frases como “El llamado debe venir de la octava”; me gustaría que me ayude con mas información para entender esto.
Gracias por su respuesta, le envío un fuerte abrazo de luz.
Con mucho gusto estimada Elba, de manera breve: Existen muchas escalas vibracionales, pero para fines prácticos, podríamos decir que tenemos dos:
1. Octavas Superiores de Luz.
2. Y octava de actividad humana.
Una octava es una escala de vibraciones (8 vibraciones secuenciales), por ejemplo, cuando un ser humano pide ayuda a su presencia divina, esas vibraciones de la octava inferior repercuten en las octavas superiores, multiplicando las vibraciones por todo su ser, impulsando una respuesta que va de regreso con el requerimiento solicitado.
Suele ser complejo de entender, pero a medida que se avanza en la lectura se hace mas comprensible. En este artículo por ejemplo, en el párrafo donde dice: “…El llamado tenga que venir de la octava”, se refiere básicamente a que el llamado debe provenir del ser humano que la necesita, debe provenir desde su propia esfera de pensamiento, debe provenir de su propia octava, por libre albedrío. O sea, que no funciona igual si otra persona la pide por él, tiene efecto sí, pero el llamado debe provenir desde su misma octava para que los ángeles puedan actuar con plenitud.