“Decretaréis una cosa y la misma os será dada”.
El revestir las Ideas y las Verdades con las energías físicas de los individuos que componen los grupos, mediante el uso de la palabra hablada, cubre las formas de pensamiento y sentir creadas por los cuerpos mentales y emocionales, con la verídica sustancia del plano tridimensional. Y hace bajar la acción vibratoria de la energía espiritual a un punto en donde ella vibre acorde con el mismo plano en que la condición necesitada de ajuste esté ubicada.
Esto provee un “almacén” de energía física cualificada, que es usada por los Seres Divinos para disipar las formas malévolas y cualquier foco de energía de clase negativa.
Como la mayoría de las condiciones que afectan a la humanidad están vibrando a una frecuencia similar a aquella que puede ser liberada a través de la palabra hablada, el poder, para remediar estas condiciones, es grandemente intensificado por el individuo o grupo que escoge ser el eslabón transformador para hacer bajar las más sublimes energías que forman la Autoridad Maestra en las Esferas Superiores.
La Verdad se manifiesta en cada plano cuando alguna Inteligencia la capta y la libera en forma positiva en ese plano, o en la Esfera en la cual ella está funcionando por un determinado tiempo.
La eficacia del Decreto es determinada por la cantidad de sentimiento y convicción que son liberados a través de las palabras y de la claridad de la imagen que se mantiene en el cuerpo mental del individuo decretante que es el que forma el patrón alrededor del cual la energía física del “fíat” hablando se une.
Por ejemplo: la Espada Flameante del Señor Miguel, Arcángel de la Preservación, es su propio Sentir Divino y es dirigido por su Voluntad y muchas veces por su palabra, a las condiciones que requieren asistencia. Si El no tuviese un pensamiento claro y fijo, su Espada sería vaga, vaporosa, pobremente formada y en ningún momento muy eficaz.
La habilidad del estudiante para visualizar la Actividad que él está decretando que se le establezca o sea establecida a través de él, y la cantidad de sentimiento positivo, o sea, la fe puesta en la eficacia de esa Actividad para obtener el control del Poder en el Decreto. Por lo tanto, el interés del estudiante debe estar detrás del Decreto y su energía debe ser positiva y controlada, si el resultado va a ser de una naturaleza positiva. La cantidad de poder que es liberado mediante el Decreto varía de acuerdo a la naturaleza del estudiante.
El control de la energía a través de las cuerdas vocales, es determinada por la totalidad de Maestría que posee el individuo sobre el cuerpo emocional. El volumen del sonido no es importante como lo es la calidad del mismo. Por ejemplo, los gritos histéricos de una persona tienen mucho volumen, pero no están contribuyendo a ningún servicio. Sin embargo, existe el llamado controlado de los Iniciados que puede devolver la vida y que, al aplicar volumen y poder, se sabe que rompe cristales y destruye paredes.
Algunos individuos pueden, por su naturaleza, ser extremadamente positivos en el uso del bajo tono de la Maestría. Otros no pueden transmitir el sentimiento si no es mediante el ejercicio de una cantidad de fuerza física que da seguridad de su cumplimiento a las corrientes de vida. Aquí la libertad es la orden del día. La acción es el requisito de la hora. El control balanceado de la energía, sea ésta acompañada por una “voz fuerte”, como aquella con la cual Jesús sacó a Lázaro de la tumba o de la Voz del Silencio, mediante la cual el sol “escucha” la orden de levantarse cada mañana de su lecho nocturnal.
Cuando el decreto es acompañado con la visualización de la Actividad del Fuego Sagrado que se está invocando, la cualidad positiva de la voz del estudiante evitará el sentido de inseguridad que es algunas veces aparente en la energía de la vida del estudiante.
Un mayor sentido le es dado al grupo, que será revivificado en su actividad individual, si el Decreto es dado en una manera firme y correcta.
La importancia de un decreto audible descansa en el hecho de que las formas de pensamiento y sentir están revestidas en la sustancia, energía y acción vibracional de la Octava en la cual la apariencia de angustia habita.
Yo quisiera enfatizar que el poder sacado y enfocado a través de la invocación rítmica, que enfatiza el sentir del cuerpo del estudiante, aclara la forma de pensar y construye el “momentum” o impulso en la liberación de la energía, no solamente de los seres no ascendidos, sino también de los Grandes Seres Ascendidos, quienes siempre responden a tales llamadas. A menos que el grupo en que, uno esté trabajando esté compuesto por Maestros de la Invocación, las fuerzas son desparramadas al cambiar muy a menudo el patrón del Decreto y, de este modo, muy poco es conseguido.
Cuando se me llama a trabajar con un grupo de Chelas, Mi primer esfuerzo es el de centralizar la conciencia de los individuos dentro del Corazón del Fuego Sagrado. Desde este Centro, el poder de la Invocación de las corrientes de vida es más efectiva: “Yo conscientemente entro y moro dentro del Corazón del Fuego Sagrado; el verdadero Centro de Mi Ser.” “YO SOY la Presencia de Dios dentro del Corazón del Fuego Sagrado y Yo hablo y Comando con Autoridad.” “YO SOY Investido con el Poder de Tres Veces Tres.” “YO SOY Investido con el Poder de la Transmutación.” “YO SOY Investido con el Poder de la Precipitación”.
Finales cortos y claros son preferidos porque ellos sellan el Decreto en el sentir de la energía del estudiante, al igual que las condiciones que están siendo transmutadas. Entonces con el comando y la autoridad de la Presencia dentro del Corazón del Fuego Sagrado, utilice el Poder en un buen Decreto rítmico y deje que se construya en “momentum”.
“En el Nombre de la Presencia de Dios que YO SOY. “A través del Poder Magnético del Fuego Sagrado investido en mí. Yo ordeno que. . .”
En los Decretos, Yo abogo por el uso de patrones de pensamientos constructivos en vez de aquellos destructivos, tales como “huracán”, porque todas las actividades de la Naturaleza mentalizadas aumentan la apariencia venidera cuando las fuerzas de la Naturaleza son desencadenadas.
Si usted estuviese en una posición de tener la visión interna abierta un momento, y pudiera ver la tremenda reacción de los seres en los niveles internos, cuando un grupo de la humanidad, Investida con el Poder Consciente del Fuego Sagrado, envía una liberación rítmica de su energía en un patrón oral, causaría en usted un deseo de permanecer en esa forma hasta que su mundo reconociera su total realización.
La Invocación ascendente completa su patrón en la última palabra del Decreto y los Seres Divinos empiezan su Emanación en la primera palabra de la Aceptación.
En la próxima ola rítmica, la invocación se eleva a la cima del crestón anterior y entonces con el “momentum” de la energía aumentada, penetra aún más en las Esferas Superiores y trae de regreso las Emanaciones amplificadas.
La competencia del Director en llevar la energía a un paso rítmico determina la eficacia del Decreto y la altura que el mismo alcanzará, al igual que el retorno subsiguiente de la Luz de Dios al Mundo de los hombres.
El volumen del sonido no es tan importante como lo es el ritmo de la energía. Algunas personas pueden aceptar esto solamente a través de la fuerte liberación de la palabra hablada; otros pueden hacerlo a través del sentimiento. Todo depende de la evolución del individuo y de las tendencias de su naturaleza.
Es suficiente decir que el ritmo, la concentración, la claridad del bosquejo de la actividad y la suficiente velocidad del tiempo para mantener los cuerpos internos avivados, son los requisitos para el Cumplimiento Divino.
Como no existe un límite a los poderes de la protección de Dios que pueden ser invocados y como no hay límites para el Poder Transmutador del Cristo Cósmico del Amor, usted tiene todo a la mano con lo cual puede sacar, proteger y sustanciar sus esfuerzos en el nombre de Dios.
Tomado del libro: El séptimo rayo – Saint Germain