Todo, aún su planeta, está construido de Luz. Si se hubieran parado en la atmósfera y visto a los Elohim escudriñando el seno de la Guardiana Silenciosa, para luego proyectar los Rayos de Luz y conformar la cuna convexa dentro de la cual se atrajo la sustancia para hacer la tierra, sólo hubieran visto Luz y escuchado únicamente la bella Armonía de las Esferas. La creación de la Edad Dorada de mañana está teniendo lugar de la misma manera —a través de la Luz— y esa Luz es la energía de ustedes, atrayendo la sustancia desde el ámbito etérico y construyendo momentums específicos de sanación, de purificación y de iluminación en los diversos sitios donde ustedes amablemente escogieron formar grupos, santuarios y actividades dedicadas al Fuego Sagrado.
Ustedes han respondido al llamado de amor.
En las grandes eras en que la humanidad conocía la libertad, los sacerdotes y sacerdotisas del Fuego Sagrado se concentraban sobre un específico regalo a la vida, y se convertían en especialistas al atraer adelante desde el Corazón de Lo Universal, esa particular cualidad y momentum. Había templos de precipitación, de iluminación, de educación; templos donde los Devas de la Naturaleza eran entrenados para controlar todas las condiciones del tiempo, templos de sanación y así sucesivamente.
Los templos del pasado
La humanidad que operó y vivió en esas eras sabía dónde estaban esos templos. Cuando se agotaban de por sí en una cualidad u otra, hacían peregrinajes a esos templos. A medida que ascendía por los escalones y se sentaban en el silencio de dichos templos, eran revitalizados. Sus propias energías absorbían de la misma manera que la esponja absorbe agua, la cualidad de energía que los sacerdotes y sacerdotisas habían acopiado, y la cual ofrecían a todos los que entraban al recinto.
En la actividad que ha precedido esto, la generalización era el orden del día. En esas conferencias y cónclaves donde se unen unos con otros, los diversos momentums que ustedes acopian deben ser mezclados. Luego, cuando regresan a sus órbitas individuales, tendrán algo de la fuerza, algo de la dulzura, algo de la fe, algo de la Luz, algo de la pureza de cada uno de los sacerdotes y sacerdotisas visitantes que llevan, desde su propio campo de fuerza, una parte de su vida calificada para añadir y contribuir al bien del todo.
Amados míos, toda vida tiene algo que ofrecer. La violeta más pequeña, el árbol más bello, cada pájaro, cada ángel, cada Deva, cada hombre —cada quien tiene algo que ofrecer desde ese Santo Ser Crístico. Cada uno tiene una razón de ser, cada uno tiene una radiación a través de las energías de su propio mundo que pueden ser un beneficio y una bendición, un sustento y un estimulante para las energías internas de su propio mundo —si tan sólo escogieran abrirse para aceptarlas.
Sintonizarte con tu templo etérico
Si en tus actividades individuales escogieras invocar a la Guardiana Silenciosa local de tu ciudad o poblado, y encontrar dentro de ti la llave tonal del templo que pulsa en los éteres encima de tu santuario o grupo, y si te empeñaras entonces en concentrar tus energías en poner de manifiesto el Momentum Cósmico plenamente acopiado de ese templo, de ese culto y de esa Luz, estoy seguro de que encontrarán un gran júbilo en convertirse en especialistas en un campo u otro. Cuando sean fuertes y cuando su momentum haya sido acopiado, entonces será el momento de aumentar la cantidad de seres humanos de la Tierra que estén al corriente de ustedes y de su servicio. Entonces será el momento para volver la atención y la conciencia de la gente hacia ustedes, ya que tendrán algo que dar que será la más grande prueba posible, Amados Hijos de Dios, de su unicidad con el Padre y de su dirección desde Nosotros, ya que ustedes son Nuestros representantes en este mundo de la forma. En su Luz y en sus obras manifiestas está Nuestro éxito medido por la gente del mundo, ya que nosotros, por ley cósmica, debemos permanecer detrás del velo humano y utilizarlos a ustedes como nosotros mismos en acción.
Y quisiera decir, Amados Míos, que aquéllos de ustedes que han respondido tan amable y bellamente a Mis humildes empeños por darles un poquito del Confort de Mi vida en El Boletín, estoy extremadamente agradecido por la Luz que ustedes vierten de vuelta a Mí en su palabra escrita, en sus oraciones, en sus afirmaciones. Ustedes no saben lo que significa recibir tanto Amor de parte de la humanidad de la Tierra, ya que hasta hace pocos años atrás… ¡pocos siquiera conocían Mi nombre o sabían de Mi existencia!
Diario de El puente a la libertad de el Mahá Chohán
