El Séptimo Rayo —Rayo Violeta de la liberación y la transmutación, llamado también Rayo Ceremonial— cae bajo mi jurisdicción y está destinado a ser la Emanación predominante sobre el planeta Tierra a través de la corriente vital de todos sus moradores, en los próximos dos mil años. Se le llama el “Rayo Ceremonial” porque trata principalmente con la invocación, condensación y radiación de la Energía Espiritual a través del control consciente de los seres que poseen la libertad de actuar del modo que deseen.
En las Altas Esteras, un ritual bello e inspirador, el cual ni la más avanzada imaginación del hombre puede concebir, se está preparando y será gradualmente bajado al mundo de la forma.
El Séptimo Rayo es el último en derramar su esencia de vida sobre el planeta en catorce mil años. En el curso de la historia de la Tierra la Rueda Cósmica ha girado muchas veces en estos ciclos (muy semejante a la forma en que la rueda más pequeña de las estaciones del año ha girado innumerables veces) y al Séptimo Rayo se le ha dado la oportunidad una y otra vez de fecundar esta característica espiritual, particular, que comprende la primordial naturaleza de Sus hijos.
En cada revolución, fueron llamados ciertas corrientes vitales desde las Esferas Internas, las cuales en el curso de su evolución han sido instruidas en la naturaleza del Séptimo Rayo y han servido en la Séptima Esfera cómo paso preparatorio para encarnar en orden de llevar a cabo sus destinos finales en el mundo de la forma. Aquellas corrientes de vida que decidieron la encarnación bajo el Séptimo Rayo, cada vez que éste toca la Tierra en su ciclo evolutivo, se conocen como los Hijos del Séptimo Rayo. Algunos han conseguido la Ascensión bajo su benigna influencia en los ciclos que han precedido, pero muchos no lo han hecho.
De éstos que han permanecido, el Maestro que ha actuado como Chohán del Séptimo Rayo ha escogido aquella corriente de vida más desarrollada en la línea de su Naturaleza Espiritual para que lo asista a Él en la expansión y perfección de la Dádiva de su Rayo a la Tierra y a sus gentes durante el tiempo que Su Rayo está activo.
Al mismo tiempo, de entre los Hijos del Séptimo Rayo, el Chohan potencial para el futuro es escogido y bajo la supervisión del Mahá Chohan es entrenado para asumir su Oficio, cuando el Chohan que le precede se gradúe a su Servicio Cósmico Mayor. Yo, Saint Germain fui uno de los escogidos, preparado y finalmente investido con el Oficio del Chohan del Séptimo Rayo, en cuya posición ahora aparezco como representativo de la Emanación Cósmica a la Tierra.
El Servicio del Séptimo Rayo a la evolución de un planeta y de su población, descansa en la educación de la Conciencia de los seres no ascendidos, a fin de que adquieran el poder de Invocar, Dirigir y Sustanciar las Fuerzas Espirituales para el estímulo de toda vida manifestada.
De entre las corrientes vitales que en los niveles internos escogen desarrollar sus talentos y capacidades siguiendo las líneas del Séptimo Rayo, Yo he (como lo han hecho mis ilustres predecesores) escogido a aquellos espíritus, ahora encarnados, que responden a mi Nota y Trabajo de llevar un conocimiento claro del propósito, designio y método de expandir la Actividad del Séptimo Rayo, el cual almacenará hasta el nivel de bendición más alto posible, el desarrollo de los habitantes del planeta. Estas páginas son una base al igual que una invitación para que aquellas personas que escojan el asistirnos en nuestros esfuerzos en estos momentos, así lo hagan. Se debe comprender, sin embargo, que la Ley Cósmica no permite ninguna coacción por parte de un Maestro para convencer a una corriente vital de que se una a Su causa. Cualquier asistencia que se dé, debe ser un ofrecimiento voluntario de parte del individuo que ofrece su ayuda.
El flujo natural de la vida a través del “Cordón de Plata”, está en libertad de escoger mediante el libre albedrío. Durante el curso de los largos siglos que han pasado, el hombre le ha permitido a esta energía dadora de vida, escurrirse por entre las avenidas de sus sentidos externos y la ha transformado en la manifestación discordante del conglomerado de la masa humana donde los individuos que se incorporan en este planeta, se convierten en herederos de la misma.
La disipación de estas creaciones erradas es posible si nosotros logramos avivar el interés y obtener la cooperación de un grupo de seres humanos en estos momentos. El hacer esto no debería ser una tarea muy difícil, debido a que durante el pasado siglo millares de almas han podido captar la actual existencia de Seres que moran en las Altas Esferas, y que de una u otra forma han recibido una idea comprensiva de la relación que existe entre ellos y la Fuente.
Todo lo dicho y hecho, sigue el Esquema Divino de Dios encaminado a despertar a la humanidad de su letargo y que es una de las Bienandanzas que acumulará el planeta bajo los auspicios benignos del Nuevo Día.
Mediante la influencia del Séptimo Rayo, los miembros del reino Angelical aprenderán cómo sacar y unir su energía con los de los Reinos de la Naturaleza y el de los Humanos, para la disipación de la maldad, como el primer paso armonioso. Luego, mediante esta estrecha unión, crearán las causas que se manifestarán en la pantalla de la vida como Paz, Salud y Prosperidad, que será la culminación de todas las esperanzas que llevarán a un estado de felicidad y que podría ser disfrutado por los seres de la Tierra, en vez de andar su fe en un estado precario, creyendo que este bien solamente puede ser alcanzado cuando pasen al Más Allá.
Quiero aprovechar esta oportunidad para dar mis más sinceras gracias y reconocimiento al Gran Señor del Mundo, El Sanat Kumara, a Mi Señor El Mahá Chohán, a mis Hermanos los Chohanes de los Seis Rayos que me precedieron y a toda la Gran Hermandad Blanca. Todos ellos, conjuntamente con sus Chelas y Estudiantes, me han dado, no solamente su invaluable asistencia, sino que también me han estimulado en este Esfuerzo, y por consiguiente aquí y ahora Yo Invoco la Bendición del único Padre Eterno en sus corrientes vitales individuales por su esfuerzo de expandir las fronteras del Reino de Dios. También quiero reconocer con gratitud la tremenda ayuda que he recibido de los Siete Arcángeles, muy especial del Señor Miguel y del Señor Rafael y de la Hueste Angelical al igual que del poder sustanciante de Su Amor durante el primer período difícil de la introducción de la Nueva Era a través del Séptimo Rayo.
Tomado del libro: El séptimo rayo – Rayo Violeta – Saint Germain