Consideren el mundo alrededor suyo como un mar moviente de energía. ¿Alguna vez han tratado de ver su imagen en agua que está siendo violentamente agitada? Esa es la posición del artista al esforzarse por crear la impresión de un Ser Divino —ya sea visto mediante la clarividencia o con su propia conciencia. Luego también, tomemos en consideración las memorias etéricas de dicho artista —tales como entrenamiento previo en diversas escuelas de arte, proximidad a Maestros y ángeles en vidas anteriores, así como también la sutil influencia de imágenes presentadas que están registradas mediante el conducto de la visión humana.
Todo este conglomerado masivo conforma la efluvia a través de la cual el artista se esfuerza por poner, en un lienzo bidimensional la similitud de un Ser tridimensional o cuatridimensional. Claro está cada artista pintará en cualquier imagen todas las influencias indicadas anteriormente. Sin embargo, los Seres Divinos así pintados utilizan todas las reproducciones constructivas de sí como un canal a través de los cuales verter Su bendición, desde el más crudo crucifijo tejido a mano hasta el más bello lienzo o escultura.
No debería haber confusión en las mentes de los estudiantes en cuanto a las múltiples diferenciaciones en presentación. Sencillamente sepan que el ser a quien aman está irradiándoles (a través del foco que puedan tener en dicho Ser) tanto de Su amor, Luz y bendiciones como ustedes puedan recibir.
Por ejemplo, los primeros artistas pintaron al Maestro Jesús utilizando las líneas duras características de la era en que ellos mismos habían vivido. Artistas posteriores, al vivir en ambientes más lujosos, suavizaron su rostro. Cada nacionalidad y religión tiene su concepto de la Deidad, y ustedes notarán que tal concepto invariablemente sigue el patrón racial al cual pertenece el artista. Cuando las marejadas de energía calificada discordantemente sean transmutadas por completo, el arte tendrá una expresión más precisa.
Mientras tanto… ¡ESTÉN EN PAZ! Si les gusta una representación de la Deidad más que otra, sin duda se debe a que ustedes recuerdan la imagen en dicha versión. El discernimiento y la sensatez conducen fuera del valle de la confusión, al sendero de la serenidad y la paz.
El Puente a la Libertad – Serapis Bey
(Marzo de 1957)