Cuando la amada Caridad me estaba ayudando con mi Aplicación personal, Ella detectó en mi corazón infantil cierto sentido de frustración por ser la “flor de pared” entre tantas bellas y brillantes hermanas. Un día me dijo algo que fue realmente confortador y que permaneció conmigo toda mi vida. Ella dijo, “sabes, niña, LO ÚNICO QUE IMPORTA SON TUS RAÍCES”.
Cuando esas raíces se anclan profundamente en el conocimiento de Dios y en el amor por Dios; cuando en los sitios secretos y callados de tu propia alma esas raíces están desarrolladas con fe, pureza y amor de Dios… ¡LA FLOR DEL TRABAJO Y EL PERFUME DEL SER SERÁN APENAS UN EFECTO! Ustedes no necesitarán preocuparse de estos más de lo que una planta en crecimiento se preocupa del capullo que se abre. Las energías de esa planta están comprometidas en conectarse con la tierra y con los elementos que le dan su sustento, y a su debido tiempo, la flor aparece como un resultado natural.
De allí en adelante, dejé de buscar las obras manifiestas en sí. Me propuse establecer mis raíces profundamente, hondo en el amor de Dios, en esa gran rendición a Su propósito, con la realización de que “uno con Dios, mayoría aplastante.” De la mejor manera que me fue posible, encarné la misma Verdad que Jesús volvió a poner de manifiesto: “Buscad primeramente el trino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os sean añadidas. (Juan 6:33) Así fue en mi experiencia.
Hoy en día, ustedes también están plantando las raíces hondo dentro de la llama de su corazón, de donde viene el sustento, el mismísimo latido de su Cuerpo; de donde viene la sanación de su carne, de donde viene el suministro sobre su mesa y los techos sobre sus cabezas. En la medida que sus raíces estén ancladas en Dios, sin buscar ya más sustento espiritual externo, asimismo su flor se manifestará a todos los hombres. Lo que el hombre hace en secreto se manifiesta al mundo a su alrededor, que podrán leer quienes tienen ojos para ver.
Hablo hoy de corazón a corazón, de manera campechana, porque somos una familia, porque no hay duda, porque no hay enemigo en ustedes que tenga que convencer acerca de Nuestra realidad y propósito. Por consiguiente, esta noche somos uno en conciencia, una gran familia de luz. Es así como les hablo, escudriñando los profundos vericuetos de sus corazones, viendo allí las fuertes raíces en el centro, y las raíces nuevas que de ellas emanan. Veo ahora en muchas auras la armonía manifiesta de esa futura flor.
¡Les digo, amados corazones, que estén de buen ánimo! Ustedes están creciendo en gracia, creciendo en luz, y creciendo en amor. Hasta que su victoria sea completa, Yo estaré a su lado y con ustedes, así como también lo está mi gran maestra, la amada Caridad, quien es la encarnación del amor por la vida.
La humanidad llegará a ustedes, atribulada y confusa, con la esperanza estremeciéndose en su corazón. ¡Acuérdense de Mí… y libérenla a base de amor! “Amaos los unos a los otros como yo los he amado.”
Diario del puente a la libertad – Lady Nada
