(Nº 10 – DICIEMBRE DE 1936)
El Día de Navidad en realidad simboliza el comienzo de la Ascensión, ya que el Niño Cristo nace dentro del individuo y comienza a producir la manifestación de Perfección Eterna en su experiencia física cuando el individuo llega al reconocimiento consciente de su “Magna Presencia YO SOY”.
¡El Cristo es, en realidad, el MAESTRO INTERIOR! Esto quiere decir que al Cuerpo Mental Superior, a la Mente Omnisapiente de Dios, se le ha dado pleno comando y posesión de la sustancia, de la energía, del ser y del mundo de la personalidad.
La palabra “Maestro” es un reconocimiento y aceptación de la renuncia que ha hecho la actividad intelectual o externa de la mente y SENTIMIENTOS. Esto entraña la devolución a la “Presencia” de toda sustancia, energía y manejo de todas las actividades externas del individuo. Esta es la rendición total de la parte humana al manejo de la “Magna Presencia YO SOY”. En el momento en que eso ha tenido lugar sincera, definitiva y completamente tanto en los sentimientos como en el pensamiento, el Niño Cristo ha nacido en el mundo externo.
A partir de ese momento, todas las actividades para el indivi- duo y su mundo comienzan a elevarse a la rata vibratoria de su Cuerpo Mental Superior. Cuando este proceso elevador se completa, el cuerpo físico es absorbido dentro del Cuerpo Mental Superior; y a su vez, Este es absorbido dentro del Cuerpo Electrónico de la “Magna Presencia YO SOY”. Esta es la acción vibratoria práctica y física que tiene lugar. El individuo entonces se convierte en un Ser Ascendido, Auto-Luminoso, Auto- Sostenido, libre y Maestro de toda sustancia y energía doquiera que vaya en el Universo.
La traída de regalos al Niño Cristo en realidad significa la devolución al control de la “Magna Presencia YO SOY”, de todas las cosas del mundo externo. Todo aquel que sea lo suficientemente sabio como para hacer esto, comenzará a ascender por los escalones de su propio Templo de Luz. En la parte superior de estos escalones está la Puerta Abierta a la Octava de Luz, el Hogar y Ámbito de los Maestros Ascendidos — la Casa del Padre.
Entonces, el Hijo Pródigo habrá regresado a casa, porque la conciencia personal externa es el ser que ha tomado los regalos y la herencia del Padre, la “Magna Presencia YO SOY”, y los ha desperdiciado en vivir amotinadamente, en vivir discordantemente. Cada vez que el individuo se siente irritado o inarmonioso, en realidad ha creado un motín en la estructura cerebral de su propios cuerpos físico, mental y emocional.
Únicamente el MAESTRO ADENTRO —el Cuerpo Mental Superior— puede restaurar la armonía y el orden, porque el Cuerpo Mental Superior contiene la Inteligencia Discernidora proveniente de la Presencia; y únicamente él sabe qué hacer para re-establecer la Perfección que es la Ley de la Vida POR SIEMPRE para todos.
DISCERNIMIENTO DEL HIJO
La frase bíblica, «El Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo»1 significa que todo Poder selectivo y discernidor está enfocado y actúa a través del Cuerpo Mental Superior. La frase «No pondré delante de mis ojos cosa injusta, significa que el Cuerpo Electrónico está expandiendo la Perfección a través de Sí mismo, y creando Perfección a Niveles Cósmicos de Actividad, ya que no sabe nada de los problemas y luchas de la personalidad humana. El Gran Plan de la Vida ha enfocado en el Cuerpo Mental Superior, todo el Poder que se requiere para gobernar las necesidades y actividad de la experiencia física de la Vida. Este es el Ser Crístico, el Maestro Interior, ya que el Cuerpo Mental Superior puede mezclase con el actual cuerpo físico, o puede retirarse encima del mismo o pararse a su lado, de acuerdo a la armonía o discordia que el individuo permita se exprese en sus sentimientos.
Si los sentimientos se tornan discordantes, el Cuerpo Mental Superior sale por completo del cuerpo físico y se posa encima de él conectado únicamente por un Cordón de Plata de Energía Vital que baja fluyendo desde el Cuerpo Electrónico al físico.
Juan 5:22
Salmo 101:3 250
EL CRISTO INTERNO EXPLICADO
Expliquemos esta Gran Ley de Vida a todo aquel que sea receptivo, de manera que el Niño Cristo dentro de cada ser humano pueda nacer ahora —en esta Navidad— mediante la Comprensión de Maestro Ascendido de esta “Magna Presencia YO SOY”.
Para todos aquéllos que aceptan la “Magna Presencia YO SOY” y la invocan a la acción para que asuma el mando de todas las actividades externas del individuo, el Cuerpo Mental Superior se convierte entonces en el Cristo Maestro, crecido a su plena estatura. De allí en adelante, siempre hablará y comandará con autoridad. Esta es la seguridad y Victoria de la Ascensión para todos aquéllos que acepten y apliquen esta Poderosa Ley de la “Presencia YO SOY” para su Liberación Eterna.
Con la plena Autoridad de la “Magna Presencia YO SOY”, ordenamos que el Cristo Maestro, crecido a Su plena estatura, sea de ahora en adelante la ÚNICA PRESENCIA QUE ACTÚE en la humanidad por toda la Tierra para siempre.
La Voz del YO SOY (1935-1936)