Amados Amigos, vengan conmigo dentro de la gloriosa conciencia del Cristo, permitan que ese Cristo tome el mando de sus cuatro vehículos inferiores, sientan esa bella y rítmica pulsación que es Dios en acción. Todo hombre, mujer y niño viene a Dios dentro de él y aquellos quienes permiten al Principio Divino fluir a través de ellos expresan el Cristo que, naturalmente saben, no es la conciencia externa del individuo, sino que se refiere a él, no como una entidad separada, más bien expresa aquella parte de la Vida que permite a Dios fluir libremente en expresión activa. La expresión del Cristo en el mundo del hombre es el Espíritu Santo, que todos deben llegar a ser algún día.
Yo llegué a estar consciente del Dios dentro de Mí cuando tenía apenas dos años de edad, porque en todas mis acciones externas parecía haber una fuerza propulsora aparte de Mi ser consciente que dirigía Mis acciones a lo largo de líneas constructivas. Sabiendo que esta Presencia Viviente que moraba dentro de Mí estaba aún aparte de Mi identidad personal, comencé, tan pronto como la Ley de la Tierra lo permitiera, a buscar la comprensión de este poder propulsor.
Todo hombre, mujer y niño debe algún día cultivar y atraer esta fuerza propulsora, aunque el hombre promedio vive tan constantemente en la pequeña personalidad consciente que el Poder del Cristo está dormido y no ejerce ninguna influencia sobre las acciones externas del individuo. Mientras más despierta esté la corriente de vida a través de las previas encarnaciones, más viva está esta Presencia Interna y mayor es Su influencia sobre la conciencia externa.
Viene un largo y doloroso periodo durante el cual los Poderes Internos se esfuerzan por ascender a medida que la conciencia externa retiene su posesión del Templo. Aquel quien lleva el Cristo despierto, respirando dentro de su pecho, y quien todavía no ha aprendido el secreto de la entrega, es el más infeliz de los mortales. Sé lo que significa porque llevé este pulsante Poder Divino a través de cada canal conocido de aprendizaje, esperando que su sed pudiera ser mitigada.
Fue en un Retiro en Arabia que aprendí de la evolución del Espíritu. Había conocido la evolución del cuerpo, pero no me había sido enseñado sobre la expansión del Cristo envolvente. Entonces las palabras de Juan, llamado el Bautista, llegaron a ser claras para Mí: “Yo debo disminuir para que tú puedas aumentar”. Supe entonces que las palabras se referían al ser personal con relación a la Identidad Divina, y cuando Mi mente y corazón estuvieron establecidos en la paz del pensamiento de que podría ser obsesionado por el mal, comencé en serio el cultivo del Cristo, y con el crecimiento de Su Poder Ascendente, comenzó al igual que una capa tibia a expandirse desde Mi pecho a través de Mis extremidades y cabeza. Nunca olvidaré el día, cuando, sentado en una cueva en el Tíbet, el Cristo tomó el comando pleno de la forma carnal y la lucha hubo terminado.
Este tipo de batalla está en progreso hoy en el mundo en su conjunto, mientras más despierto el Cristo, más fuerte es el dolor, pero permitan aquí ser comprendido que la auto-entrega y la comprensión son parecidas a la Paz. Nuestro Amado Saint Germain ha dicho repetidamente: “Hay solamente dos actividades de la vida, si el Interno no gobierna de acuerdo a su Plan Divino, el externo debe hacerlo”. Así que mientras más permitan al Cristo expandirse por medio del vivir dentro de la Conciencia Superior a través de la entrega de la pequeña personalidad, más ese Cristo crecerá hacia su plena estatura y entonces serán el Cristo en acción todo el tiempo.
Cuando ustedes sirven a lo humano de su ser y de otros, dan fuerza a la oposición, y en cualquiera de los dos casos ningún hombre les puede decir nada. La Maestría no es para los débiles sino para los fuertes. Durante Mi Ministerio, en la encarnación de Jesús, vine para traer la “Gracia” a la gente y no Me recibieron. Así ha sido desde el tiempo inmemorial, y aquellos quienes llevan la Gracia desde las Octavas Superiores, encuentran que sus regalos no son honrados ni cantados, sin embargo, ahora algunos dos mil años después de Mi Ministerio en la Tierra, la dulce esencia de la Gracia que traje, aún cubre la Tierra, y con cada estación que pasa crece más fuerte y más potente en la Amorosa Caridad expresada intermitentemente a través de los corazones de los hombres.
Así es con los Regalos Celestiales, crecen en poder y dulzura a través de los años, y así será en su experiencia, Mis amados. Recuerden siempre, las alegrías de la Tierra son fugaces, pero los Tesoros almacenados en su Conciencia Celestial duran y se expanden para la eternidad. Que sus corazones conozcan el significado interno de la Gracia del Espíritu Santo, que está vivo dentro de ustedes, esperando siempre por la expresión a través de sus vehículos inferiores para enriquecer la conciencia y las vidas de todos los que moran en esta dulce Tierra.
Yo soy el camino – Amado Jesús el cristo