¿Los animales tienen alma? No, los animales son más que una simple alma
Para entender hacia donde se dirige la esencia de los animales luego de que han desencarnado, primero voy a compartirte algunos datos acerca de su origen y su línea evolutiva.
Recordemos que existen tres líneas de evolución en este planeta:
- Evolución Humana.
- Evolución Dévica.
- Evolución Angélica.
La línea de evolución dévica abarca dentro de sí a los reinos mineral, animal y vegetal, incluyendo por supuesto a los cuadrúpedos como perros y gatos.
Se les llama “líneas evolutivas”, porque siguen una línea ascendente. Así como nosotros los seres humanos ascendemos para convertirnos en Maestros Ascendidos y seguir avanzando hacia mayores niveles de conciencia y luz, así mismo la vida elemental tiene formas de vida de menor y mayor evolución.
A grandez rasgos, los seres más evolucionados de la línea de evolución Dévica son los Elohim, por debajo están los observadores silenciosos, las guardianas silenciosas, más abajo están los Devas de la naturaleza, y por debajo de ellos se encuentra toda la vida elemental de aire, fuego, agua y tierra, las plantas y los animales.
Un Deva da de sí a toda la vida elemental de un lugar específico. De ese Deva salen literalmente líneas de luz que conforman vida elemental en los planos inferiores, como plantas y animales.
Hay Devas especializados en determinada actividad creativa, algunos son diestros creadores de vida animal, otros se especializan en crear cierta variedad de plantas, arbustos, flores y frutos.
En el principio de la creación, los siete grandes Elohims y sus complementos originarios del Gran Sol Central dieron origen a la vida dévica en el planeta, la cual a su vez proyectó de sí toda la vida elemental a nivel etérico y físico.
Un déva es la versión ascendida de un ser elemental. Un déva es un espíritu de la naturaleza. Existen grandes dévas regentes de montañas, volcanes, lagos y ríos, los cuales dan de si a toda la vida elemental de un determinado lugar. Son seres imponentes y de gran altitud según su grado evolutivo. Hay dévas tan grandes como una montaña.
Todas esas pequeñas formas de vida elemental, desde las flores hasta los animales, tienen la oportunidad de desarrollarse y madurar para convertirse en seres de mayor luz y capacidad creativa. Ellos atraviesan distintos procesos evolutivos que los llevan a convertirse en grandes Devas de la naturaleza, así como ascender al puesto de Elohim si lo merecen.
Los cuadrúpedos y demás seres pertenecientes al reino animal, son sostenidos por un Elemental Superior Cabeza de Grupo o Deva. El Elemental Superior o Deva da de sí una parte de su propia energía para manifestar variedad de corrientes de vida animal en el plano terrestre. Un Elemental Superior puede dar de sí a cientos y miles de pequeñas criaturas a nivel etérico-físico a las cuales él mismo sostiene. Una vez que uno de estos fragmentos de su propia energía llega al final de un ciclo de vida terrena, “su alma” o la parte de esa energía es devuelta al elemental cabeza de grupo.
Los animales no tienen chispa divina tal como la tienen todos los seres humanos. Tampoco tienen karma ni están atados a la rueda de la reencarnación.
La vida elemental en su forma animal (cuadrúpedos) puede ser revestida de personalidad, e impulsada en su proceso evolutivo mediante una relación de amor divino con integrantes del reino humano y angélico.
La vida elemental fue diseñada para servir a la humanidad. Todos aquellos amigos del reino animal que han pasado por nuestra vida han venido a cumplir un propósito superior escasamente comprendido.
Ellos literalmente dan su vida por nosotros
Así como las plantas absorben el dióxido de carbono que los seres humanos exhalamos, los animales absorben toda clase de energías inferiores presentes en el ambiente de sus amos y amigos humanos, para salvarles de trágicos destinos. Absorben las enfermedades y toda clase de emanaciones destructivas. Nos prestan un servicio honorable. Los animales son como ángeles encarnados, no por apelar al sentido sentimental, sino que realmente son seres dévicos, seres divinos aquí encarnados, un pedacito de cielo aprisionado aquí por amor.
Muchos se han preguntado la razón por la cual sus mascotas sufren ciertas enfermedades o accidentes. Todos los animales absorben el impacto de la energía mal calificada que iba dirigida una persona, salvándole de sufrir algún accidente o enfermedad y asumiendo ellos mismos “el karma” que de otra manera causaría gran aflicción a la humanidad.
Hay casos muy particulares en los que los animales salvan a sus amos de sufrir accidentes fatales. Es el caso de quienes se enredan en el plano psíquico o astral mediante el mal uso de su energía, y al entrar en contacto con su mascota, ésta absorbe esa energía mal calificada y enseguida fallece, sublimando la energía para hacerla pasar al plano que le corresponde, salvándole así la vida a su amo. Un acto de verdadero amor.
Una vez que el alma de un animal parte de esta vida terrena, esa alma es recibida por su elemental cabeza de grupo y por otros seres elementales que lo asisten en su proceso de regreso a su fuente, en la cual deposita las memorias de su reciente experiencia, sus sentimientos, su cosecha de bien y todas aquellas tareas cumplidas. Es de esta forma como el ser superior de ese elemental decide si dará de sí una nueva oportunidad a esa parte de su energía para retornar a una nueva experiencia.
Los perros, gatos y todos los animales, no conservan su aspecto cuando desencarnan, sino que la parte de su energía vital regresa al deva cabeza de grupo y asume la forma de éste, un ser magnífico y luminoso de varios metros de altura con cabeza, tronco y extremidades.
La vida animal nunca pierde su esencia, sino que la va magnificando a través de cada nueva experiencia en el plano terrestre en sus variadas misiones. En un momento, esa bella vida elemental llega a convertirse en un gran espíritu de la naturaleza o en un Elohim.
Los animales ayudan al alma en la audiencia con la Junta Kármica
Cuando el alma de un ser humano desencarna y es llevada ante los señores del karma para analizar su cosecha de bien y de mal, generalmente se presentan las personalidades de la vida elemental que él contactó durante su experiencia terrenal. Allá se reencuentran humano y “mascota”, aunque normalmente la “mascota” acude en su forma dévica, como un grande y poderoso ser de luz que asume la forma de la vida elemental que representó durante un corto lapso de tiempo en la tierra, y a través de la cual se prestó un servicio a ese ser humano. Los seres elementales (dévas) generalmente son llevados a interceder por el alma humana que pasa momentos de angustia durante su juicio a sabiendas del mal uso energético realizado en la tierra. Estos bellos seres interceden por su alma una vez más ante los señores del karma en busca de mejores oportunidades en una próxima encarnación.
Todo evoluciona, los cuadrúpedos no son la excepción. Ellos, en su forma dévica, continúan elevándose, aumentando su tamaño y poder de acción en el mundo. Uno que alguna vez fue un pequeño cuadrúpedo puede ser ahora una gigantesca ave multicolor en el plano etérico.
Si recientemente uno de tus amigos y hermanos cuadrúpedos o cualquier otra corriente de vida animal ha partido hacia la otra vida, no hay de qué preocuparse, a ellos les depara un mejor destino que a la mayoría de seres humanos inconscientes. Como ellos no tienen karma, su retorno al elemental cabeza de grupo (deva) es un feliz y venturoso viaje de elevación espiritual.
Los grandes lazos de hermandad y amor divino siempre perduran. Seres de las tres líneas evolutivas pueden llegar a reencontrarse muchas veces en distintas etapas del camino. Algunos que ya han ascendido llegan a cooperar unificando sus seres, dando origen por ejemplo a los ángeles-dévas o a los ángeles-maestros. Pero este es tema para otra publicación.
Por Gabriel Silva. Basado en las enseñanzas de los Maestros Ascendidos
Nuestros amigos los cuadrúpedos | Santo Aeolus
Muchos de Mis Chelas que tienen un profundo amor y entendimiento de los miembros frecuentemente tratados del reino cuadrúpedo, han preguntado internamente si estos benditos animales pasan por un “segundo nacimiento”. Ahora respondo y digo que únicamente aquellos dotados con el privilegio de pasar por la cadena de encarnaciones físicas como los seres humanos llevan la Chispa Inmortal de la Deidad dentro de la Cámara Anaeróbica – que es conocida como la Inmortal Llama Triple.
El reino animal desarrolla un alma y en cierto punto es liberado de la reencarnación, entrando al Reino Dévico o de la Naturaleza, pero ellos son como ángeles -servidores de algún Ser Divino Inteligente- que los dirige para llevar Amor, Curación, Paz y Protección. Ellos no tienen libre albedrío para crear y utilizar el Fuego Sagrado, a menos que escojan asumir la responsabilidad de aceptar el Fuego Inmortal dentro de la Célula Anaeróbica, y a través de un ciclo desarrollen un alma que proveerá una Cámara adecuada para la liberación de este Fuego Sagrado, ganando de este modo el privilegio de ser un cocreador con Dios.
Ustedes recordarán que al amado Oromasis le fue concedida la inmortalidad por el Maestro Saint Germain. Si algún elemental o animal les sirve bien, cuando sean Señores de la Llama y hayan experimentado el segundo nacimiento, podrán ofrecer la inmortalidad a esa pequeña criatura. Podrán aproximarse al Gran Sol Central y asegurar una Chispa de Vida, que esa criatura podrá aceptar o rechazar. Si la rechaza, vivirá una vida eterna de Amor, Paz y Seguridad, pero no podrá crear mediante el uso del Fuego Sagrado. Si la acepta, deberá comenzar un ciclo de nacimiento y renacimiento hasta que haya desarrollado un alma que pueda ser juzgada digna para liberar la Chispa Inmortal y, de ese modo, crear un nuevo Señor de la Llama. Muchos han rechazado esta experiencia, si bien muchos la han aceptado.
Los cuadrúpedos dan su vida por la humanidad | Habla la Amada Aries
“YO SOY” Aries, el Espíritu del Elemento Aire y Directora (junto con Thor, Mi amada Llama Gemela) de los silfos y sílfides, esos seres amorosos e inteligentes que sirven incansablemente para mantener la atmósfera de la Tierra lo suficientemente purificada como para que la humanidad pueda vivir sobre su superficie. Si ustedes pudieran ver la cantidad de veneno transpirado sólo a través de la exhalación del aire contaminado de los cuerpos físicos de la humanidad en un periodo de veinticuatro horas, caería más plenamente en la cuenta (y definitivamente con mucha más gratitud) del servicio de las sílfides que, veinticuatro horas al día, utilizan los poderes del Fuego Sagrado para evitar que la humanidad y la vida elemental aprisionada (los cuadrúpedos) se autoenvenenen hasta el punto de llegar a la llamada “muerte” ¡por inhalar constantemente su propia exhalación!