En toda actividad de la Vida tiene que haber algo a lo cual pueda anclarse la conciencia o que pueda estabilizarla. En la mente externa, están los principios y fórmulas que puede utilizar para llegar a una conclusión definitiva. Por ejemplo, si nos adherimos a los principios de las matemáticas, llegamos a ciertos resultados. Cuando se dilucida una fórmula, se producen ciertos resultados —no hay dudas al respecto.
Es tanto más importante, por ende, hacer que la atención del individuo se centre sobre la “Presencia” Interna con la misma certeza. Tienes que saber que el Principio de la Vida en ti y a tu alrededor es superior con creces alas cosas externas que has experimentado durante largos siglos, y a las cuales te has aferrado sin saberlo.
¿Puedo recordarles lo que les di el 7 de Julio pasado? Hagan lo siguiente en cualquier momento del día en que estén despiertos:
Pónganse de pie mirando al este, y digan verbal o mentalmente —pero háganlo con firmeza: “¡Magna Presencia YO SOY! ¡Acepto en mí Tu Eterno Amanecer y recibo Tu Magno Esplendor y Actividad visiblemente manifestados en mi experiencia ahora!” Sigue lo que te dicten tus sentimientos en cuanto a hacerlo verbal o mentalmente en cada ocasión.
Encontrarán que esto producirá ciertos resultados, de cuya naturaleza no les puedo hablar a fin de que puedan ustedes recibir la totalidad del beneficio. Si los estudiantes se deciden a utilizar esta actividad, deberían primero auto-analizarse y determinar si son sinceros en su postura ante la Luz. Si son sinceros, pues entonces ¡que se paren en la Luz y avancen! El Principio de Dios —que es la conciencia activa en ustedes— envuelve siempre la forma externa. Este es el Principio más poderoso que el ser externo puede comprender.
Al hacer esto, podrán ustedes tener los mismos resultados certeros y definitivos, con la misma gran seguridad de éxito que derivan del uso de otros principios o fórmulas en las matemáticas o química. La Presencia Maestra en ti ES el Químico más poderoso, y el más grande de todos los Principios o Fórmulas.
Tomado del libro: Instrucción de un Maestro Ascendido
sólo puedo decir gracias gracias
Gracias por sus ensenanzas
Amen amen
Amen!! Gracias
Gracias gracias hermoso decreto mil bendiciones