Cuando se abre el ciclo de dos mil años, cuando se mide la evolución de toda la raza y de todas las almas que la conforman, el Instructor Mundial diseña un plan que puede incorporarse en el culto de las masas, mediante el cual se alimenta al alma y se estimulan los centros espirituales, en sus esfuerzos por proyectarse hacia Dios.
Una vez que se completa este plan, el Instructor se esfuerza por obtener la asistencia y servicio de ciertas corrientes de vida en los Ámbitos Internos, las cuales llevarán consigo la memoria de ese Plan Divino a través de su encarnación, proyectándolo sobre la pantalla de la vida e interesando a ciertas corrientes de vida en el nuevo empeño.
De allí que Mi servicio, al igual que el de Mis predecesores, sea el de encontrar entre los egos encarnados —así como también entre los que esperan encarnar— almas lo suficientemente fuertes como para captar la visión del Plan completo de la Voluntad de Dios para esta era. De esta manera, el maestro que encarna podrá establecer la fundación de la religión en su nación, su continente y su planeta, utilizando, así, la energía que Nos han asignado los Señores del Karma, el Sol de nuestro sistema y la gran Ley Cósmica.
Es exactamente lo mismo que si ustedes estuvieran entrando a un negocio, y un banco les diera cierta cantidad de dinero para invertir —si son sensatos, pensarían bien cómo hacer que cada dólar prestara el mayor servicio posible en la realización de dicho plan.
Se Nos da cierta cantidad de energía para adelantar una parte del Plan Divino, y podemos utilizar la totalidad de la misma en la materialización de fenómenos paranormales con la esperanza de atraer el interés de las mentes de la gente, o podemos regarlo cuidadosamente, llegando a sus conciencias respectivas a través de los servicios de egos evolucionados que escogen actuar como intérpretes de nuestros pensamientos, sentimientos e indicaciones.
Este último medio de comunicación Nos posibilita prestar un servicio mayor y más amplio. Sin embargo, todo depende del tipo de egos que están encarnados y de la cantidad de cooperación que Nos darán, lo cual es un factor decisivo en la cantidad de energía que podremos invertir, y lo cual Nos permitirá conservar la Dádiva inicial —y en algunas instancias, aumentarla.
Tomado del libro: Diario del Puente a la Libertad – El Morya
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Bendito el Morya