Habéis oído y leído sobre la Fuente cósmica de toda Vida y habéis contemplado dicha Fuente como vuestra Presencia “YO SOY”. Habéis sentido dicha Fuente surgiendo a través de vosotros como el Aliento de Vida. El Espíritu Santo de Dios es el Principio animador de la Vida y siendo Yo, el Representante del Espíritu Santo de la Tierra, me yergo como el Dispensador cósmico de todos y cada uno de los átomos de Energía electrónica que llena este Universo en olas cósmicas rítmicas. No puede haber interferencia alguna con esta pulsación rítmica ya que, todo lo que vive depende de la cuidadosa y constante descarga de ésta Energía de Vida a través de mi propio cuerpo.
El hombre no puede comprender las toneladas de Energía cósmica que son descargadas cada hora dentro de éste Universo y que son libremente dispensados a través de las Corrientes de Vida de la Humanidad. ¡Esta Energía es la Vida de Dios! Es mi gozo y responsabilidad el atraer dicha Vida y enviarlo hacia adelante en pulsaciones rítmicas a través de la Humanidad, de los Reinos de la naturaleza y del planeta mismo.
A mí, me interesa enseñarle al hombre el uso apropiado de esta Vida en pensamiento, palabra y acción, para que pueda desenvolverse de acuerdo con Su Plan Divino; así como el hombre tiene que rendir un Informe contable por su uso de la Vida; igualmente, Yo también soy responsable ante el Padre por la totalidad de la Energía que es usado en este planeta, teniendo que devolverlo algún día con la misma Pureza con que el Padre me lo dio.
Caéis en cuenta por lo tanto, cuan ansioso y deseoso estoy que estos Chelas encarnados físicamente se vuelvan co-trabajadores conscientes conmigo en la “Central eléctrica cósmica del Universo”. Mi servicio es múltiple e ilimitado y mis regalos son incontables y sin precio. Puedo ofrecer ilimitadamente la substancia y la Energía a aquellos que sean expresiones físicas constantes, incesantes, pacíficas y radiantes de MI Vida y Mi Amor.
Prestáis Mi Servicio entre los hombres a través de cada pensamiento amoroso y palabra o acción amable que surge de vosotros mientras os ocupáis de vuestros diarios quehaceres mundanos. Cuando habláis “En el nombre del Espíritu Santo que está dentro de Mi corazón”, ¡La Energía vital del Padre es lanzado precipitadamente para realizar el Comando divino que estáis emitiendo para beneficio de la Raza o de cualquier parte de la Vida!
