(El Puente, Marzo de 1955)
Los estudiantes deben aprender a hacer suyas las Verdades que oyen y leen. En vista de que el caparazón de vivir destructivamente a lo largo de las centurias incrusta los mundos mental y emocional del hombre promedio, gran parte de la Instrucción de los Maestros es desviada hasta por las conciencias más diligentes.
Con el mismo celo, precaución y sabiduría que el agricultor sensato siembra sus plantaciones en la primavera, a sabiendas de que su vida y bienestar serán determinados por su cosecha en el otoño, de la misma manera debería el estudiante plantar dentro de la conciencia las Palabras del Maestro, nutrirlas, quitarle la maleza de las irrelevancias, y cosechar en su propio mundo la Conciencia del Maestro.
Este exhorto no se puede dar muy a menudo, ya que el ser externo se inclina a “tirarle barniz” a la Instrucción que ha escuchado antes en favor de lo desconocido. La Instrucción de los Maestros no se repite, sí se ha asimilado la primera vez. Cuando se da la repetición, el chela sensato se detiene y sabe que se le está “volviendo a alimentar” porque no ha asimilado el alimento que se le ofreciera anteriormente.
LA IMPACIENCIA Y EL DESEO DE “SONDEAR LAS ALTURAS DEL CIELO Y LAS PROFUNDIDADES DEL MAR”, MÁS QUE EL DESARROLLO DE LA PROPIA NATURALEZA CRÍSTICA, HAN SACADO DEL SENDERO A MUCHOS CHELAS DURANTE UN PERÍODO DE CORRIENTES ESPIRITUALES PARTICULARMENTE AUSPICIOSAS.
Recuerden que el Maestro conoce todos sus requerimientos, y antes de que su alma haya llamado, ¡Él habrá respondido con exactamente lo que ustedes requieren en ese momento en particular!
Diario de el puente a la libertad – Saint Germain