(El Puente, Julio de 1953)
A medida que la Luz Electrónica pura y amorfa fluye hacia adelante desde la “Presencia”, la conciencia del individuo se convierte en la “pluma”, y sobre el Libro de la Vida se escribe la historia del uso de tan inapreciable Energía.
El alma escribe muchos volúmenes de esta índole, los cuales se cierran cuando el último aliento deja el cuerpo, y le son dados al Ángel del Registro para ser leídos en los Salones del Karma. Luego, cuando al alma se le asigna a un ámbito en el cual su Luz podrá expandirse de la mejor manera, debe esforzarse por re-escribir cada página sobre la cual las sombras del pensamiento y sentimiento humanos impusieron la oscuridad por encima de los “soplos” del Ser Superior. Y una vez más, cuando el alma llega a un nuevo nacimiento, el libro se vuelve a abrir —frescas todas y cada una de las páginas—, y una vez más vuelve a escribir; pero encarnación tras encarnación, y centuria tras centuria es la misma “novela” la que se escribe con muy pocos cambios.
Finalmente, cuando el alma se despierta, es que se escribe el Libro de la Victoria, se le cierra con broches y se le entrega al Cuerpo Mental Superior o Ser Crístico, que la recibe con una oración de acción de gracias y alegría por haber concluido el largo viaje. Y, al mismo tiempo que la Presencia de Fuego Blanco anuncia las buenas noticias, “Todo está consumado”, el alma triunfante entra a los portales de la Casa del Padre para no salir nunca más.
Diario de el puente a la libertad – Saint Germain