Cuando un individuo entra bajo la dirección personal del Maestro Ascendido Saint Germain, y entra al servicio de la Nueva Era como un conductor activo del Rayo Violeta, tiene el maravilloso privilegio de tomar de doce a veinticinco encarnaciones sin la necesidad de descartar la vestidura de carne y asumir una nueva forma de bebé. Al pasar de una encarnación a otra, encontrará que muchos viejos amigos desertarán, encontrará que su ambiente cambiará, nuevos amigos entrarán a su mundo y su vida será re-ordenada, como si estuviera viviendo en otro planeta.
Esta rápida sucesión de encarnaciones también ofrece alivio y descarga de la herencia paternal y racial, en vista de que el espíritu que entra al nuevo ciclo de encarnaciones ya no vuelve a nacer de la carne. Esto resultará en un cambio, aún en las apariencias de la carne, y es la razón una de por qué al Estudiante se le exhorta a no acudir a los padres terrenos, excepto para amarlos.
Diario de El puente a la libertad de el Mahá Chohán