La gloriosa túnica o Aura blanca del maestro Jesús es un recordatorio constante al Iniciado y al aspirante de que la Vida y la Energía de Su propio Ser, puede ser tejido y es tejido en todo momento dentro de los vehículos a través de los cuales Su Alma, debe funcionar y lograr al final, la Paz eterna.
“A aquél que se sobreponga le será dado una Vestidura blanca”. Esta Vestimenta es tejido por la Presencia dentro de la substancia de los cuerpos y aura de la conciencia del Alma evolucionante, cuando la atención del corazón está centrado sobre el Centro espiritual de donde en realidad fluyen todas las bendiciones.
El Aura o Túnica que rodea a la Corriente de Vida, consiste de un mar de electrones en constante movimiento que sale hacia afuera movido por los pensamientos y sentimientos y que regresa hacia adentro en la ruta de retorno de su viaje circular, para encontrar la unicidad en el corazón de su creador. La radiación de la Presencia sin embargo, es vertical y pasa hacia abajo a través de los cuerpos, completando su círculo de vuelta a la Presencia. Así, tenéis por un lado la actividad directiva de la Corriente de Vida saliendo en una línea horizontal, atándoos a la manifestación de la Tierra y por el otro lado, el más momentáneo circuito electrónico que viene de la Presencia y que está compuesto de esos pensamientos y sentimientos dirigidos que os voltean hacia la Fuente.
En vista de que la mayor cantidad de energía de la Corriente de Vida es dirigido a los asuntos del mundo, ese circuito es más poderoso que los otros intervalos de contemplación, oración y devoción que forman el círculo divino que os une con la deidad y éste es el principio de esa Aura o Vestidura blanca o Túnica sin costuras, la cual como veis no tiene ni principio, ni fin.
Ahora bien, cuando el individuo deja de interesarse en la satisfacción de la personalidad y dirige más y más de la energía vital hacia la Fuente; ésta Capa Crística cósmica o Túnica sin costuras – Tejido con el propio Amor de Dios del individuo – No sólo aumenta en intensidad, sino que comienza a formar un anillo natural de protección que desconecta la energía de la Corriente de Vida del tirón magnético de las manifestaciones imperfectas.
No es cuestión de un momento, eso de cambiar las corrientes de atención de la forma y manifestación a la contemplación gozosa del Ser divino y no obstante, aquellos individuos que han abrazado dicha disciplina, cuando se les ve con la Visión interna, aparecen como contenidos dentro de una neblina casi invisible que es apenas discernible a través de sus capas de múltiples colores. Se requiere el ojo entrenado de un Ser libre para mostraros los portadores Crísticos potenciales de la Era. Pero cuando alguien es singularizado de entre las masas y entra bajo el estandarte de los Seres Crísticos, esa neblina comienza a tomar más forma y substancia y eventualmente se convierte en la vibración predominante a través de la túnica o Aura. Ella forma la Vestidura de la que Jesús tan poderosamente manifestó que aquellos que tocaron su mero borde, serían excusados de sus errores y misericordiosamente reinstalados en salud y bienestar. Tejed vuestra Túnica sin costuras, amados corazones; cada uno, de manera que aquél que toque su basta, sea Bendecido por Su naturaleza, Su cualidad, Sus regalos. Calificar esa Capa Crística cósmica – La esencia electrónica espiritual que es el poder protector de vuestra naturaleza superior – Con confianza, curación, convicción espiritual y cualquiera de las incontables Virtudes del Universal, es prestar un servicio impersonal en el que vuestro ser jamás será reconocido o confirmado como el hacedor y que es la “Gran bendición impersonal” que forma la pulsación de la Hermandad Blanca.
Electrones – Amado Mahá Chohán, Santo Aeolus
