Hoy estudiaremos la mecánica que gobierna los cuerpos internos. Al contemplar caeréis en cuenta de que, la desintegración de los cuerpos inferiores comienza a darse a partir del primer pensamiento y/o sentimiento incontrolado al que se le permite romper la armonía natural de los vehículos con que se le ha provisto a la Corriente de Vida entrante. Así podéis ver que, la Armonía es un pre-requisito para atraer la Luz.
Sólo hay una forma en que la humanidad pueda manifestar ese estado del que gozo en las anteriores edades doradas y es que, conscientemente atraiga la Luz al interior de sus cuatro cuerpos inferiores. Esa Luz actuará de forma similar a un cargador eléctrico cuando fluye por el interior de cada electrón, causándole que gire más rápidamente sobre su órbita, acelerando así gradualmente la tasa vibratoria de los vehículos inferiores… la cual, si es sostenido por un esfuerzo consciente, llevará a la Corriente de Vida a un estado en el que la discordia y la imperfección ya no se registrarán.
El propósito de atraer conscientemente la Luz al interior del cuerpo de uno, es para aumentar la acción vibratoria de los electrones mediante una carga adicional de potencia. A medida que cada electrón gira alrededor del núcleo controlador del átomo al que pertenece, su aumentada acción vibratoria carga los contornos del cuerpo, así como los procesos de vuestro pensamiento y sentimiento. Cuando esta aceleración llega a cierta intensidad, las vibraciones más lentas de discordia, enfermedad y desintegración ya no pueden asirse al conjunto de vehículos que llevan este estado de aceleración, así como una tortuga no podría montarse a un automóvil que viaja a velocidad.
Antes de que el hombre llegue al estadio en que podrá unirse a los Dioses, tendrá que dominar las vibraciones de sus cuerpos hasta el punto en que estos no creen ya disonancia alguna en sus mundos o en ningún otro. Si pensáis antes de hablar, de actuar y antes de sentir; esto permitirá que los elementos de vuestros cuerpos vuelvan a su original belleza, armonía y paz; porque tan pronto como la presión de la discordia es controlado conscientemente, el estado natural de la Corriente de Vida comienza a establecerse, así mismo, a medida que el Santo Ser Crístico devuelve los electrones a sus orbitas naturales de dignidad, majestad y armonía.
Electrones – Amado Mahá Chohán, Santo Aeolus