La manifestación más pequeña de la Vida que puede ser medido en términos que el hombre pueda entender, es el electrón. Estos electrones son el cuerpo de Dios.
Ellos son sustancia Luz universal pura que tiene inteligencia dentro de ellos, que responde como el relámpago al poder creativo de Dios, como del hombre. Estos electrones en diferentes formas, componen los átomos del mundo físico. El diseño geométrico, la velocidad de acción alrededor del núcleo central, etc. Determinan el tipo particular de átomo y muchos átomos vibrando a diferentes tasas, por ejemplo, forman la sustancia del hierro o del acero, o del oro, o de la piel o de las diferentes partes del cuerpo, etc.
La misma sustancia–Luz universal está dentro de todas las formas manifestadas, pero el poder creativo de la Deidad, la inmortal y victoriosa Llama triple, la actividad triple: Padre, Hijo y Espíritu Santo, determinan la acción vibratoria del átomo, así como también su diseño geométrico. Por lo tanto, toda sustancia física es parte de la sustancia–Luz universal y Todo es el cuerpo de Dios. Todo es fluídico, en movimiento constante, extremadamente sensible y obediente a la dirección de Dios. Es evidente entonces que, los llamados objetos inanimados están en constante movimiento, pulsando con el aliento de Dios y que pueden ser capitaneados dentro de una mayor perfección por el estudiante alerta.
El cuerpo de carne es más obediente y responde más rápido que un objeto sustancia inanimada ya que su tasa de vibración es más alta y está en constante contacto con el Poder creativo que, desde el corazón, fluye a través del mismo. Por ende, es fácil moldear la carne en una mayor belleza y armonía. Cualquiera que se tome el tiempo se convertirá en una manifestación del poder de la Palabra de Dios sobre la sustancia de la carne.
Recuerden, cada estudiante es un Centro de Dios. A su ilimitada disposición está la sustancia–Luz universal para que la califique y la moldee en forma, según el requisito específico el requisito de la Hermandad a través de seres no ascendidos.
La sustancia–Luz universal, siendo inteligente, está muy deseoso de evolucionar en la dirección de los poderes creativos autoconscientes propios, por lo que está ansioso de ser magnetizado por Corrientes de Vida que la califiquen con belleza, con perfección y con la conciencia del Cristo Ascendido. Quiero interpolar aquí la graciosa costumbre de bendecir los objetos inanimados que sirven en la Vida diaria de un individuo. He aquí la razón de porque no se puede mantener una gran abundancia de riqueza y suministro lejos de alguien que verdaderamente Ama y que verdaderamente desea llenar el Universo con el Plan Divino, ya que; dicha persona se vuelve un magneto, atrayendo los electrones de la sustancia–Luz universal a su alrededor hasta que es prácticamente bombardeada por su opulenta Presencia. No me lo crean… Compruébenlo, mis Amados.
Electrones – Amado Mahá Chohán, Santo Aeolus