Amados Míos que buscan aprender la Precipitación consciente:
Estoy deseoso de que se reanime dentro de ustedes, de todos y cada uno, el Poder de la Precipitación Consciente de bien dentro de sus propios mundos y, luego, desprendidamente, en los mundos de otros. Recuerden siempre que cuando ustedes logren este Poder de Precipitación, a menos que sean discretos, se convertirán en un blanco para las conciencias codiciosas y todavía no- educadas (espiritualmente) de sus prójimos. Al igual que en todas las Virtudes Divinas desarrolladas, es el chela sensato quien aprende y en silencio actúa, sin pensamiento ni sentimiento alguno de recompensa personal.
Todo aquel en cuya conciencia emocional, mental, etérica o física todavía aceche el egoísmo de la clase que sea, volverá a tratar de ganar poder temporal mediante un despliegue de sus facultades aparentemente extraordinarias. A la Ley Cósmica no le queda más alternativa, entonces, que sacar de tan pomposo individuo, la facultad resucitada, hasta que aprenda la VERDADERA HUMILDAD. Esta humildad la verán ante Confucio y su gurú, el Señor Lanto.
Los Padrinos para este período de treinta días son caballeros del foco del Señor Confucio, guapos, humildes y empero fuertes en su sentimiento de reverencia por el uso de la vida de Dios.
Diario de El puente a la libertad de el Mahá Chohán