Cuando la gente va a Lourdes o a Fátima, tiene la fe suficiente para aceptar la sanación, descartar sus muletas y liberarse de angustia; sin embargo, en esos santos santuarios está únicamente Mi Presencia Luminosa —aquí, Yo estoy en persona. ¡En el poderoso Nombre de Dios “YO SOY”, DEJEN IR toda imperfección y conviértanse en Mí en acción en el mundo de la forma! No les recordaríamos tanto la posibilidad de tal manifestación de los regalos de Dios actuando a través de ustedes, si no fuera posible lograrlo. Es verdad, sus mundos parecen estar llenos con muchas tareas, pero en Mi estado no-ascendido… ¡Mi mundo también parecía estarlo! Una de las peculiaridades de la mente humana es permitirle decir: “Si, eso está muy bien para María o su hijo… ¡pero no para mí!” (Lo cual constituye un caparazón repelente alrededor de ustedes), ¡rechazando las bendiciones que pueden ser suyas hoy! ¡La misión de Jesús fue la de manifestar a Dios a través del hombre! ¡Esta es la misión de ustedes también! Desde Jesús, el Reino Angélico y toda la humanidad, así como del Espíritu de la Navidad, les doy Mi amor y Mis regalos.
Yo trabajé sola, en el poder del amado Maitreya, con la ayuda de los benditos Jesús y José; pero no siempre fue tarea fácil todos esos años, excepto por la maravillosa fe iluminada, esa fe iluminada en la bondad de Dios, la cual Me sacó de la creación humana y nos ayudó a sostener el Concepto Inmaculado, hasta que dicho concepto se manifestó en la forma humana. Ese es el concepto que ahora sostengo para ustedes —acéptenlo o no. Algún día Me encontraré con ustedes, aquí o allá, y volveré a recordarles: “Amado hijo, he estado sosteniendo para ti ese Concepto Inmaculado. Ahora es menester que aprendamos a sostenerlos por cuenta propia y para unos con otros.”
LA GRACIA DEFINIDA
Una de las peculiaridades de la Hueste Angélica es la capacidad de leer las mentes de los estudiantes y ver, repetidamente — aunque Nosotros hablamos en términos sencillos y poderosos— que su conciencia dice, “oh, sí, pero…”, y ese “pero” no es más que una concha que repele de ustedes la bondad de Dios.
¿Por qué habría la gente que se asocia con Seres Divinos, que tiene el privilegio y honor de Nuestra Presencia, sentir JAMÁS —por la razón que sea— que no existe el poder de resucitación, que no hay poder de sanación en este universo que pueda actuar aquí en este mundo físico, y que no hay don más grande que el de Dios para manifestarse a través de hombre? Ésta es la misión de ustedes. Es la misión de cada alma en cada planeta, y particularmente de los hijos de nuestro amado Saint Germain: manifestar esa bondad que, por supuesto, nunca se logra a punta de voluntad humana sino mediante el don de la Gracia.
“¿Qué es Gracia?”, dirá la mente. Pues, es la capacidad de escuchar al Poder de Dios, y consciente y positivamente rechazar los poderes del mal y esa Gracia les permite convertirse en la plenitud de sí mismos. Es así como Yo aprendí cuando los ángeles vinieron, cuando los mensajes vinieron, cuando los diversos avisos y advertencias vinieron, permaneciendo en ese silencio interior, por más que trabajara como mujer. Yo llevaba agua que sacaba del pozo, trabajaba en el jardín, pero mantenía cierta parte de mí constantemente en ese estado de gracia; y esa es la razón que tengo para sugerirles que desarrollen una gracia escuchante mediante el Poder del Dios que los hizo, y sean lo suficientemente sensatos como para saber lo que la Gracia es. Y sean lo suficientemente sensatos como para saber que la creación humana también les habla. Para librarse de las imperfecciones sean lo suficientemente sensatos como para ser POSITIVOS hasta que hayan manifestado la perfección.
Tomado del libro: Diario del Puente a la Libertad – Madre María
Serapis Bey Editores
AMEN