Aquellos de ustedes que conozcan, amen y utilicen la Llama Violeta Transmutadora, tienen una oportunidad especial ahora de atraer desde sus Cuerpos Causales, todo ese conocimiento almacenado del uso que, de tan trascendental Llama, hicieron en el pasado. Verán: muchos de nuestros gentiles lectores actuales trabajaron con Nosotros en Atlántida en el uso de esta Llama Violeta allá, en la época cuando el contagio de las sombras de los “rezagados” entró a la conciencia de las masas de la gente.
Por tanto, aquellos de ustedes que de esta manera trabajaron con Nosotros, tienen ahora una oportunidad especial de invocar Su acción de manera más rápida y poderosa. Luego, al disfrutar impersonalmente de Su uso, utilícenla sobre justos e injustos por igual, ya que ningún Rayo, Llama o Virtud de la Deidad tiene conocimiento de personalidad, nombre, estatura, raza, credo o nacionalidad según se evalúa externamente.
Esa Llama meramente actúa como lo hace la luz del sol, IMPERSONALMENTE y actuará al instante doquiera y cuando quiera que se le invoque. Me gustaría recordarles aquí que doquiera sean las sombras más oscuras, es donde MÁS SE REQUIERE la Llama Violeta, no tanto donde alguien está en paz y armonía por el momento —aunque ese es un buen sitio para practicar. Sin embargo, ¡SEAMOS PRÁCTICOS SIEMPRE!
Entre el cuerpo estudiantil congregado ahora por los Amados Saint Germain y El Morya, es natural que puedan surgir muchas diferencias personales de opiniones, pensamientos y sentimientos, los cuales emanan de momentums de desacuerdos en asociaciones pasadas —algunas de estas diferencias concernientes a métodos y tipos de Aplicaciones, etc.
Ahora bien, he aquí una oportunidad para magnetizar la Llama Violeta, invocándola a la acción para que elimine las sombras, primeramente de ustedes mismos, y luego de aquellos con quienes ustedes experimentan un sentimiento de diferencia. ¿DE QUÉ SIRVEN TODAS LAS BENDICIONES DE BELLEZA, PERDÓN, PURIFICACIÓN Y PERFECCIONAMIENTO DE ESTA LLAMA VIOLETA, SI NO SE LE UTILIZA?
Diario de el puente a la libertad – Saint Germain