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Desarrollen su propia Conciencia Crística | Jesús

yosoyespiritual yosoyespiritual 2.5K vistas Escribe tu comentario 21 minutos de lectura Enseñanzas Jesús

Amados Hijos de la Vida, amados Hijos del Padre, amados amigos de muchas edades. Ustedes son aquellos con quienes he compartido tantos peregrinajes, parado delante de tantos santuarios, y adorado en tantos altares en el largo curso de la evolución. Han estado buscando el Reino de Dios, el uso correcto de la energía de la vida y el regreso de la maestría autoconsciente. Dentro del latido del corazón esta maestría es parte del recuerdo de los días antes de que las sombras cayeran sobre la Tierra, cuando los hombres y las mujeres caminaban en la liberación, dignidad y maestría. El uso de la vida fue consagrado y dedicado a ensanchar los bordes de ese siempre expansivo Reino de los Cielos, y a tejer dentro del patrón de la forma, la magnífica perfección conocida en los niveles internos de la conciencia.

La inquieta energía que surge e impulsa el alma a la búsqueda de la Verdad está motivada por aquellas memorias de la maestría Divina y la dignidad, a las cuales cada conciencia individual debe regresar nuevamente. Deseo transmitirles a través de la palabra hablada una porción de Mi conciencia que, a través de todas las edades han buscado. Esa conciencia que venció las sombras, las limitaciones, las cadenas y las apariencias del mundo a través de la confianza y la fe en el Poder de Dios. Es esa confianza que llega a través de la contemplación, de la aplicación, a través de la dedicación de sus energías vitales hasta que ya sus sentimientos no presten más lealtad a las sombras; hasta que las energías de sus auras ya no son puestas más en turbulento movimiento por aquellas apariencias discordantes (en verdad, estas apariencias no tienen más poder que el que ustedes les dan); hasta que cada uno de ustedes llegue a la plena madurez de su propia Conciencia Crística. Tal Conciencia Crística ha vencido todo sentido de lealtad a las apariencias que asustan, afligen y perturban a la humanidad de la Tierra.

Un hombre así, anclado en el sentimiento del todo-poder de Dios es suficiente en cualquier edad para transformar las energías de las masas. Es para educar y desarrollar dentro de sus sentimientos esa seguridad, esa convicción que el poder de Dios invocado actúa sin fallar, que venimos nuevamente una y otra vez. En cada una de tales visitas, anclamos un poco más de la sustancia del fuego de Nuestros mundos a través de sus mundos sentimentales, sus mentes conscientes, sus cuerpos etéricos y su carne.

Después de tales visitas, hay otra porción de las energías de sus diversos vehículos que es permanentemente calificada con la Divinidad y que es consagrada en forma Divina, y ella nunca puede ser calificada con las creaciones de la octava humana. Sabio es quien coloca su conciencia dentro y quien presiona sus cuerpos contra la Presencia viviente de los Maestros de la Sabiduría, y a través del contacto absorbe dentro de su ser las energías de esa confianza y fe en el poder del Todopoderoso. A ustedes, quienes se aferran tan fuertemente a la creencia de las edades, les parece un proceso lento, esta transmutación, esta manifestación en trabajo de lo que su conciencia capta mentalmente. Créanme, sin embargo, el tejer de las cadenas y la atracción de las energías de limitación dentro de sus mundos ha sido un proceso sumamente lento también. Esto ha comprometido el libre albedrío de su vida, y el uso de sus facultades por millones y millones de años.

Por lo tanto, no se desanimen en sus primeros esfuerzos para poner en orden los mundos de sus conciencias a fin de desalojar de sus templos individuales la cantidad de temores ocultos y las dudas y sospechas e incertidumbres. Si pudieran ver con la vista interna los siglos y siglos que su corriente de vida ha gastado en atraer a esos visitantes desagradables dentro de sus templos, se regocijarían de que están encontrando la liberación y el acceso al Reino de los Cielos, tan rápidamente como lo están haciendo.

La humanidad acepta muy ligeramente estas bendiciones. Aún aquí abajo, las benditas Fuerzas de los Elementos que han servido tan incesantemente a través de las edades, han recibido de vuelta escasa gratitud por su constancia. Sin su servicio la humanidad no podría haber sobrevivido en la efluvia de sus propios pensamientos y sentimientos.

Aún menos la Fuente de toda Luz (el Dios Padre-Madre) ha recibido la gratitud de aquellos quienes usan Su vida tan libremente, presionándola a través de los sentidos en forma indisciplinada con el uso del libre albedrío para disfrutar de cada placer pasajero. La gente tiene tal felicidad en el uso de la vida, sin embargo, aman a la vida misma tan poco que ni reverencia ni gratitud ha ido a la Fuente que ha sostenido a esa vida y a esa conciencia individualizada por millones y millones de años en esta Tierra solamente, sin hablar de los eones de tiempo antes de la encarnación en la Tierra que fue de hecho manifiesto.

La humanidad debe llegar a la comprensión hoy día de que la Fuente que suple la vida, que da la inteligencia, que dota a cada conciencia separada con libre albedrío, tiene un propósito en esa inversión. La humanidad debe regresar a su Fuente, e inclinando la rodilla ante Ella, pedir la revelación en cuanto a ese propósito. Luego, en humildad, en gratitud por la oportunidad, proceder a tejer de su propia vida el cumplimiento de ese propósito.

¿En dónde está el mérito del hombre en hacer la Voluntad de Dios, el Dios desde donde ha venido la vida misma? Oh, la alegría que debería haber dentro de los corazones de todos aquellos quienes tienen aún un concepto mental del Plan Divino. ¡Cuán gustosas y alegremente deberían ser consagradas las energías al cumplimiento de ese plan, a la exclusión de todo interés personal! Pensar que en el curso de una corta vida terrenal, las iniquidades de millones de años pueden ser borradas, debería ser causa para una tremenda gratitud. Qué maravilloso saber que en una vida de gratitud en acción puede haber el cumplimiento del propósito por el cual fue ordenada la individualización y sostenimiento de esa conciencia.

Hasta que la humanidad llegue a este día, ellos no conocerán la felicidad, ellos no conocerán la liberación. Aquellos de ustedes quienes han renunciado al mundo del placer, aquellos de ustedes quienes han regresado a los pies de los Maestros, aquellos de ustedes quienes han tejido sus energías a través de estos años dentro de la creación de estos magníficos campos magnéticos, son los más afortunados entre los hombres y las mujeres, los más afortunados porque el voto que tomaron ante la Fuente de toda Luz, está siendo cumplido a través de sus energías. Al cierre de esta vida terrenal, cuando se paren nuevamente en los Salones del Karma, podrán decir: “He cumplido mi propósito, he cumplido mi voto. Por esto he regresado con la cosecha del logro en mis manos”. Oirán las palabras del Padre: “Bien hecho, buen y fiel servidor”.

Créanme, cuando digo, nada importa en esta Tierra, excepto que hagan ese récord, que mantengan esa cosecha dentro de sus manos conscientes y que hayan resistido hasta el final; que hayan esperado la llamada de su Presencia y pasado aún en el servicio activo a otros Reinos de la Luz.

Su servicio es aquel que es voluntario, Hijos de Dios. Nadie les pidió que vinieran y nadie Me lo pidió a Mí. Nadie pidió al gran Maestro Saint Germain o a Mi Santa Madre María que vinieran, solamente el amor hacia la vida, el amor de Dios y el deseo de ver Su Reino llegar pronto para cualquier corriente de vida al doblar la rodilla ante la Junta Kármica. Solamente tal amor podría tomar un voto para prestar una asistencia más que la ordinaria, portar una cruz más de lo ordinario, expiar un karma que no es el suyo y a vivir en el exilio en un planeta que estaba crujiendo sobre su eje.

Recuerden, el amor les impulsó a venir y el amor debe entrelazarlos conjuntamente mientras todavía permanezcan aquí. Mientras ese amor por Dios pulse fuertemente en el corazón, ese amor que llena sus sentimientos para el Maestro, y ese amor que pasa a través de ustedes para su compañero de trabajo y para su prójimo, ustedes están seguros.

Cuando ese amor se torne en amargura, en resentimiento, en rebelión, en inercia espiritual, o depresión espiritual, entonces dentro de la privacidad de sus propios corazones y cuartos, llamen por la vitalidad espiritual, llamen por la asistencia espiritual desde arriba. Permitan que regrese a ustedes ese calor, esa alegría, ese entusiasmo que conocieron antes que tomaran cuerpo en la Tierra, cuando estuvieron con Saint Germain en la liberación de los niveles internos y vieron un planeta Divino y libre. Entonces vieron a los hombres y las mujeres en las túnicas de la Liberación; ninguna enfermedad, ningún mal, ninguna muerte conocida. Más de una vez en el curso de una vida terrenal es esto necesario para la Vitalidad Cósmica y la inyección de la Energía Espiritual para sostenerles.

Ningún hombre es completo por sí solo. El grande y poderoso Arcángel Miguel, el Amado Gabriel, el Amado Rafael y todos los miembros de los Arcángeles sostuvieron a Mi Madre, a Mi Padre y a Mí Mismo. Durante esa noche en Getsemaní la Presencia de los Arcángeles me dio el valor para renovar Mi voto. Cuando estaba solo, cuando el futuro albergaba otra dulce primavera, los pájaros cantaban dulcemente y las primeras flores se abrieron, la sal atomizada del mar estaba en las ventanas de mi nariz, y el fuego vital de un cuerpo que nunca conoció las enfermedades fue vigorizado por la pulsación de la Resurrección, luego escogí dar esa vida.

Vemos, Oh (mejor que lo que ustedes saben), vemos el agotamiento y las renovaciones de los individuos. Yo, no obstante, les pido recordar que, así como Yo recibí asistencia, así la pueden recibir ustedes. Sabios son ustedes quienes viven dentro de esto. Sabios son ustedes que exponen sus almas y espíritus en cada oportunidad a la vida espiritual que fluye desde los Arcángeles a través de la Tierra.

Después del paso de Mi Padre, una de las más difíciles de Mis experiencias fue dejar a Mi Amada Madre y hacer ese peregrinaje hasta dentro del corazón del Asia. Allí conocí al Ser a Quien ustedes conocen como el Divino Director. Allí viví con Él, aprendiendo a medir Mi Propia Conciencia y a hacer Más las pocas y cortas afirmaciones que Él Me dio. Una de las lecciones que pasó de Su poderosa conciencia a todos Nosotros quienes Nos reuníamos alrededor de Él, fue que ninguna oración ni mantra, como Él los llamaba, o decreto, tenía eficacia a menos que la conciencia dentro de sí misma en sentimiento, aceptara y comprendiera a la vez la Verdad afirmada.

Nos fue enseñado allí el poder de la concentración mental sobre el mantra que fue Nuestro para usar y Nos fue pedido a través de las energías de Nuestro propio campo magnético, o Nuestras auras, atraer la verdad de ese mantra hasta que fuera visible al Gurú. No Nos fue dada otra aplicación hasta que cada fibra y célula de Nuestros seres confirmaran Nuestra afirmación y lo hubiéramos hecho de Nosotros mismos en la práctica, de hecho, manifiesto.

Algunos permanecieron por treinta o cuarenta años trabajando con la frase “YO SOY LO QUE YO SOY”. Otros permanecieron una encarnación entera en “YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA DE LA PERFECCIÓN”. No había favoritismos. No había nada que pudiera adelantar Nuestro progreso excepto la verdad exteriorizada que estaban contenida dentro de esa porción de la Ley que el Gurú Nos dio. Él Nos dio esto moderadamente como si el aliento de vida contenido dentro del aforismo nunca pudiera ser usado nuevamente hasta que el Reino estuviera a la mano. La humanidad y el mundo no se dan cuenta de la reverencia con la cual los grandes Maestros e Instructores, los sabios y los santos, tratan la vida. La humanidad que devora las verdades, las digiere poco y no las hace suyas, tiene mucho que aprender acerca de las disciplinas que acompañan el desarrollo de la conciencia dentro de los retiros del mundo.

Muchos, muchos quienes aplicaron ante el Divino Director no recibieron ni aún una sola palabra de expresión a través de esa encarnación, porque ese Gran Ser no sintió que su luz y conciencia garantizaba la inversión de Sus energías y la responsabilidad correspondiente que entraría en el mundo del estudiante, si él no pudiera hacer de su verdad un hecho.

Estos aspirantes se sentaron dentro del aura del Maestro a través de toda una encarnación entera, contentos solamente de tocar los bordes de Su vestidura (aura). Ellos estuvieron contentos de sentir sus propias y débiles energías espirituales fluir hacia arriba en su constante ascenso rápido de adoración y devoción a Dios. Ellos estuvieron esperando que tal vez dentro de sus propias auras algún día u hora podría prenderse una chispa magnética que atrajera momentáneamente el interés de Sus ojos, una inclinación de Su cabeza o la bendición de Su mano; y arrodillarse en el suelo cuando tal reconocimiento fuera acordado a ellos sin una palabra.

Por Mí Mismo Me uní a estos peregrinos sin anunciarme. Me senté con los otros en el círculo sin nombre y el Maestro en profunda contemplación y meditación no hizo ninguna señal de que sabía de Mi Presencia. No fui saludado como el Mesías, o apartado para privilegios, fui para elevarme o caer como cualquier hombre o mujer sobre Mi propia Luz. No hubiera deseado que fuera de otra manera. Cuando la humanidad y los estudiantes quienes se esfuerzan por un “lugar” lleguen a comprender esto, sus corazones conocerán la paz.

En el momento que el discípulo está listo, el Maestro aparece. En el momento que el discípulo está listo para más conocimiento, el conocimiento es dado. En el momento que la Tierra sea arada será sembrada la nueva semilla. Nosotros quienes ahora parecemos tan prolíficos en la siembra de nuestras semillas, lo hacemos porque mucho tiempo después de que su ciclo mundial sea completado, y estén en el reino de Dios libres, habrá hombres y mujeres quienes basarán su vida en esta Ley. Como uno Quien tomó con vehemencia aquella frase sencilla de “YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA DE LA PERFECCIÓN”, tan agradecido porque Me había sido acordado el privilegio y el honor de recibir de los labios del Gurú algún conocimiento útil para hacerlo Mío, les digo que a ustedes que están siendo bendecidos recibiendo esta instrucción sin límite, serían sabios si reverencian el regalo y el consejo dado.

Cuarenta y ocho horas después que había recibido esa afirmación “YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA DE LA PERFECCIÓN”, como lo saben, la plenitud de Mi Misión Me fue revelada y había logrado el propósito de Mi visita. Siempre estaré agradecido a ese Bendito Ser que Me dio la llave. Recuerdo, sin embargo, que Yo preparé el terreno para su siembra y después de que él fue dado a Mí, Mi vida tuvo que nutrir y desarrollar la planta y la cosecha. Cuando Me fui no hubo un adiós. El círculo de seres llenos de esperanza ni siquiera supo que un peregrino se había ido de su círculo. El Maestro ni abrió sus ojos ni hizo gestos. Todo el camino de regreso por las calientes arenas de la India, a través de las ásperas piedras de las colinas, Me regocijé una y otra vez en la riqueza que había recibido del Ser, en esa sola frase: “YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA DE LA PERFECCIÓN”.

Construí de esto un Ministerio que hoy día está como un ejemplo manifiesto, de que no es necesariamente la cantidad de conocimiento dado lo que trae los resultados. Ellos mismos son la prueba de la Maestría y la liberación a la humanidad. No tomen estas palabras y esta instrucción a la ligera. Llévenla a casa, dentro de su conciencia y dentro de su corazón. Tejan en la forma manifiesta alrededor de su aura para que su Gurú viéndolos diga: “Este estudiante está listo para recibir más de la verdad, con mayores poderes, con una comprensión más profunda de la Ley”.

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