Uso destructivo del libre albedrío | Jesús

Amados Corazones la eliminación del uso destructivo del libre albedrío es la petición que ustedes individual y colectivamente han presentado al Tribunal Kármico.

Me gustaría explicarles que el deseo de utilizar el libre albedrío de manera destructiva, lo cual continúa creando y sosteniendo la imperfección, está en el mundo emocional. Así, podrán ustedes comprender un poco más claramente cómo es posible para ustedes, mediante la Aplicación, elevar la actividad vibratoria de su propio mundo, el del cuerpo estudiantil y luego el de la humanidad en general, hasta el punto en que los deseos destructivos ya no existen más.

Ustedes saben que cuánto más rápida sea la vibración de la energía, física, mental, emocional o etérica, tanto menos discordia habrá. Cuánto más lenta sea la actividad vibratoria de los átomos y células que componen sus cuerpos físicos e internos, tanto más propensos estarán a aceptar y convertirse en recipientes de vibraciones de naturaleza baja, pesada y discordante. Por tanto, la aceleración de las energías vibratorias de sus vehículos internos y externos es parte de la razón de su trabajo de decretos, de sus cantos, y, en general, de sus empeños grupales y colectivos.

Cuando un grupo de estudiantes se reúne con motivo de una reunión, una Gran Presencia Maestra o Deva se detiene en la atmósfera, al tiempo que los decretos, fiats y cantos se emiten en un tiempo ágil si bien equilibrado, la rata de vibración de los átomos que componen sus cuerpos internos y físico aumenta, y se descarta mucha sustancia mal calificada, la cual es instantáneamente transmutada por el Gran Ser a cargo de la reunión.

Les sorprendería si pudieran ver con la visión interna, la cantidad de sustancia impura en sus mundos que es de esta manera transmutada por el bello, omnipresente y dispuesto Fuego Violeta. Esta sustancia impura ha estado incrustada en sus cuerpos internos y físicos.

Click aquí para ver los decretos de la llama violeta.

Tomado del libro: Diario del Puente a la Libertad –  Jesús – pag 92

Serapis Bey Editores