Amados Míos, desde sea la estrella que fuere que ustedes vinieron, están aquí para un propósito; y ese propósito es de su propia escogencia, así como Mi propósito eras atrás fue de Mi propia escogencia. Cuando el camino parece difícil —temporalmente— recuerden que aún antes de que encarnaran, ustedes escogieron el sendero por el que están caminando, y que sobre ese sendero —así como también ocurrió en el Mío— los obstáculos pueden ser transmutados a Luz hasta que la victoria se manifieste. Oh, la gloria del libre albedrío, Hijos Míos, la gloria de asumir sobre sí un vehículo físico y utilizarlo de acuerdo al propósito de Dios en esta tierra, la gloria de sentir esa unción que viene desde arriba y que se encuentra en, a través y alrededor de ustedes constantemente, ya que ustedes son amigos del cielo, y Nosotros lo somos de ustedes.
Por todo el planeta ha sido una bella estación en honor del Uno, Mi hijo, el amado Jesús; y en honor de todos ustedes que también son Mis hijas y Mis hijos. En la medida que más y más de esa bendición cósmica se filtre a través de los átomos, a través de sus mundos emocional, mental, etérico y físico, se convertirá en una sustancia viviente y palpable que vive en, a través y alrededor de ustedes, y que puede (y debería) ser utilizada por todos y cada uno de ustedes en la dirección de su atención hacia la bendición de la vida menos afortunada.
Tomado del libro: Diario del Puente a la Libertad – Madre María
Serapis Bey Editores