Una enseñanza magnífica del maestro Saint Germain en la que nos enseña a disolver un problema mediante la quietud.
Gabriel Silva
Cada experiencia que le viene al individuo sirve un doble propósito: primero, volver la atención hacia la Única Fuente Creativa: Dios; segundo, hacer consciente al individuo de que sobre dicha Conciencia Suprema descansa la solución, disponible al instante, de todo lo que necesite saberse. No lo recibimos elevando los brazos y gritando pidiendo ayuda, sino asumiendo exactamente la postura opuesta: aquietándonos y silenciándonos en lo externo de manera que no haya la más leve perturbación en nuestra conciencia. Entonces encontraremos rápidamente una solución a todo aquello que se requiera.
Al entender este magno poder del pensamiento creativo —y conste que el pensamiento siempre está creando una cosa u otra—, no puede evitarse sentir de una vez una gran liberación.
Mediante el reconocimiento sincero del Gran Ser Divino Inteligente, eliminamos la posibilidad o poder del ser externo de alguien que intente decir o hacer algo que pueda perturbarnos, ya que mientras estemos reposando en tan Suprema Presencia, su Magna Radiación o Energía estará llevando constantemente consigo el Poder Consumidor de toda perturbación externa.
Si los estudiantes no se toman el tiempo necesario para aquietarse y sentir la Gran Presencia de Dios que les llena la mente y cuerpo, entonces no podrán culpar a nadie salvo a sí mismos si no reciben tanto de la Presencia de Dios como desean. Los estudiantes, al tener libre albedrío, mediante la determinación siempre tendrán todo el tiempo que puedan necesitar para aquietar lo externo y recibir el Majestuoso Esplendor de esa Magna Presencia Interna.
Si al encontrarse confrontados por problemas, los individuos dijeran: “¡Magno Dios en quien reconozco y siento Tu pleno Poder de Acción! ¡Oh Magna Presencia YO SOY! ¡Soluciona este problema y hazlo rápido!”, y luego calmadamente entraran a la quietud, el Silencio de esa “Magna Presencia YO SOY”, encontrarían y pronto sentirían la paz, la certeza y el alivio.
Tomado del libro: Instrucción de un Maestro Ascendido – Saint Germain
Luego de haber hecho mi llamado a la Presencia YO SOY, realizo una práctica maravillosa que consiste en mirar a un punto fijo sin pensar en absolutamente nada. Permaneciendo allí durante algunos minutos hasta sentir la completa quietud y alivio divino. Al principio costará no pensar, pero tras haber practicado lo suficiente todo se volverá fácil y automático.
Gabriel Silva
Gracias por todo
Gracias, que así sea.
Toda la instrucion del gran maestro Saint germain es maravillosa practica y de gran ayuda paralos que seguimos sus enzeñanzas
woww!! gracias
Gracias Saint Germain
Gracias, Asi sea. Amen.