La omnipresencia de Dios, por cualquier nombre que Sus hijos escojan llamarlo, a menudo causa que el estudiante sincero olvide que dicha presencia está localizada dentro de la conciencia de todos y cada uno de los miembros de su pueblo.
Un sentido abstracto de “bien universal” no es suficiente. También es necesario caer en la cuenta de que la Fuente Suprema ha dirigido definitivamente, a través de cada inteligencia creada por Ella, ciertos poderes definitivos para producir y sostener la Perfección.
Si un hombre reconociera la Luz que baña la atmósfera de la Tierra durante el día pero al mismo tiempo negara la inteligencia localizada del Sol, no cabe duda que carecería de iluminación.
¡La Naturaleza es la maestra de los sabios! La inteligencia localizada que da vida, pensamiento, sentimiento y ser a cada Maestro, Ángel, Deva y hombre, es como el centro focalizado provisto por Dios para suministrar la luz, el calor, el poder de fecundación y sostenimiento a la gente de la Tierra y al Reino de la Naturaleza.
Es menester salvar la amplia divergencia que hay entre la aceptación abstracta del Omnisciente (cuyos seguidores rehúsan aceptar la Luz a través de las inteligencias que lo representan) y el culto fanático de las Inteligencias sin la realización de la Fuente Una detrás de toda esta divergencia, a fin detraer la Verdad; ¡y con la Verdad, obras en el nombre de Dios!
Tomado del libro: Diario del Puente a la Libertad – El Morya – pag 80
Amén
Amen.