La palabra hablada (El Santo aliento) es el poder creativo de Dios que moldea a la substancia de Luz universal en formas, de igual manera que la copa que la expresión hablada crea, ya sea que se refiera a personas, lugares, condiciones o cosas.
El Santo aliento es con la palabra y la conciencia del individuo es cargada y recargada con formas distorsionadas mediante el mal uso de la Energía de Dios al hablar. De igual forma, si la palabra hablada es dadora de Paz, así como armoniosa en su expresión, la conciencia toma sobre sí un brillo adicional de Luz y el individuo se convierte en una Presencia confortadora para todo aquel que él o ella contacte.
Los “Decretos” fueron conscientemente presentados al intelecto del hombre, tanto para equilibrar el mal uso de la palabra hablada, como el pensamiento silencioso a través de las centurias en que el hombre ha encarnado.
En primer lugar, a fin de hacer pedazos estas copas distorsionadas, uno necesita Energía que esté vibrando en la misma tasa, pero calificada constructivamente. O sea la política es “romper una copa” creada, la mal palabra usada, mediante la acción vibratoria de la palabra bien usada, más que mediante la fuerza mental.
En segundo lugar, la palabra constructiva – que es siempre una invocación a un miembro de la Hueste Ascendida o a vuestra propia Presencia Crística – se convierte en una copa que los Maestros o vuestro Santo Ser Crístico pueden llenar con Su Substancia Luz, la cual crea una vibración pulsante en vuestra conciencia de una cualidad y actividad para la manifestación que traerá más del Plan divino a la expresión.
En tercer lugar la palabra hablada – vibrando en una baja tasa de vibración que puede ser oído por el oído físico – se conduce más fácilmente a través del mundo mental y emocional de los espíritus encarnados, estableciendo formas de naturaleza constructiva en sus cuerpos y auras; en tanto que los éteres más finos de la substancia mental – por razón de la densidad de los cuerpos – les pasan alrededor sin ser sentidos ni notados.
Una de las reglas de la Gran Hermandad Blanca es nunca imaginarse a un individuo imperfectamente. Cada Corriente de Vida está dotado por derecho de nacimiento, de Perfección. Dios Padre creó a todos en Su propia imagen y semejanza y decretó la Perfección como la Ley natural de sus Seres. Cuando algún individuo reconoce la imperfección en cualquier otra Corriente de Vida en el Universo, está deshonrando la Voluntad del Padre que creó al hombre en Su propia imagen y semejanza. Cada persona a través del pensamiento, del sentimiento, de la palabra hablada y de sus acciones, emite substancia y Energía desde su Corriente de Vida y cuando dicha substancia y Energía es cargada con una imagen de imperfección, al tiempo que es arrojado contra otro individuo a través de los canales de pensamiento y sentimiento, intensificado por la palabra hablada; forma una película o revestimiento alrededor (Pensamiento forma) de aquel contra quién se ha dirigido dicha fuerza que pretende encubrir la imagen divina que Dios tenía por objeto y efectúa un tremendo lazo kármico que sólo puede ser obliterado (Cerrado) mediante poderosos Decretos o por el uso del Fuego sagrado, invocado por el enviador de la Energía destructiva (Es por eso que se recomienda siempre pensar constructiva y positivamente de todos y jamás visualizar nada que sea menor a la perfección de cada quién)… Toda la humanidad está condenado el uno por el otro, pero cuando un individuo se vuelve un Chela consciente, debe aprender a pensar como el Padre al respecto de Su creación.
Electrones – Amado Mahá Chohán, Santo Aeolus
Hola yo soy susana casillas agradezco la oportunidad de recibir enseñanza y aprendizaje
Saludos