Aquí puedes leer la primera parte.
Esta mañana, les traigo las bendiciones del Gran Padre-Madre Eterno de este Sistema, ante cuyo Trono me arrodillé, besando la basta de sus Vestiduras Celestiales y pidiendo el privilegio, la oportunidad de proteger las almas de los seres humanos hasta que todos y cada uno pudieran ser transformados y transmutados al Cuerpo de Fuego Blanco Eterno, y pasar triunfantes de la rueda de nacimientos y muerte a su inmortal y eterna Liberación Divina.
¿Saben ustedes entonces cuanto los Amo individualmente? ¡Cada uno de ustedes es parte de Mi promesa de vida! He observado sus almas desde el primer día en que sus pies tocaron el planeta Tierra en la primera vuelta de su gran viaje hacia su desarrollo creativo eterno y Perfección.
¡A través de esas largas centurias que han transcurrido, Yo he caminado a su lado en encarnaciones en que las lágrimas nublaban sus ojos! Muchas veces en que sus cabezas estuvieron inclinadas, y aparentemente habían perdido la fe en Dios, en Su Bondad y Propósito, Me paré cerca y les susurré: “Fe pequeño hermano, Fe, dulce hermana”, y nuevamente levantaron la cabeza, enderezaron la columna vertebral y avanzaron, esforzándose en esa Vida en la Tierra para balancear sus deudas y conducirse de manera digna a la Vida de Dios que es su propio latido del Corazón.
Muchas han sido las veces que he tomado sus almas agotadas, cuando el último aliento fue puesto al cuidado del Santo Confortador, dentro de Mis propios brazos y con Mis propias manos he sacudido desde sus vestiduras manchadas el sucio y las máculas de las iniquidades que ustedes, consciente o inconscientemente, entretejieron en la sustancia de sus seres. Muchas han sido las veces que he respondido al Llamado del corazón de alguien que los ama más de lo que se aman a sí mismos, y en ese Llamado del corazón los he traído de vuelta desde los estratos inferiores para renovar sus esfuerzos de completar su viaje en honor y dignidad. Muchas han sido las veces que he besado su frente al tiempo que volvían a asumir sobre sí el peso del karma que les asignara el Tribunal Kármico y entraban de nuevo al ámbito de la forma, ¡olvidando por un tiempo a sus Amigos, los ángeles! ¡Yo soy su amigo, pues mi vida está comprometida en liberarlos!
Admisión de los “rezagados”
Recuerdo bien cuando los sacerdotes de los Templos fueron notificados que a los perezosos de otros sistemas se les iba a dar morada en la Tierra, y se les dijo que hicieran la Aplicación requerida para proteger la evolución que había estado viviendo en la inocencia del “Jardín del Edén” de la efluvia y contagio de los pensamientos y sentimientos de aquéllos a quienes, en su propio planeta, ya sea que no controlaban o no pudieron controlar las energías lo suficiente, para continuar con sus planetas dentro de una mayor Luz.
Espada de llama azul
Recuerdo bien Mi propia contemplación, reflexionando en cómo podría servir mejor en las edades que estaban por venir. Fue entonces cuando diseñé en pensamiento la Espada de Llama Azul que ha estado Conmigo a través de todos los eones desde entonces, y que ha sido constantemente utilizada para cortar y liberar a las almas de los hombres de los grilletes de su propia creación; y liberar la vida aprisionada atrapada en los pensamientos-forma de las entidades creadas por la humanidad que conforman el ámbito astral y psíquico, el cual es mi hogar y habitación por escogencia personal, veintidós horas de cada veinticuatro.
Diseñé esta Espada de llama, por medio del pensamiento porque sabía que llegaría el momento en que las almas de los hombres necesitarían más que las energías de sus propias corrientes de vida para cortar y liberarse de los grilletes y creaciones dentro de las cuales ellos habían entretejido sus energías. Dentro de esa espada cargué Mi Amor por el hombre, Mi Amor a los latidos del corazón, Mi Amor por Dios. No es una Espada a la que hay que temerle, más bien es una Espada de Redención, una Espada de Esperanza, una Espada de Liberación; y cuando la última alma haya atravesado el Puente que lleva a la Luz Eterna, cuando el último libro de registro haya sido cerrado y sellado, cuando se complete la Ascensión de la última corriente de vida y todo pequeño electrón que en la actualidad está funcionando en una forma distorsionada sea otra vez redimido y devuelto al Sol, esa Espada no será más. Entonces cantaremos los aleluyas juntos “Gloria a Dios en las Alturas y la Gloria sea en los Corazones de los hombres libres”.
Tomado de Dictados de los maestros Ascendidos, diciembre 1953
Libro del arcángel Miguel – Puente a la Libertad
Serapis Bey Editores