“Salvo que un hombre esté en estado de Gracia, no podrá recibir las Bendiciones de Dios”.
Tal es la sopeteada afirmación de la ortodoxia. Sin embargo, dentro de dicha frase está contenida una verdad poderosa. Cada acción vibratoria se conecta y ata con una vibración similar, y las dos se hacen una.
El hombre puede (y debe) gobernar la acción vibratoria de sus pensamientos y sentimientos, así como también la de sus memorias etéricas y la de su cuerpo físico. En tanto que no tenga el control maestro de las vibraciones de sus propios vehículos, será víctima de la intromisión de toda índole de vibraciones imperfectas que se abalanzan como imanes a adherirse a la actividad vibratoria establecida mediante la volición (consciente o inconsciente) de la persona.
La invocación de la Gracia espiritual al interior del alma establece una acción vibratoria que es receptiva a las Corrientes Divinas que fluyen a través de la atmósfera de la Tierra, pero que son demasiado sutiles para ser registradas en la conciencia externa —a menos que el magneto de la Gracia las atraiga para alimentar el alma.
De ahí, por ejemplo, que se produzcan los mal entendidos hechizos de “brujería”, los cuales solo existen en la imaginación descontrolada de algunos seres, y son el producto del bajo nivel de control que tienen sobre sus propios cuerpos.
Tomado del libro: Diario del Puente a la Libertad – El Morya – pag 79
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Gracias, bendiciones. Amen.
Muchas gracias.!!!