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Paz Superior ¿Cómo alcanzarla? Mira el video

yosoyespiritual yosoyespiritual 2.5K vistas Escribe tu comentario 35 minutos de lectura Gabriel Silva

YO SOY LA PAZ. “Mi paz o dejo, mi paz os doy”. – Maestro Jesús.

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En esta lección vamos a estudiar algo muy sencillo. La gran mayoría verá que voy a explicar algo muy obvio y fácil de entender. Pero para quienes se encuentren un poquito más adelante en el sendero, verán que es una lección avanzada camuflada dentro de las lecciones básicas. Este conocimiento, en las manos adecuadas, bien comprendido y aplicado, llevará al discípulo de la etapa de Chela probacionista a la etapa de Chela Aceptado y de ahí a la etapa de Arhat, que es un paso antes del adeptado.

La rutina sugerida que ha permitido la ascensión de todo Ser que alguna vez aspiró a ese logro superior, consiste en las herramientas ya explicadas. Llamados a la Presencia con invocaciones y decretos, respiración rítmica y meditación. Recomendable tres veces al día.

La respuesta rápida: La fórmula para alcanzar un estado de paz superior consiste en sumar paz, más paz, más paz mediante el amor a Dios. No solo durante los ejercicios diarios, sino también en las actividades cotidianas. Sosteniendo ese estado de paz de forma permanente. Ahora la respuesta larga.

Fórmula para lograr un estado de paz superior

Ya estudiamos muchísimos ejercicios para desarrollar las cualidades internas, entre ellas la paz por supuesto, pero, aun así, queda la inquietud de cómo aplicar todo esto de tal manera que se manifieste una verdadero y duradero estado de paz.

En mi camino de aprendizaje en esta vida tuve la oportunidad de practicar muchos ejercicios durante largo tiempo, a veces de forma intermitente como seguramente lo hacen muchos de ustedes, y de vez en cuando volviendo mi atención a la cotidianidad del mundo de apariencias. Debido a que siempre practiqué estas enseñanzas, siempre supe que los estados profundos de paz duraderos son posibles, pero estaba en un vaivén, de entrar y salir de la paz, entrar y salir de la paz.

A medida que avanzaba poco a poco me permití la oportunidad de preguntarme cómo podría realmente cargarme de tanta paz que me fuera imposible volver a enfocarme en el mundo de apariencias.

Luego de un tortuoso proceso, si bien lo tortuoso no era necesario, pero así fue, logré descubrir una fórmula matemática exacta para alcanzar un estado de paz superior. Y te la voy a compartir para evitarte lo tortuoso del asunto y acelerar tu proceso de evolución. No sin antes mencionar el sutil detalle que para que esta fórmula funcione, se debe aplicarla y bien. Si se la aplicas a medias, no funciona.

No quiero causarte falsas expectativas en cuanto a la facilidad de esto, no se trata de algo fácil. Pero quise exponer este tema para cerrar este ciclo de lecciones y vamos a abordarlo como tema curioso si se quiere. Algún día les va a servir.

Entonces, ¿cómo alcanzar un estado de paz? Voy a iniciar con una frase, que seguramente al principio no se va a entender, luego, voy a explicar esta frase con un ejemplo comparativo, como suele ser mi estilo para que sea aún más fácil de entender, y voy a finalizar con la misma frase, pero en ese momento ya tendrá un sentido comprensible.

“Para alcanzar la paz permanente, se debe estar paz”. O “Para alcanzar la paz permanente, se debe generar paz”. ¿Cómo es eso? ¿Cómo es que para alcanzar la paz debo tener paz? ¿Si precisamente atravieso un estado de angustia, o duda, o temor, y quiero paz, como puedo alcanzar la paz si no estoy en paz?

En un orden lógico, cuando queremos conseguir alguna cosa, ya sea en el campo del amor, de la salud y en lo económico, siempre se deben reunir pequeñas cantidades de lo mismo hasta obtener una cantidad mayor. Para tener una gran cantidad de dinero se deben reunir pequeñas cantidades de dinero. Para obtener un gran estado de salud se deben reunir las pequeñas acciones correspondientes en el cuidado personal integral. Para sostener una relación afectiva, se debe amar a la otra persona en pequeñas dosis de manera constante.

Es un tema de ahorro, que es fácilmente comprendido por todos, la paz también se puede ir ahorrando si se juntan pequeñas cantidades hasta obtener una cantidad mayor. Y ese acumulado se puede utilizar para alcanzar algún logro en especial. Sin embargo, reunir paz resulta un poco complejo por los cambiantes estados de conciencia. La conciencia humana es tal que se las ha arreglado para autosabotearse su propio ahorro de paz. Junta un poquito paz, luego otro poquito de paz, pero de pronto decide enfocar su atención sobre los aspectos indeseables que considera relevantes, y al hacer ingresar esas creaciones humanas, el resultado final simplemente es la ausencia de la paz que tanto anhelaba.

En este punto muchos se preguntan: ¿qué es lo que estoy haciendo mal? sí, es así precisamente como se comporta la humanidad que busca paz y no la alcanza.

“¡Oh Dios, dame paz!” ¿Saben ustedes, queridos amigos, qué representan esas pocas palabras? Pues, representan la oración más rezada por la humanidad de esta Tierra en todo clima, por toda raza, en todo idioma. Muy a menudo, estas palabras no son siquiera pronunciadas, sino que se elevan como el silente clamor del corazón del individuo en medio de sus preocupaciones.

Quieres paz, y haces un esfuerzo para alcanzarla, pero si constantemente le retiras tu atención y la enfocas sobre las angustias, las culpas, los temores, las dudas, los juicios, los resentimientos, no estarás haciendo más que alejarte de tu meta. Estarás mal gastando vanamente tu energía en esas circunstancias. Si no hubiésemos gastado incontable energía en el mundo externo durante tantos siglos, tendríamos paz.

Así como para tener una gran cantidad de dinero se deben reunir pequeñas cantidades de dinero, se hace evidente que para alcanzar un estado de paz superior se deben reunir pequeñas cantidades de esa paz, y protegerla.

La paz nunca será resultado de sumar angustias, culpas, dudas y temores, no, eso es matemáticamente imposible, para obtener un estado de paz, es evidente que debes sumar o reunir pequeñas cantidades de paz. Y ahorrarla, no malgastarla.

En mi experiencia, me sucedía que luego de haber hecho varios ejercicios armonizadores varias veces al día, yo esperaba que al final de ese día tuviera algo de paz. La paz duraba algún tiempo, pero luego iba disminuyendo. Entonces me pregunté ¿qué es lo que me está faltando? Pedí iluminación a la Presencia Divina por mucho tiempo hasta que finalmente empecé a comprenderlo, no me estaba faltando nada, sino que me estaba sobrando. Me estaba sobrando todo lo del mundo de las apariencias, y tuve que tomar algunas decisiones, todos los que quieran paz, en algún momento deberán tomarlas.

Empecé, sistemáticamente, a deshacerme de todo lo que no fuera de la luz, y a enfocarme únicamente en lo que sí es de la luz. De esa forma empecé a descubrir lo que yo denomino “la formula infalible para alcanzar la paz”.

Luego de haber sacado de mi vida algún patrón limitante, pensaba que eso me daría paz, entonces yo hacía la suma, haber, hice tal práctica de paz, luego hice tal cosa y luego esta otra, pero el resultado de esa suma no me daba paz, seguía sintiendo que aun debía deshacerme de cosas que me sobraban. Entonces procedí a sacar el siguiente patrón limitante y el siguiente y el siguiente.

Y así cada día iba eliminando algo. Un día sumé, paz, más paz, más paz. Y mágicamente el resultado fue paz. Solo hasta ese momento de mi vida supe lo que era realmente la paz, o el inicio de la paz. Porque luego de haber alcanzado la paz en un día, al hacer la sumatoria de toda la semana, no me daba paz. Entonces seguí y seguí, disolviendo y eliminando todo lo indeseable. Hasta que finalmente lo logré, una semana de paz. Y pasé de estar internamente así, a estar así.

¿Alguna vez se han ido a acostar con una sonrisa que por más que se intente no desaparece, que no se va a la risa descontrolada o al llanto de felicidad, sino que está siempre serena? ¿alguna vez les ha pasado que la mente se queda tan quieta que, sin importar sus esfuerzos en querer pensar, la mente sigue quedándose quieta?

Luego me dije, voy a lograr un mes de paz, y así pasó todo un año. Si bien a veces no fue posible saber sobrellevar el descontrolado mundo emocional de las personas a quienes contactaba, dentro de mí se desarrollaba un estado de paz inalterable.

Ustedes que han meditado, seguramente han sentido que durante el clímax de la meditación uno queda suspendido en el infinito, como si el cuerpo hubiera desaparecido y solo existiera la luz. ¿Verdad? ¿Me crearían si les digo que es posible experimentar ese mismo estado en cualquier momento y a voluntad? Es posible. Y es solo el inicio.

Y sé que sonará como algo simple, pero, esa es la fórmula para alcanzar la paz permanente, sumar paz, más paz, más paz. Si se suma paz, más paz, más paz, el resultado inevitable, inmutable y todo poderosamente universal cósmico divino, es y será eternamente paz.

En mi experiencia dedicándome a esta actividad, he encontrado un patrón recurrente, y es que curiosamente muchas personas suelen buscar remedios rápidos, que no involucren mucho esfuerzo, que se valga de elementos externos, o que preferiblemente actúen mientras ellos duermen. Todo aquello, nunca dará verdadera paz, puede que brinde alivio momentáneo según el poder que se le dé a las cosas externas, pero yo hablo de la paz que nace del amor a Dios. No una paz intermitente, sino una paz sostenida.

El Maestro Saint Germain nos dice que esa paz no se manifestará hasta que el alma ame a Dios más que a cualquier cosa humana. Y si tú estás aquí viendo esto, es porque seguramente en ti se haya ese amor más profundamente manifestado que en otros. Por eso no dudo que ya te encuentres en ese punto clave, en ese momento en el que tu Ser Crístico pase de ser una chispa a ser una verdadera llama triple y quiera empezar a expandirse. Solo que hasta ahora no habías caído en cuenta de esta fórmula, a lo mejor has estado ahí a punto de descubrirla, y esta enseñanza es solo la confirmación de que así debe ser hecho para que funcione. Solo sumando paz, más paz, más paz, obtendrás la paz.

Entonces, ahora ya tiene sentido: “Para alcanzar la paz permanente, se debe tener paz”. O “Para alcanzar la paz permanente, se debe generar paz”. Tal es la ley de la vida.

¿Es fácil llegar a un estado de paz?

Se que muchos de ustedes estarán ahí diciéndose, tal vez entre una risa de pesimismo e ironía, lo absurdamente difícil que suena esto. Y lo único que puedo decirles es, que los entiendo. En una ocasión me topé con una enseñanza de Madre María que lleva por título “el secreto para sostener el sentimiento de gracia divina”. Y pensé que sería algo fácil, pero ella nos dice: “El secreto para sostener esa conciencia y sentimiento de Gracia Divina yace mayormente en que permanezcan dentro de ese sentimiento y radiación, hasta que haya entrado lo suficiente y saturado la sustancia de sus cuatro cuerpos inferiores —sin permitir que su atención se distraiga ni sea atraída por debajo de la acción vibratoria que hemos establecido alrededor de ustedes”.

En resumen, disciplina pura, alcanzar la paz, y sostenerla mediante la armonía en los sentimientos. disciplina pura, paz, y sostenerla mediante la armonía en los sentimientos.

Cuando uno de adentra tantísimo en la consecución de esa paz es cuando los cuerpos inferiores se revelan, todos queriendo ir por su lado y es toda una cuestión ponerlos de acuerdo para que cooperen. Por ese motivo, en este momento, diría que en este proceso de alcanzar la paz no tiene cabida la palabra “fácil”. No en vano los maestros se refieren a esta como: “La más terrible de las contiendas”.

Pero el maestro Kuthumi nos dice: En la antigua Grecia Nosotros teníamos muchos caminos reales hermosos, alineados con bellos árboles, flores y arbustos y el viajero pasaba por un “camino agradable” en su viaje, Me gusta considerar el Sendero hacia Dios de tal manera en vez del camino angosto y riguroso de la dificultad y la abnegación. Hay que hacerle caso al maestro.

Autocontrol

El autocontrol es una ley ineludible para alcanzar la maestría, sin autocontrol no se puede pasar de cierto punto. La energía responde puntualmente a toda indicación interna, si uno elige estar sereno, no habrá nada en el universo que se interponga. Cada partícula se califica con serenidad. Pero cuando se atraviesa por estados turbulentos solo hay alguien que puede rescatarte y devolverte a la paz, ese alguien eres tú, pues no existe el ajeno control o el control remoto que produzca paz permanente, esto solo se logra con autocontrol.

Que ante las pruebas no se presente el “ay Dios mío, y ahora que hago. Sino hacerse cargo de uno mismo mediante el autocontrol. Esta es una de las pruebas más sutiles e insignificantes, pero que ha causado gran confusión. Pues muchos esperan que alguien venga y les rescate. Pero es uno mismo el que decide. Increíblemente así es. Todo autocontrol solo proviene del amor a Dios.

El Maestro Saint Germain nos dice: Exhorto a los estudiantes por doquier a que ESTUDIEN— ESTUDIEN—ESTUDIEN: APLIQUEN— APLIQUEN—APLIQUEN con gran determinación el conocimiento de la “Presencia” dado en los Discursos del “YO SOY”, y la liberación total será suya. Estas Grandes Leyes no se auto-aplican, ya que, de lo contrario, hace rato serían ustedes Seres Perfeccionados. Por tanto, es auto-evidente que de ustedes se requiere la Aplicación decidida de este conocimiento de la “Presencia” a fin de tener la perfección que Ella es y contiene.

Los cuerpos tienen consciencia propia y acallarlos conlleva algo de tiempo y momentum. Cada vez que se les permita actuar independientemente de la conciencia divina habrá estancamiento, entonces ya no permitan que sus cuerpos inferiores se salgan de control, ni siquiera de manera ocasional. Aprendiendo a detectar los caprichos de cada uno de los cuerpos y acallarlos amorosamente y con autoridad si es necesario. Puedes decir: “¡YO SOY la Presencia, y califico esta mente con perfección!”. Sintiendo realmente que tú eres la Presencia y hablando con calmada seguridad.

Cuando no cese el bombardeo mental y emocional, detente por un momento, aquieta todo, respira muy despacio, afloja tu cuerpo hasta que quede muy suavecito y liviano como el aire. Fija armoniosamente tu atención sobre tu realidad divina, sobre esa gran luz omnipotente, y comanda autocontrol: “Magna Presencia YO SOY, haz que esta mente permanezca quieta y los sentimientos en calma. Asume el mando de estos cuerpos, produce en ellos tu perfección y mantén tu dominio eternamente sostenido hasta que yo logre mi ascensión”. “¡YO SOY la Presencia, y califico estos sentimientos con perfección!”. Luego de llamar con amor continúa tu vida con ese sentimiento de seguridad y liviandad.

Los ejercicios de desarrollo espiritual que hemos aprendido, manifiestan su magia y eficacia según sea el grado de paz que hayan sostenido durante su aplicación. Ahora la clave está en permanecer tranquilamente dentro de esa vibración durante las actividades cotidianas, gobernando sus pensamientos y sentimientos, siendo un amo sobre todos sus cuerpos para que se pongan bajo el dominio de la Presencia. Para que la paz sea permanente, se debe mantener el autocontrol durante las prácticas como fuera de ellas. ¿Cómo? Pues sosteniendo la armonía en los sentimientos mediante la autocorrección. Que toda tarea que se realice sea una jubilosa experiencia de felicidad. Sin tensiones, de calma, de alegría por estar sirviendo a la vida y a nuestra propia liberación.

Si se presenta un viejo patrón limitante, aplica lo ya aprendido y mantente en paz, hasta que finalmente la formula sea depurada de toda interferencia y solo quede la paz. Esa paz es el resultado del Amor a Dios.

Amor divino, pureza y paz en las prácticas como fuera de ellas. Manteniendo la quietud en la mente, como si durante todo el día se estuviera meditando, y sostenerse en ese estado de gracia hasta la siguiente recarga en la plenitud de la Presencia YO SOY.

Puedes decretar: “Gran Presencia Maestra que YO SOY, te amo, te adoro. Me vuelvo a ti, plenitud de todo poder creativo, todo amor, toda sabiduría. Asume el mando de esta mente y de estos cuerpos, produce en ellos tu eterna perfección hasta que yo sea ascendido y libre. YO SOY la Presencia que manda aquí. YO SOY la única Presencia que actúa. YO SOY la perfección y califico todo en mi mundo con perfección. YO SOY el consuelo YO SOY la salud

La Magna Presencia YO SOY es la fuente de todo bien Llamados con invocaciones y decretos, respiración rítmica y meditación

Te voy a develar un secreto, un secreto cósmico, una llave mágica que te va a cambiar la vida por la eternidad.

En mi propia experiencia de vida y además recibiendo casos de personas con distintas problemáticas, he notado cierto patrón recurrente, especialmente en aquellos que no practican, y es acerca del “qué hacer” en determinada situación. Ellos dicen, tengo determinada situación “¿Qué hago en ese caso?”, luego la situación es diferente y piensan “¿Qué hago en esta otra situación?” y luego vuelve a cambiar y se preguntan “¿Qué hago con esto otro?”.

La respuesta es más simple de lo que pudieran pensar. Como todos los males se derivan de haberse alejado de la luz de la Presencia Divina, lo que debemos hacer es volver a la Presencia Divina, pues Dios es la fuente de todo bien.

El camino que lleva a la Presencia de todo bien es Uno. Indistintamente de cual parezca ser la apariencia humana o el problema actual. Solo se debe aplicar decididamente y paso por paso lo que hemos aprendido.

Muchos parecieran pensar que, frente a distintas situaciones, se deben hacer cosas diferentes para llegar a la solución, y ante cada nuevo problema buscan y buscan hasta agotarse. Pero el gran secreto de la vida, es que los pasos para llegar a la fuente de todo suministro son los mismos. Los maestros ascendidos nos dicen que ellos usaron este mismo conocimiento para ascender, ni más ni menos. Y en ese ascender se va resolviendo todo, la salud, el suministro, y absolutamente todo, pues la Presencia YO SOY es la fuente de todo bien.

Sea lo que sea que estés viviendo, los pasos que debes seguir para purificarte son los mismos. Y seguramente estás ahí expectante preguntándote ¿Cómo es posible que siempre se deba hacer lo mismo? Mira, si en un lado tenemos a una persona que está padeciendo por una ruptura de pareja, y en el otro lado tenemos a alguien que tiene alguna dolencia física. Muy seguramente cada uno de ellos pensaría en soluciones diferentes. Mientras que el primero buscaría temas en cuanto a sentirse mejor luego de una ruptura de pareja, el otro buscaría temas para sanarse de alguna dolencia. Ambos, olvidándose de Dios. Empero, la fuente que provee tanto el consuelo como la salud que ambas personas necesitan, es la misma, exactamente la misma. Lo que sucede es que no lo sabían o no habían caído en cuenta de esta verdad inmutable:

Que la Magna, Victoriosa y Todo Poderosa Presencia de Dios YO SOY es la fuente eternamente sostenida de todo bien que todo ser alguna vez haya necesitado, que necesite o que vaya a necesitar por siempre.

¿Para qué desgastarse y buscar soluciones diferentes cada vez dejando a Dios de último? ¿Qué puede necesitar un ser humano que no se encuentre ya en la Presencia de Dios? Nada, todo está ahí, Pues la Presencia YO SOY es la fuente de tu vida misma, es tu propia vida de hecho.

Lo único que cambia es el punto de partida. Para algunos ese punto de partida puede ser un momento doloroso, una ruptura, una dolencia, carencia de dinero, tristezas, paradigmas, alegría, inspiración, motivación, en fin. Pero todos se dirigen a la misma fuente. Por tanto ¿por qué pensar en soluciones diferentes si Dios es la fuente de todo bien?

Todo se trata de una aplicación metódica que puede ser desarrollada fácilmente por todos, una aplicación que nos acerca a esa Magna Presencia YO SOY. Llamados, respiración y meditación.

Si ustedes han hecho los decretos sabrán que abarcan todo aspecto importante y a todos los seres. Solo se debe aplicar esta rutina con cada rayo según la necesidad, hasta haber completado todo el esquema y descargar el patrón del cuerpo electrónico. Tanto aquel que busca consuelo para aliviar sus sentimientos como aquel que busca sanar una dolencia física o aquel que necesita inspiración, prosperidad, o cualquiera que sea la necesidad, requiere exactamente de las mismas herramientas que lo acerquen a la Presencia YO SOY, donde se encuentra la provisión de todo aquello que requiera. El motivo o el punto de partida puede resultar siendo irrelevante, pues al llegar a esa luz se encontrará la solución a eso y a todo.

Sea cual sea la apariencia o necesidad actual es solo un llamado de la vida para volver nuestra atención a la fuente de todo bien: La Magna Presencia YO SOY. Se que es será complejo deshacerse de un patrón limitante, y muchos en sus diferentes facetas de la vida se seguirán sintiendo tentados a preguntarse “¿Qué hacer en determinada situación?”. Pero eventualmente todos dejarán de escuchar los voces externas y se volverán a su propia voz interna, todos llegarán a la comprensión de que la solución, los pasos metódicos, mecánicos, son siempre los mismos.

Con mucho amor y sinceridad: Llamados a la Presencia con invocaciones y decretos, respiración rítmica y meditación. Los maestros ascendidos nos dicen que todo aquel que alguna vez ascendió hiso exactamente la misma aplicación.  La gran mayoría de estudiantes no lo cree simplemente porque no lo han comprobado, están ahí, quietos, dudando, dándole poder al mal en vez de comprobar estas leyes de vida.

Cuando atravieses determinada situación en tu vida, respira tranquilamente, y ten la certeza que debes hacer el mismo proceso para acercarte a tu Presencia. A la fuente de todo bien.

Algunos dirán: “Pero, no me funciona”. A ellos les digo: “Aplica la fórmula para alcanzar la paz y ya funcionará”.

La rutina siempre es la misma, decretos, respiración rítmica y meditación. Luego se sigue con las tareas cotidianas y se repite, decretos, respiración, meditación. Y una vez más antes de acostarse para dormir bien. Decretos, respiración, meditación. Antes el tiempo era utilizado para ver televisión, escuchar música poco agradable, para hablar mal del prójimo o criticarlo, pero ahora es usado para cultivar el bien, y luego de un tiempo de estar haciendo estas actividades purificadoras se empieza a acopiar el momentum, que es una acumulación de energía, en este caso energía bonita, y esa energía empieza a sanar la mente, los sentimientos, las memorias y el cuerpo físico. Y los milagros empiezan a suceder. Luego de eso solo se debe permanecer, no salir y distraerse, sino seguir, seguir y proseguir, hasta la meta ultima que es la ascensión. Si de pronto sales, bueno, no te desanimes, vuelve pacientemente una y otra vez hasta que las apariencias humanas ya no tengan poder sobre ti y quieras únicamente vivir en la luz y en la perfección de la Magna Presencia YO SOY. Sentir amor en el corazón es un buen inicio. 😊

¿Qué estamos haciendo y con qué propósito?

En la lección 30 parte 4 comentábamos de aquellos que se lanzan a hacer ejercicios de desarrollo espiritual sin tener idea de lo que están haciendo y para qué lo están haciendo. Pero en este punto ustedes ya tienen el conocimiento exacto de lo que están haciendo, para qué lo están haciendo, porqué lo están haciendo y como deberían empezar a hacerlo. Ese objetivo se cumplió. Ahora ya están listos para iniciar su camino de regreso a su propia fuente. Ya tienen el porqué, el para qué y el cómo, ahora falta el cuándo. El cuándo depende de cada uno de ustedes. “Cuando voy aplicar todo lo que he aprendido”.

Rutina sugerida

Llamados, respiración, mediación, tres veces al día, con la duración que internamente se les indique.  Así, el amor por Dios permite que la chispa divina pase a ser llama triple y su campo de protección se expanda como un suave manto que rodea el pecho, luego las extremidades y cabeza. Ese escudo debe ser fortalecido hasta que sea capaz de soportar la expansión cósmica de la llama triple.

Recuerda que, al recibir este conocimiento, estas retomando tu responsabilidad como ente universal y ser divino. Todos están llamados a practicar estos conocimientos, y conforme sean sus aplicaciones, serán sus beneficios. El maestro Saint Germain ya lo ha dicho: “En algún momento, cada corriente de vida está destinada a invocar el fuego violeta para su liberación”.

En este proceso de alcanzar la paz suele ser necesario atravesar por cierta etapa de tribulaciones, pero es solo por un tiempo. Para quienes vayan a hacer esto en serio, sepan que sucederán cosas como las que le ocurrieron al maestro Jesús, en cuanto a que se presentarán muchas creaciones humanas a querer sacarlos de la luz. Persistan, la atención debe estar siempre en la luz. Las fuerzas de la oscuridad son lo suficientemente tontas como para destruirse ellas mismas. Al otro lado de eso hay milagros esperándolos. No me refiero a simples eventos alegres, no, yo hablo de verdaderos milagros… Muchos son los llamados, pocos los que resisten el entrenamiento.

Luego de que se produjo la caída de la humanidad, comenzaron los largos periodos de desencarnación y reencarnación. El propósito de estos continuos cambios de apariencia física es lograr el control y maestría sobre los cuatro elementos por medio de la expansión de la llama del corazón, y eventualmente convertirse en un Ser Cósmico.

LA MUERTE como tal, NO EXISTE dentro de este gran propósito de aprendizaje y permanente evolución. Aquello a lo que llamamos muerte y reencarnación no es más que el somero cambio de vestidura física del alma, de cambio de apariencia y circunstancias que nos permiten llegar más lejos en cada nueva oportunidad.

La meta es la ascensión, pero antes de llegar a ese nivel, cada ser deberá atravesar innumerables transiciones o cambios de materia física; en lo que se ha denominado como el viaje de las almas, los ciclos de desencarnación y reencarnación. Y ahora, es el tema que nos corresponde estudiar.

¿Te has preguntado qué sucede con el alma luego de que su cuerpo físico fallece, y cómo es el proceso para volver a ingresar a un nuevo cuerpo físico? Nos vemos en la lección 31.

El amor de la Presencia YO SOY, está siempre contigo.

YO SOY LA PAZ. “Mi paz o dejo, mi paz os doy”. – Maestro Jesús.

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