21 de Abril de 1954 (El Puente, Febrero de 1955)
Amados Hijos, tengo el sumo placer de saludarlos en el Nombre de la Liberación a la cual sirvo. Soy privilegiado entre todos los Hijos e Hijas del Cielo de tener la oportunidad de llevar a buen término la plena cosecha de todas las Eras de Servicio Espiritual en las que millones de corrientes de vida han estado comprometidas.
El individuo que coloca la cosecha final de una evolución sobre la pantalla de la vida, recibe un inmerecido homenaje, ya que muchos no consideran hacia atrás la incontable cantidad de conciencias que contribuyeron a la Victoria final. Yo soy meramente la “piedra coronante” (capstone) colocada en la punta de la pirámide espiritual. Esta pirámide fue construida con las energías y vida vital de incontables hombres y mujeres que sirvieron a la Causa de Dios a lo largo de las centurias, y quienes dieron de sí sin reserva para realizar Su Plan Divino.
En la víspera de esta gran ceremonia que comprometerá la atención y energía de todos los miembros de Nuestra Jerarquía Espiritual, Mi corazón está colmado de gratitud y humildad por el honor de aceptar la Corona de Autoridad como conciencia directriz para el ciclo entrante.
Puede que les interese la diversidad de actividades relacionadas con la inversión de ciertos poderes en una corriente de vida. Aún en el mundo de la forma, la inversión sensata de poderes extraordinarios requiere de una profunda comprensión y de una conciencia iluminada de que tales poderes deberán ser siempre utilizados para expandir la esfera de influencia del Bien de Dios, y contribuir en todo respecto a la evolución del planeta y su gente.
Si bien he sido el Chohán del Séptimo Rayo durante muchos años, todavía no Me había convertido en el Representante Cósmico del nuevo ciclo, debido a que las vibraciones finales del Sexto Rayo todavía estaban activas en la atmósfera del planeta Tierra.
Durante casi cien años después de la ascensión de Mi cuerpo físico, Me preparé para ser investido con el Poder y Autoridad como Chohán del Séptimo Rayo. Me preparé para ser investido con la Autoridad Cósmica como la Conciencia Directriz del nuevo ciclo de tiempo. Como verán, todo progreso se da en una radiación graduada, aplicación graduada y preparación de conciencia.
Durante Mi última encarnación en la Tierra, tuve el privilegio de entrar en contacto con muchos maestros, algunos de los cuales ya habían ascendido, otros de los cuales eran altamente desarrollados y evolucionados. Mediante Su asistencia, pude utilizar las Aplicaciones dadas y auto prepararme para ser libre de la necesidad de reencarnar.
Al cierre de esa vida terrena, Me adentré en Transilvania, y allí el 1° de Mayo de 1684, entré a la Octava de los Maestros Ascendidos. Mi ascensión personal se completó en 1684, pero la toma de posesión de Mi Cargo como Chohán del Séptimo Rayo se completó en las postrimerías del Siglo XVIII, después de haber servido a la Causa de la Liberación en América y en la Corte de Francia. Una vez que asumí el cargo como Chohán, ya no Me fue más posible utilizar Mi energía vital en visitaciones, tales como las que le hice a los reyes de Europa.
Hasta entonces, había tenido cierta libertad de utilizar Mis energías para tratar de conformar unos Estados Unidos de Europa, y de persuadir a ciertos estudiantes de las leyes ocultas y metafísicas de que, si deseaban cooperar con la Jerarquía, se podía establecer una hermandad universal sin derramamiento de sangre. Con la excepción de Mis esfuerzos a través de Napoleón Bonaparte, no di más ningún servicio personal a los círculos gubernamentales europeos, y Mi servicio a la humanidad se tornó Cósmico. Fue en ese momento, cuando la Amada Kwan Yin Me traspasó la autoridad como Chohán, que Me retiré del servicio activo en el mundo de la forma.
Durante la Era Teosófica, les tocó a los Amados Hermanos Morya y Kuthumi invertir Sus energías, y Yo construí esas energías de manera que cuando volviera a salir de nuevo, y Mi energía volviera a fluir una vez más, Mi asociación más personal con la humanidad regresara de nuevo en una poderosa actividad renovada.
Siempre recordaré la ceremonia en la que recibí la Corona como Chohán del Séptimo Rayo de parte de la Amada Kwan Yin. En Mi corazón consideré si alguna vez podría encarnar la Misericordia, la Compasión y el Amor de un ser como Kwan Yin, medio esperando no tener que asumir esa responsabilidad después de un periodo preparatorio tan corto en los Niveles Internos.
Diario de el puente a la libertad – Saint Germain