Mi vida como Francisco
Las personas que se convierten en fundadores de las comunidades religiosas que están dedicadas al servicio de la humanidad y al alivio del sufrimiento y cargas y aquellos a quienes Dios ha hablado o a través de la visión, manifestación física o de la intervención Divina de un Ser Santificado, quien expresa los deseos de Dios; tienen una devoción intensa hacia Dios que es todo envolvente y esa devoción abre la puerta en donde quiera que los medios y las formas sean provistos para el cumplimiento de la intención Divina del pensamiento original en la Mente y corazón del Padre, como es presentado a un hijo o hija favorecido.
A menos que haya aquellos intensamente dedicados a Dios, tal aventura no puede prosperar. Cuando hay aquellos con esa devoción intensa sostenida hacia la gran Presencia Viviente de Dios, los Mensajeros, quienes constantemente están buscando los medios y las formas de aliviar el dolor de la humanidad y traer la iluminación a la conciencia, presionarán hacia adelante más allá del límite, para asistir a los corazones dedicados explorando y buscando los medios del logro del Foco espiritual, dedicado a la Hermandad del Hombre.
Durante Mi vida en Asís, tuve toda la riqueza y felicidad de un hombre joven de buena familia, rodeado de grupos amables y Mi vida no conoció nada de las espinas de la opresión que a menudo vuelca a la gente hacia Dios. El impulso Divino comenzó a despertar dentro de Mi corazón sin ninguna invocación, excepto aquella que ahora se vino desde el corazón de Mi Madre. Cuando llegué a estar inmerso en el amor profundo devoto por Jesús. Mi vida se convirtió en una extraña calma y Paz interna que continuó creciendo cuando dejé los caminos de los hombres y entré al Corazón del Silencio. Durante muchos años su Presencia envolvente se expandió dentro de Mí y nunca predicando, sino mediante radiación aseguré un discípulo. Para Mí el Sendero del Silencio no era uno de represión o supresión, porque la belleza de la Presencia de Dios en Mi Corazón era tan grande que Mi ser externo estaba en un estado constante de adoración amorosa ante el regalo que Dios Me había dado con esa Llama inextinguible ardiendo.
Me sentía uno con esa Presencia Flameando, aprendí que podía encontrarla ardiendo en los corazones de todo el que contactaba. A través de sus ojos veía el reflejo del Amor de Dios que estaba dentro de Mi Presencia; en el vuelo de un pájaro; o en el golpetear del grupo salvaje del bosque; en todo eso oía el latido del Corazón de Mi Padre y cuando entraba más profundo dentro de una sumisión agradecida ante este poder, eso comenzaba a fluir a través de Mis brazos y ser entero con una paz y una cordialidad que parecía sostenida constantemente dentro del abrazo de una forma Angélica. ¡Comencé a escuchar y a ver a través del velo!
Cuando un hombre está armonizado con este privilegio, no existe necesidad de palabras. Algunas veces después de seis o siete días, cuando caminaba a través del bosque, encontraba que siete u ocho discípulos se Me habían unido y caminaban silenciosamente dentro de Mi Aura. Los aceptaba y compartía el pan con ellos en el Silencio. Ellos decían de una u otra manera que eran elevados más allá del pensamiento de sus mentes y del sentimiento de sus cuerpos y que eran capaces de ver y conocer más de Dios cuando estaban cerca de Mí.
De ese modo seguía un camino singularmente quieto y las grandes cantidades de monjes y hermanas que formaron la Orden de San Francisco fueron dotados del Espíritu de esa gran Vida todo envolvente que Yo Mismo disfrutaba. En los hogares y hospitales de San Francisco, existe el flujo continuo del Amor impersonal de Vida.
El festival de Wesak
Yo, Koot Hoomi Lal Singh de la Provincia de Cachemira, donde las aguas son azules y las montañas más verdes; donde las ovejas desarrollan la lana más suave y la Canción de Armonía es tejida en los tapices y alfombras hermosas, famosas alrededor del mundo, vengo a traerles una ligera remembranza de la Belleza visitada sobre el planeta Tierra en ese lugar sagrado.
El Valle de Cachemira, aún en su sonido, transmite la Paz que sobrepasa el entendimiento de la mente. Los colores matizados que sólo las montañas más grandes de la Naturaleza pueden producir, se reflejan sobre las aguas tranquilas y sobre esas aguas están reverberando desde las colinas alrededor los cantos de las tribus de Cachemira quienes generación tras generación, se han dedicado al tejido de la lana fina que es producida únicamente en Cachemira.
El gran Festival anual de Wesak representa el flujo más completo de la Naturaleza durante el mes de mayo. En virtud de que el planeta Tierra debe ser suplido a través de Sus canales naturales en esa época del año en que las corrientes de la Tierra están volcadas externamente hacia la manifestación; cuando cada hoja, árbol, capullo y flor está desarrollando la belleza de su propio centre corazón, la Jerarquía utiliza esta fuerza natural para Su más grande flujo de alimentación para el Alma y espíritu del hombre.
Fue el Amado Señor Gautama, quien como el Buda, unió primero el poderoso curso del Río de Su Vida con las corrientes naturales de la Tierra en Su Visitación esa primera noche de mayo y año tras año desde entonces, cada Miembro del Sendero Espiritual (El o Ella), voluntariamente ha unido la sustancia y energía de Su propia corriente de vida, para incrementar el crescendo de los armónicos espirituales que fluyen hacia afuera en este poderoso Festival.
No existe invitación externa al Festival de Wesak; la Luz dentro del corazón atrae a cada peregrino y caminante, tanto en sus cuerpos internos como externos, al lugar donde éste es sostenido. Nunca se hace mención alguna en cuanto a la ubicación exacta en donde tomará lugar la Visitación.
Las tribus, nómadas y discípulos del Señor Buda inician su marcha en marzo y abril y son conducidos únicamente mediante la oración de sus corazones que señalan a sus pies la Gran Luz. Este es el único magneto e invitación que los atrae sin brújula o guía y su iniciación es permitir al corazón unirse a la más grande manifestación del Ser, que, como corresponde trae el cuerpo consigo.
Desde Ceilán y la india, Persia y Arabia – desde China, Tíbet y todos los países Asiáticos, vienen los peregrinos entusiastas quienes cruzan continentes sin pensamiento de tiempo o esfuerzo. Los pupilos en el Occidente cuya Luz es grande y quienes son atraídos mediante esa Luz y cuyos cuerpos internos son una parte de la recepción así como también del flujo de la energía, frecuentemente están totalmente inconscientes de la tremenda experiencia que ha bañado sus Almas en la Luz Eterna y Celestial, pero ellos retornarán a sus tareas y deberes mundanos grandemente enriquecidos por sus experiencias.
En la tumba de Jesús
Durante Mis días en Asís, fueron organizadas las grandes Cruzadas en un esfuerzo por arrebatar el Santo Sepulcro de las manos de los infieles. Entre muchos cientos y miles de hombres mayores, guerreros maravillosos, soldados de caballería y cruzados demérito, sentí dentro de Mi corazón que también Me gustaría ver y bendecir el lugar de nacimiento de ese grande y Amado Jesús, Quien Me había dado Iluminación y esa Liberación que conocí. Así que avancé como mejor pude sin nada sino Mi hábito y con aquello que la gente amablemente a lo largo del camino proveía en la forma de alimento, asegurando mediante la oración constante y consciente, viajes en diversos botes y participación en diversas caravanas.
Admiré mucho las armaduras magnificentes las espadas resplandecientes, los escudos brillantes de todos esos hombres valientes quienes llevaban puesta la Cruz de los Cruzados. Nunca pensaron mucho en Mí. Finalmente llegamos a la Tierra Santa y nunca Me olvidaré, colocando Mis pies sobre la tierra y sintiendo la pulsación que todavía permanece, de esa Figura Vibrante, Quien había caminado esa Tierra algunos siglos antes.
¡Mientras la poderosa armada de Cruzados preparaba sus planes pródigos y los hombres se reunían, afilando sus espadas sobre las piedras y acomodando sus cubiertas protectoras, Yo caminaba a través de la tierra prohibida y Me encontré al Príncipe de los Infieles! Nos paramos el uno al lado del otro en el Santo Sepulcro; y saben qué, ¡Éramos hermanos – éramos UNO! Cuando caminé de regreso y los Cruzados Me preguntaron donde había estado, ellos estaban asombrados y escépticos.
¡Este es un pensamiento que el Amado Mahá Chohán Me pidió darles; que con todo el poder y fuerza de sus decretos, recuerden también, la cuna amable dentro de sus corazones donde el bebé del Cristo duerme y en donde todos son Hermanos en la Luz!
La sabiduría de las edades, Puente a la libertad – Maestro ascendido Kuthumi