Sentimiento de misericordia | El Morya
Son muchos los individuos pertenecientes a las evoluciones de la Tierra que no pueden (o no desean) perdonar las injusticias que se les han hecho. Aún chelas sinceros a veces abrigan sentimientos de resentimiento y rebelión contra otras corrientes de vida, como también contra circunstancias de naturaleza infeliz. A éstos, les recomiendo que invoquen los propios sentimientos de verdadera misericordia, compasión y perdón de Kwan-Yin. Ella les dará Su momentum cósmico plenamente acopiado de Perdón y Misericordia hasta que también ustedes encuentren el regocijo que emana de generar ese sentimiento por cuenta propia.
De manera que vengan a menudo al Templo de la Misericordia. ¡Arrodíllense a los pies de la amada Kwan-Yin! SIENTAN cómo todo el amor de Su corazón les llena todo su ser. Regresen, entonces, a sus propios hogares y actividades, y conviértanse en Ángeles de la Misericordia —sin pretensiones, pero poderoso en acción— ¡hasta que toda aflicción haya sido transmutada en Luz!
El Morya
Tomado del libro: Diario del Puente a la Libertad – Kwan Yin
El perdón | Gabriel Silva
Cada estudiante de la Luz que se abre sinceramente al perdón, comienza a descargar desde su propia Presencia YO SOY una corriente de energía que, al ser calificada con el sentimiento de misericordia, se convierte en una radiación viviente que sana, redime y eleva. Esta energía, cuando es mantenida sostenidamente, se convierte en un momentum personal que luego puede proyectarse en silencio a donde sea requerido.
¡Oh, amados! ¡Cuánto bien se haría si cada uno, antes de pronunciar palabra alguna sobre lo que parece imperfecto, se detuviera por un instante, y con firmeza invocara a su Presencia YO SOY diciendo: “¡Amada Presencia YO SOY, asume el mando de mis cuerpos, de mi mundo y de esa actividad!”! Con esta simple invocación, la Luz Interna puede fluir libremente para volver luz toda apariencia humana, y el sentimiento resultante será uno de armoniosa paz iluminada. Ese es el secreto de perdonar, amar y ser uno con la armonía de la vida.
Aquel que cultiva el hábito de proyectar amor constante y consciente, se transforma en una Presencia sanadora. Ya no espera que los demás sean diferentes, sino que, por Amor a la Vida, asume el compromiso de sostener la armonía en sus propios sentimientos. Y allí, justo allí, comienza la verdadera Maestría. Porque no hay dominio más grande que el dominio sobre el propio mundo de sentimientos.
¡No se imaginan lo que significa, para las Legiones de la Misericordia, encontrar a un alma encarnada dispuesta a sostener esta actividad! ¡Dicho individuo se convierte en un punto de anclaje! Un cáliz viviente por donde puede verterse, constantemente, esa bendición redentora. A través de tal individuo, los Maestros pueden expandir Sus Regalos de Luz mucho más allá de lo que las palabras jamás podrían lograr.
Por eso les digo: recurran diariamente al uso de la Llama Violeta. Envuelvan en esa Llama toda energía humanamente calificada. No hay situación que no pueda ser redimida por el fuego del perdón y la misericordia cuando son sostenidos con amor divino, con armonía en el cuerpo y calmada determinación en sus llamados.
Decreten con armonía, con devoción, con amor puro:
“¡YO SOY la Llama de la Misericordia! ¡YO SOY la luz del Amor Crístico Cósmico actuando ahora y por siempre!”
Y verán cómo, lentamente al principio, y con mayor rapidez luego, sus propios mundos se llenan de una paz inexplicable, de una serenidad tan tangible que otros desearán esa misma paz.
No olviden que mientras mayor sea el dominio que el estudiante logra sobre su mundo emocional, mayor será su capacidad para invocar y sostener la Luz. El Amor es, en verdad, la Llave Maestra que abre la puerta a la Victoria final.
