Actividad angélica de la cuarta dimensión | Serapis Bey

El Amado Serapis Bey nos habla acerca de las actividades de los amados ángeles y constructores de la forma en la cuarta dimensión.

Los Constructores de la Forma y las grandes Huestes Angélicas relacionadas directamente con la evolución de cuerpos perfectos (y expresiones perfectas de arte, arquitectura, etc.) trabajan constantemente en el ámbito del pensamiento y sentimiento creativo. Como ustedes saben, Ellos, en su mayoría, son invisibles a la vista física. Las actividades de la Cuarta Dimensión están activas en la misma esfera que la conciencia de la humanidad, y son igualmente invisibles.

Todo individuo que escoja traer grandes manifestaciones de belleza y perfección, así como sintonizar su corriente de vida a un punto donde pueda él ser una puerta abierta a través de la cual la Belleza de la Edad Dorada (los planes, modelos, formas, etc.) puedan expresarse, tiene una magnífica oportunidad de invitar a estos Constructores de la Forma (Querúbicos, Seráficos y Angélicos) a que entren en su propia conciencia y creen sus Perfectos Patrones, enriqueciendo sin límites la conciencia del individuo. Los seres que trabajan en el Universo pueden ser invitados dentro de una conciencia individual y permitírseles que continúen allí con sus talentos creativos, así como cuando ustedes invitan a un músico talentoso a ejecutar en su salón de música.

El gran punto de esta instrucción es que, al lado de los Poderes Creativos del propio Ser Divino de ustedes, estos Seres (que son individualizaciones de las propias Ideas Divinas de Dios) pueden construir dentro de sus conciencias tal riqueza de belleza y forma que resultarían inconcebibles a la mente del nombre.

Ellos recibirán esta oportunidad con beneplácito, ya que estas Imágenes Divinas sólo pueden encontrar expresión en el mundo físico a través de la puerta abierta de alguna conciencia de una corriente de vida encarnada. De otra forma, Ellos viven en Su Gran Belleza Etérica en “lo amorfo”; pero cuando estos Seres Angélicos construyen dicha perfección dentro de la conciencia de un ser humano, la Ley de la Vida estipula que lo que sea que esté dentro de la conciencia humana sea precipitado en el mundo de la forma, por lo que Sus construcciones y talentos creativos encuentran una integridad que Ellos no podrían tener sin la cooperación y compañía de un ser no-ascendido.

Simplifiquemos esto aún más: LO QUE UN HOMBRE MANTIENE EN SU CONCIENCIA ES LA CAUSA, Y LO QUE REFLEJA EN EL MUNDO DE LAS APARIENCIAS FÍSICAS (COMO SU CUERPO, SUS ALREDEDORES, SU MEDIO AMBIENTE) ES EL EFECTO DE ESA CAUSA INTERNA.

Es imposible que una apariencia humana en el mundo físico perdure, si la Causa Interna en la conciencia es eliminada o transmutada dentro de una Idea Divina. Es igualmente imposible que alguna apariencia se grabe en el mundo del hombre, a menos que haya una Causa Interna en la conciencia de alguien.

TRANSFORMADOR – REDUCTOR

La Hueste Ascendida y los Constructores y Creadores de la Forma, habitan en un ámbito en el que sus conciencias están representadas en Perfección y gran Belleza, PERO la conciencia de la Hueste Ascendida, los Ángeles y los Seres que habitan en el ámbito de Perfección, no pueden reflejarse en el mundo de las apariencias físicas excepto a través de un miembro de la humanidad que aún pertenezca a la raza humana.

Tal persona, al abrir la puerta de su conciencia a los Dioses y permitirles crear dentro de él estas Ideas Divinas, cuadros, templos, hogares, etc., se convierte en un transformador-reductor y en una puerta abierta, en un canal a través del cual estas Ideas Divinas se convierten en expresiones físicas.

Ahora podrán ver porqué la Hueste Celestial puede estar muy ansiosa de que tal corriente de vida ofrezca su conciencia de esta manera, de que el ser no-ascendido se convierta en un canal así. Habitar en un cuerpo no-ascendido con el corazón y la mente siempre abierta a los Cuadros Divinos de la Deidad, es convertirse en un magneto para todas las Fuerzas Creativas del Universo y en una constante representación de opulencia y belleza como jamás antes se han visto seres no-ascendidos.

Tomado del libro: Luz desde Luxor – Serapis Bey

Serapis Bey Editores