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Líneas de evolución: Humana, Dévica y Angélica – Lección 19

yosoyespiritual yosoyespiritual 3.5K vistas 3 comentarios 29 minutos de lectura Videos Gabriel Silva

Mensaje del Maestro El Morya:

Dirijo estas palabras a aquellos que se desplazan con los vientos del ciclo de Acuario. A aquellos que quieren trasladarse hacia la nueva dispensación, pero que no saben qué camino tomar, yo les digo: hay un Sendero que, paso a paso ha sido hollado por los iniciados del fuego sagrado durante miles de años.

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El sendero que conduce a nuestra morada es empinado. El camino está lleno de eventualidades que te pueden retrasar; sin embargo, los picos del orgullo deben ser traspasados hasta llegar a las alturas inexploradas de la plenitud. He venido a despejar el camino para los chelas de la voluntad de Dios: para aquellos que desean convertirse en chelas de los maestros ascendidos.

Que seáis cristianos o judíos, musulmanes o budistas zen, o ninguno de ellos, sépanlo ahora! aspirantes a la realidad suprema, que el sendero de la iniciación puede caminarse allí donde estés. Pero el primer paso deben darlo ustedes.

El sendero del iniciado, un camino de servicio amoroso que todos estamos invitados a recorrer.

Introducción – tres líneas evolutivas

Vimos ya el origen de nuestro espíritu, seres perfectos hechos a imagen y semejanza del creador. Partiendo desde la dieciochava dimensión donde existe el todo, manifestando nuestra realidad divina en séptima, quinta, cuarta y tercera dimensión como seres en proceso de aprendizaje.

Esta línea ascensional, la cual todos debemos trascender en algún momento de nuestra existencia, es llamada LÍNEA DE EVOLUCIÓN HUMANA. La cual se ha diseñado desde los planos superiores para que el Ser en proceso de aprendizaje pueda avanzar según un orden establecido, ordenado y simétrico, que es igual para todos quienes pertenezcan a la misma línea evolutiva.

Es decir, hagan de cuenta que esta persona debe seguir una serie de etapas preestablecidas que conducen a una meta específica. Cada una de esas etapas es alcanzada cada cierto tiempo teniendo en cuenta el grado de merecimiento de cada individuo.

Existen muchas líneas de evolución en la inmensa creación de nuestro Padre, algunas de las cuales escapan a la comprensión de nuestra consciencia; sin embargo, todas ellas al igual que la línea de evolución humana, siguen una línea simple ascendente hacia el sumo creador de todo cuanto existe y vibra en el gran campo universal de la creación.

Cada una de las líneas evolutivas maneja un determinado nivel energético para el servicio dentro de su misma línea y para las demás. En palabras sencillas, esto significa que la línea de evolución humana por ejemplo, necesita de los seres que se encuentran en las otras líneas para evolucionar y viceversa. Por lo cual, ninguna de las líneas evolutivas son más que las otras, ya que todas siguen siempre el mismo sentido ascendente hacia la suma perfección.

Las líneas evolutivas más conocidas por nosotros son 3: La Evolución Dévica, La Evolución Angélica y La Evolución Humana a la cual pertenecemos y de la cual depende nuestro avance en una relación consciente y amorosa con los demás.

Evolución Dévica

La humanidad sabe muy poco pero percibe mucho de la evolución dévica, pues los seres que la componen están presentes en todos nosotros: en el aire que respiramos, en la tierra que nos rodea, en el fuego que nos presta su servicio, en el agua que nos limpia, en toda la naturaleza y en la constitución de nuestros cuerpos: físico, etérico, metal y emocional.

Nos estamos refiriendo a los amados seres de la naturaleza, elementales del aire, tierra, fuego y agua, tema del que ya hablamos ampliamente en la lección número 7.

Todos los seres elementales fueron creados por los Devas y los Elohims, seres de altísima evolución que se encuentran en la cúspide de su línea evolutiva y que pertenecen a este mismo reino elemental. Es decir, los elementales son los mismos Devas y Elohims pero una menor escala. Así como nosotros somos esencialmente Dios, pero una menor escala.

Los seres elementales son puros y perfectos, y hasta la más pequeña partícula que nos rodea está a cargo de uno de estos hermosos seres, que según la perfección de sus labores irán ascendiendo hacia niveles superiores.

En este caso, su línea ascendente está enmarcada de la siguiente forma: Elementos, elementales inferiores, que son los mismos elementales superiores que han sido manchados por las bajas energías de la humanidad, elementales superiores, espíritus sutiles de la naturaleza, Devas y Elohims.

Ama siempre y agradece a la naturaleza por su gran perfección, ya que en todas nuestras actividades el reino elemental desempeña un papel vital para nuestro desarrollo.

Evolución Angélica

Otra línea que está estrechamente ligada con la humanidad es La Evolución Angélica.

La Evolución Angélica está conformada por seres de la alta corte espiritual, aportan los dones del creador a la atmósfera de la tierra, dirigiéndolos para bendecir y para elevar a quien quiera que desee aceptarlos.

En este caso, la evolución angélica esta enmarcada de la siguiente forma: Ángeles, Arcángeles, Principados, Virtudes, Potestades, Nominaciones, Tronos, Querubines Y Serafines.

Los ángeles son los mensajeros de la divinidad, son los guardianes y protectores de la humanidad y nos aportan e irradian los dones del Padre Creador.

Los arcángeles son los regentes de las legiones angelicales, y su presión de amor es tremendamente poderosa, cuando se les permite actuar mediante nuestras oraciones e invocaciones. Los arcángeles tienen la habilidad de manifestarse en el plano físico por cortos periodos de tiempo, y son quienes nos dan la oportunidad de disfrutar de experiencias maravillosas que llamamos milagros, poniendo algo en nuestro camino, impulsando a una persona a decirnos lo que necesitamos, mostrándonos algo que necesitábamos ver, pidiéndole a otra persona que nos envié su energía o su ayuda, etc. Son una verdadera bendición.

Los Querubines son seres que se pueden sumergir profundamente en el cinturón electrónico que rodea al sol. Allí se saturan de virtudes que emanan de Dios, para luego irradiarlas sobre el planeta y toda la humanidad.

Los Serafines son seres gloriosos que forman la guardia de honor de los seres de luz que viajan por el cosmos. Son centros radiantes de amor divino y protección.

La hueste angélica presta su servicio a todos los seres que se encuentren dentro de la línea de evolución humana de cualquier universo, con el fin de lograr un mayor avance evolutivo hacia el encuentro amoroso con nuestro Creador. Profundizaremos, y vaya que profundizaremos en este tema en siguientes lecciones.

Evolución humana o evolución Maestra

Llegamos a la parte que más nos interesa en este momento, nuestra propia evolución.

Todos los seres de cualquier condición evolutiva que contengan dentro de sí la chispa divina o Ser Crístico, pertenecen a la línea de evolución humana. Ésta línea está enmarcada por diferentes etapas que todos deberemos atravesar en algún punto de nuestra existencia, para alcanzar la tan anhelada liberación que se encuentra en el corazón de nuestro Padre.

Las diferentes etapas de nuestra línea evolutiva nada tienen que ver con las condiciones externas de raza, posición económica, lugar de origen, nivel social, etc. Ya que todo ser humano posee dentro de sí, la esencia divina hecha a imagen perfecta del Creador. Al contrario, el avance en esta línea de evolución, está determinado por nuestro trabajo amoroso y desinteresado hacia todos nuestros hermanos, hacia la naturaleza y el mundo en general.

El servicio amoroso nos permite obtener la autorrealización, servicio para el cual, poco importa el credo religioso escogido, ya que todos los caminos llevan a la misma verdad amorosa y cohesiva. Cada ser humano guarda su propia verdad espiritual, debido a ello, en algún momento, cada Ser debe caminar solo, siguiendo su propio camino espiritual mediante el autoconocimiento, donde entrará en comunicación con su propia esencia divina o maestro interno.

Para lograr alcanzar la meta superior de su línea evolutiva, cada Ser deberá estudiarse espiritualmente para conocerse a sí mismo antes de pretender conocer a los demás; lo cual no parece ser una tarea fácil, pero tampoco es imposible; para lograrlo sólo basta querer, saber, osar y especialmente callar.

Querer: es la clave de la iniciación a la cual todos estamos llamados.

Saber: es la certeza e iluminación que se obtiene como fruto del esfuerzo.

Osar: es utilizar la luz que se ha despertado en beneficio propio y de los demás

Callar: es el requisito primordial para que la energía no se disperse de forma banal, y el momentum de energía acopiado nos permita actuar con mayor determinación.

Voy a ofrecer una breve descripción de cada una de las etapas, y a continuación explicaré algunos conceptos generales para que puedas identificar en cuál de ellas te encuentras.

Las etapas que recorre un ser humano para ascender por su línea evolutiva, son las siguientes:

Número 1. El hombre común. En esta etapa inicial, el Ser todavía no consigue un despertar hacia la vida interna, hacia la vida espiritual. En este momento sólo acepta como real aquello que sus sentidos ordinarios pueden ver, palpar, oler o sentir físicamente; sin embargo, llega un momento en el cual se siente insatisfecho, de alguna manera se revela contra esa vida monótona, siente un vacío interno y se cuestiona pensando: “¿quién soy yo?”, “¿por qué existo?”, “¿de dónde provengo?”, “¿hacia dónde voy?”. Comenzará entonces a buscar respuestas a las grandes inquietudes y se convertirá en postulante.

Número 2. El postulante. En esta segunda etapa el individuo se convierte en un aspirante a la verdad, la verdad de que la Presencia de Dios habita en cada uno de nosotros. Empieza a comprender que más allá de la vida material existen otras realidades, del mismo modo comprende que ha recorrido su vida dejando huellas en toda la existencia, que tiene un destino, y un futuro trascendental y eterno. Decide entonces sinceramente encontrar la razón de su existencia y saber quién es en verdad.

Se decide a tomar contacto con diversas escuelas o religiones, a consultar libros buscando con ello encontrar respuesta a sus inquietudes internas, a preguntar a los demás y a buscar en cuanta fuente externa le sea posible.

En esta etapa es en donde suelen presentarte más obstáculos para el postulante, debido a que recién empieza a reafirmar su confianza en esa luz que lo llama con anhelo. Suele despertar temores y dudas, que se eliminan rápidamente cuando su aspiración es pura. Tener aspiración pura, significa adentrarse en el camino con el objetivo real de aprender a expresar a su Dios interno, sólo así se abrirán las puertas de la verdad.

Durante el estudio de sí mismo y en la búsqueda de convertirse en una mejor persona, se analiza constantemente mediante la introspección que culmina en la práctica de la meditación, durante la cual hace preguntas de manera recurrente, pero paulatinamente empieza a acallar sus sentidos y decide escuchar.

En ese proceso llegará a dejar de buscar aquí y allá, se centrará en el estudio de sí mismo y encontrara su propio camino convirtiéndose en un iniciado.

Número 3. Iniciado. Como iniciado, el ser humano logra centrarse en una disciplina espiritual, sin importar cuál sea, ya que todos los caminos o escuelas llevan a la misma verdad interna. El iniciado opta por un sólo camino, conoce las primeras leyes de los misterios menores y de la ciencia cósmica. Conoce los primeros principios acerca de la verdad y empieza a aplicarlos con aspiración de forma consciente.

Cuando el Ser logra obrar así y su aspiración es pura, uno de los maestros de la jerarquía espiritual se fija en él y lo acoge como discípulo probacionista. En otra lección veremos que es la jerarquía.

Número 4. Discípulo probacionista. El discípulo probacionista es aquél capaz de vencer todos los obstáculos que la vida diaria le ofrece, y logra soportar todas las pruebas superándolas con amor, constancia y vehemencia.

En esta etapa tiende a desaparecer el temor y la duda, se refuerza la firmeza y la templanza. Desaparece el afán de discutir consigo mismo, y las diferentes voces que antes lo distraían empiezan a silenciarse. Comparte su conocimiento de manera práctica mediante su ejemplo, y ya no se suscita en él el deseo de confrontación con el camino que siguen los demás.

Esta etapa, al igual que las demás, suele ser decisiva, puesto que el individuo está probando ante el plan que es un digno representante de esa verdad a la que aspira. De esa forma podrá avanzar hacia una etapa superior que se conoce como Chela.

Número 5. El Chela. Ésta es una etapa avanzada que pocos aspirantes suelen alcanzar. Si en la etapa anterior el ser humano probaba su disciplina ante un maestro de la jerarquía del que no tenía consciencia, en esta etapa, el chela, ya se ha consolidado como el discípulo de un maestro ascendido, Ser, que también pasó por este plano y logro superar totalmente la evolución en el plano terrenal, un ser que prácticamente no es tangible en el mundo de las formas, es aquel que ha logrado su propia autorrealización.

Cuando el maestro considera que su alumno es digno de ser su discípulo, comienza a guiarlo en los planos internos por medio de la práctica de la meditación constante en ritmo creciente, la cual se convierte en un modo de vida.

A través de las diferentes iniciaciones internas que se alcanzan durante la práctica de la meditación, la respiración consciente y el buen uso de la energía en la vida cotidiana, El Chela crece en talla y radiación espiritual, su aura puede fortalecerse a niveles indescriptibles, dependiendo claro, de su nivel de merecimiento. No se siente más ni menos que los demás, la humildad desarrollada en esta etapa le permite conservar su energía para no derrocharla mediante sus palabras. Tiene su mirada fija en su propósito superior pero tiene los pies en la tierra.

La conexión constante con su ser interno le permite establecer contacto con las realidades superiores, y el ser humano se vuelve una parte activa ante el plan. En ese momento el ser avanza hacia un estado mayor conocido como el plano de El Arhat.

Número 6. El Arhat. El Arhat es el gran iniciado en los misterios menores, y quien mediante su trabajo disciplinado, logra ponerse en sintonía con las primeras leyes de los misterios mayores.

El Arhat es aquel que ha obtenido a través de su propio esfuerzo y trabajo constante, de su propia entrega y desapego, los logros que le permiten vislumbrar un mundo más universal. En esta etapa logra conocer su pasado y se da cuenta de su futuro trascendental.

Este punto simboliza un avance considerable para el alma en evolución, es capaz de elevar su consciencia hacia planos de existencia superior, puede estar al tanto de su talla espiritual o tesoros de su cuerpo causal, es decir sabe qué porcentaje de karma le falta por redimir. Identifica claramente las tareas a desarrollar dentro de su plan de vida y dirige su energía de manera concentrada y potente. Es capaz de establecer comunicación con su presencia o cristo interno, pues sabe que allí se encuentran todas las respuestas. Tiene acceso completo a su registro Akashi y se puede remontar a niveles superiores alcanzando el plano del adepto o superhombre.

Actualmente existen muy pocos Arhats en el planeta, pero los pocos que hay trabajan de manera silenciosa y potente en distintas comunidades alrededor del mundo.

Número 7. El Adepto o superhombre. El superhombre, del cual hablaremos también en la siguiente lección, es el mismo hombre de luz o Cristo viviente, es decir que logra la iniciación crística. Esta iniciación está relacionada con el crecimiento exponencial de la talla de su cristo interno, que actualmente se encuentra encapsulado en los corazones de toda la humanidad.

En esta etapa es conocedor de su propia esencia, tiene dominio sobre 27 sentidos, que usa solamente para prestar un mejor servicio a la humanidad, y no para la vanagloriarse de ello, puesto que caería en el orgullo espiritual. Recordemos que entre más arriba estemos, la caída será más fuerte, y será más difícil recuperarnos.

En ese momento se convierte en un candidato hacia la meta superior y su presencia divina escribe en su libro de vida, y en su corazón etérico con letras de oro: “CANDIDATO A LA ASCENSIÓN”. De igual manera, habiendo superado esta etapa y saldado el ciento por ciento de su karma mediante de la obra redentora y el servicio amoroso y desinteresado, alcanzará la etapa suprema del SUPRAHOMBRE o Maestro Ascendido.

Número 8. SUPRAHOMBRE o Maestro Ascendido. La etapa del maestro ascendido, de la cual hablaremos ampliamente en las siguientes lecciones, y tema que por cierto motivó la realización de todas las obras audiovisuales presentes en este canal, es la finalización de toda búsqueda y la meta del sendero.

Se le llama maestro porque ha alcanzado maestría y dominio sobre todos los aspectos de la vida, y se le llama ascendido, porque se ha graduado en la etapa final enmarcada en su línea de evolución, que se encuentra en el plano de la luz ascendida.

El maestro ascendido es un gran ser de luz que se ha fundido con su propia realidad interior y ha logrado unificar su triada triple superior en un todo, de tal manera que deja de permanecer en el plano material y se remonta hacia el plano espiritual, elevándose a las altas regiones de la existencia en los niveles incognoscibles de la quinta y séptima dimensión.

Por encima de los maestros ascendidos existen muchos planos de mayor evolución, pero los veremos en la próxima lección llamada: planos evolutivos.

Ahora bien, todos los seres humanos, sin importar su filiación religiosa, su origen, su posición social y económica, estamos llamados a avanzar por la senda de la evolución para alcanzar el sublime galardón.

Cabe mencionar, que estas etapas empiezan a desenvolverse en un momento clave de nuestra evolución, hace falta cierta cantidad de energía en su cuerpo causal, para que una persona sea capaz de pasar de HOMBRE COMÚN a SUPRAHOMBRE en una sola vida. Actualmente, todos deberíamos poder hacerlo. Pero que podamos no significa que mágicamente vaya a ocurrir, debemos ponernos en acción.

En qué etapa te encuentras

Muchas personas suelen tener características de distintas etapas al mismo tiempo, es decir que tienen cualidades de iniciado, discípulo probacionista, chela, etc. Esto se debe a que en el momento actual, todas las condiciones cósmicas y planetarias están dadas para que cualquier ser humano pueda manifestar los dones innatos de un superhombre, despertando cualidades antes de tiempo, por decirlo así. Es por ese motivo que suele existir un desorden en el aprendizaje, confusión, duda y temor entre quienes se inician en la senda espiritual.

Por ejemplo: puede haber personas que no sean para nada serviciales pero tienen la dicha de conocer los brillos de los mundos superiores, por otra parte, otras personas pueden ser muy serviciales y amorosas, pero carecen de esa habilidad de conectar con su presencia interna. Algunos, al entrar en meditación ven luces, formas y colores, pero desconocen los motivos, por otra parte, otros pueden haber pasado años meditando y nunca haber visto nada, pero han desarrollado otras cualidades superiores. etc.

Si estás leyendo este artículo, posiblemente ya habrás sobrepasado la etapa número 1 llamada: hombre común. Si te encuentras en la etapa de búsqueda y aprendizaje, y aplicas la enseñanza de forma irregular, te encuentras en la etapa número 2 llamada: postulante. Se podría llegar a pensar que es la etapa de la gran mayoría de ustedes, ya que estas son lecciones básicas dirigidas hacia quienes están dando los primeros pasos, sin embargo, muchos de ustedes se encuentran más avanzados de lo que se imaginan, según se hayan desempeñado en esta y en sus anteriores vidas. Ya que las energías positivas no se pierden, sino que se van acumulando en su reservorio divino llamado Cuerpo Causal.

Hay seres que aparentan mucho retraso, pero a determinada edad y por disposición de su plan de vida, las energías de su cuerpo causal se despliegan y lo envuelven para transformar toda su realidad. En estos tiempos, no causa sorpresa ver a alguien en la oscuridad de la ignorancia, volverse a hacia la luz interna de forma definitiva. Y por supuesto también hay seres que ya nacen así directamente. Lo cierto es que todos estamos muy cerca de ese logro superior.

Realmente sólo tú puedes determinar en qué etapa te encuentras, puesto que nadie te conoce más que tú mismo. Por otra parte, es sencillo reconocer el nivel de los demás en función de las cualidades que expresen, pero no es nuestra tarea fijarnos en cuan adelantado o atrasado este algún ser, eso únicamente es determinado por el ser interno de cada persona.

Cambio de línea evolutiva

Las entidades biológicas que contienen el espíritu de la línea de evolución humana, es decir, todos nosotros, fueron creadas a partir de los elementos primordiales que manejan los devas y Elohims, y guiadas por el amparo luminoso de los seres angélicos. Pero, no significa que el espíritu hecho a imagen y semejanza en su figura crística e inmortal llama triple, hayan ocupado entidades biológicas diferentes a la de su línea de evolución.

En términos sencillos, esto quiere decir que la hispa divina NO encarna en animales, plantas, seres elementales o angelicales. La figura perfecta del ser humano, sólo se desarrolla en el receptáculo apropiado que le permita generar nuevas energías en su cuerpo causal, para que el tirón lo eleve de nuevo hacia su estado original ascendido.

Los animales y plantas que pertenecen a la línea de evolución dévica, no poseen un cuerpo causal, ni están atados a la rueda del samsara o ciclo de reencarnaciones, su esencia es siempre libre y perfecta. Su tarea consiste en servir a la evolución del ser humano y actúan a disposición del ser elemental superior o regente.

Las líneas de evolución dévica y angélica, no poseen libre albedrío como la línea de evolución humana, los devas y ángeles son siempre inocentes y perfectos; sin embargo, para lograr avanzar en sus respectivas líneas, requieren de uniones simbióticas con seres de gran luz pertenecientes a la evolución humana.

No es posible cambiar de línea evolutiva, pero se puede acceder a las diferentes líneas mediante la unión simbiótica con uno de los seres que la habitan. Esto no significa que los seres ascendidos de diferentes líneas se fusionen entre sí, ya que el ángel o el Deva siguen siendo lo mismo, y el humano o maestro sigue como tal, sólo unifican sus cualidades y dones para lograr una determinada labor o servicio dentro del gran plan divino. Por ejemplo, un arcángel es el resultado de la unión simbiótica de un ángel y un gran maestro ascendido.

Por requerimientos del plan, suelen suscitarse estas uniones temporales entre seres de distintas líneas evolutivas, con el fin de llevar a cabo tareas a nivel cósmico.

La etapa final de la línea de evolución humana no es el maestro ascendido, realmente hay algo mucho más allá.

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3 comentarios
  • Encontré esta página hermosa y me gustaría encontrar información de los elementales del viento ,agua y tierra encontré lección número 7 hermoss

  • Me he maravillado con estas explicaciones y en verdad me alegra que exista esta página porque aclara todas mis dudas en cuanto a cuestiones esotéricas, espirituales, etc. Sólo me enredé con una cosilla en esta lección… en lo de cambiar de líneas evolutivas: me confunde cómo los ángeles y elementales terrenales pudieron encarnar en un cuerpo humano, ¿qué fue lo que pasó antes de que nacieran?
    Conozco a un ángel terrenal y nos encantaría descubrir más o menos de dónde proviene y hacia adónde va…¿volverá a la línea evolutiva angelical después de esta vida?, ¿cuál es su propósito en el plano físico?, ¿permanecerá en la línea evolutiva humana?
    La lección dice que debió de haber tenido una relación simbiótica con alguien elevado de la línea evolutiva humana, ¿sería con alguien perteneciente a su familia?, la verdad eso me confunde bastante.

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