¡El meramente vivir en resignación es un insulto a sus oportunidades! Cuando ustedes dicen que han llegado a esa fase de conciencia en la que se han “resignado a las apariencias, y sencillamente hacen lo mejor que pueden”, lo único que están haciendo es permitir que la conciencia humana limite sus servicios.
Este planeta oscila pesadamente sobre su eje, y el peso de la acumulación de siquiera un alma podría ser precisamente el ímpetu adicional que la sacaría de su base. Es de esta manera que, al momento de nacer, se examinan meticulosamente las luces y las sombras de cada alma que entra a la encarnación, y una vez más al cierre del lapso de vida en este salón de clases llamado tierra; tarea con la cual esperanzadamente esperamos el desarrollo y madurez de nuestros discípulos y chelas, en la medida que lo permitan las tentaciones del mundo externo.
Alrededor de las mesas de concejo (en los Niveles Internos) verán a los Maestros sentados en compañía de sus discípulos, en la plena libertad de sus cuerpos internos, donde hacen votos de aceptar ciertas responsabilidades para adelantar el progreso de esta evolución. A estos individuos se les empuja aceleradamente a través de los Salones del Karma, y se les da la oportunidad de reencarnar, lo cual a menudo constituye un regalo superior a sus propios méritos.
Luego, sencillamente cruzamos nuestros celestiales brazos y esperamos el desarrollo del cuerpo de carne, la madurez de la mente, el despertar del alma, momento el cual alguna tentación de la carne generalmente los lleva a muchos años de carnal vivir, a través de lo cual la intensidad de la luz comienza a disminuir y llegan al punto en que pierden interés en Nuestro propósito.
Esperamos ahora que esta condición sea cosa del pasado, porque el Mahá Sahib ha abierto la puerta a través de la cual podemos alcanzar sus mentes, su conciencia externa, ¡sus seres conscientes! En esto radica nuestra más grande esperanza, y en esto se fundamenta su mayor oportunidad para el servicio consciente!
Aclaratoria: El Mahá Sahib es también el MaháChohán, o El Amado Santo Aeolus, el representante del Espíritu Santo para la tierra.
Gabriel Silva
Tomado del libro: Diario del Puente a la Libertad – El Morya
