Al llegar a su fin el viejo año, los pecados, errores y fracasos de ese año son bañados en la Llama de Misericordia y Perdón, y cercenados de cada alma por los Señores del Karma, a fin de que esa alma pueda entrar al nuevo año libre de los grilletes creados por su propio error, y de tal manera darle una mayor oportunidad de progreso, desenvolvimiento e iluminación espiritual.
Si la conciencia externa coopera con esta liberación espiritual y ofrece su corriente de vida a la Hueste Ascendida, podrá darse un mayor paso hacia adelante en la transmutación de su naturaleza.
Pero si la conciencia externa insiste en aferrarse a las memorias del pasado, tales memorias serán pasadas por el umbral del año viejo al nuevo, y conformarán un patrón de las experiencias del nuevo año una vez más. Esta es la elección que cada individuo hace.
El Año Nuevo representa otra oportunidad para cada alma y espíritu de navegar sobre la Marea Cósmica, subiendo al corazón del Cielo, colocando los años que han transcurrido antes en el Incinerador Cósmico del Perdón y el Olvido.
Si en este Año Nuevo pudieran ustedes captar la purificación que ha tenido efecto sobre la totalidad de su naturaleza interna, y trataran de vivir en el Año Nuevo como si nunca hubiera habido uno viejo, las limitaciones y males caerían por tierra ya que no son eternos, y únicamente el bien del pasado año perduraría y se convertiría en un manto de fragancia alrededor suyo.
EL MAHÁCHOHÁN
Diario del puente a la libertad del Mahá Chohan
Maestro Ascendido Santo Aeolus