(N.º 3 ·MAYO DE 1936)
La Expresión de Maternidad de la Vida es la Actividad del Amor Divino que da de Sí en el Servicio de Expansión. Si el Amor de las madres del mundo fuera retirado, la discordia de la humanidad destruiría al género humano y a la mismísima Tierra.
Sin embargo, cuando hablamos de Amor de Madre, no nos estamos refiriendo a la posesión egoísta, ya que esto no es amor. El Deseo Verdadero, que es Deseo Divino en el corazón de todas las madre, es que ellas desean que sus hijos expresen Perfección. Ese pensamiento crea un patrón y se convierte en un imán para producir la realización, si es que el Amor Divino es el sentimiento que la madre sostiene en todo momento.
Las madres del mundo pueden liberar el Ilimitado Poder del “YO SOY” para sostener el Foco y la Perfección del Maestro Ascendido, como el patrón a ser realizado por el niño o niños que habrán de encarnar a través de ellas.
De emitir la orden: “¡Magna Presencia YO SOY! ¡Sostén tu Foco de Perfección de Maestro Ascendido en y alrededor de este precioso niño y haz de él o ella siempre el Cristo Maestro crecido a su plena estatura, quien por siempre hablará y ordenará con autoridad!”, y de sostenerlo con determinación, la madre podrá positivamente descargar Amor, Luz y Poder que moldearán al niño en esa Presencia Perfecta del “YO SOY” y, así, expresar plena Maestría y Liberación.
Si todas las madres de América y el mundo hicieran esto, nacería una raza de Seres Divinos tales, que asombraría al mundo; y, así, prestarían un servicio más allá de todo poder descriptivo verbal. Invocamos la “Magna Presencia YO SOY” a la acción con el Poder Infinito de los Maestros Ascendidos, para bendecir a todas las madres en la Tierra con tanta Luz ilimitada, Amor y Perfección, que inunden ellas el mundo con Su Radiación y lleven a todo individuo a la Plena Perfección de su propia “Magna Presencia YO SOY” mediante el Amor Divino.
La Voz del YO SOY (1935-1936)