La radiación del Rayo Azul | El Morya

Los hombres y las mujeres que indican un interés en conocer la Voluntad de Dios y que se convierten en co-trabajadores para traer el Reino de los Cielos a la Tierra, entran bajo Su guía particular, protección e instrucción. Así como el agua busca su propio nivel, asimismo los estratos de conciencia buscan el sitio y el foco donde yacen sus intereses. Las Guardianas Silenciosas y los Mensajeros de la Hueste Angélica responden el Llamado de esta gente. Oyen la oración susurrada del corazón, la aspiración sincera del alma y llevan a la atención de los Hermanos y Hermanas que pertenecen a este Retiro, la oportunidad que tienen disponible para asistirles en Su Misión Cósmica.

En sus cuerpos sutiles durante las noches, los chelas son atraídos al templo de la Voluntad de Dios (Siempre y cuando se haya hecho la peticiòn). Allí, se sientan a los pies de los Maestros y aprenden las actividades en curso que ocupan a la Hermandad, enseñándoseles cómo pueden cooperar tanto individual como colectivamente con los requerimientos de un momento dado.

No basta con admirar el foco de la gloriosa Llama Azul real y cristal que representa la conciencia combinada de esta Hermandad. El chela debe utilizar el poder magnético de la propia Llama de su corazón y atraerla a su propia mente, cuerpo, mundo y asuntos. Así, él se convierte en un foco para la Voluntad de Dios en su propio ambiente y en un centro irradiante a través del cual la asistencia combinada de la Hermandad en pleno pueda entrar a los asuntos de su nación, estado y comunidad local.

Al amable lector se le exhorta a invocar la Voluntad de Dios a su propia conciencia, mente, cuerpo, ser, mundo y asuntos mediante estas invocaciones, y a dar reconocimiento consciente al magnífico Jerarca, El Morya.

Tomado del libro: Diario del Puente a la Libertad – El Morya