Se les ha hablado una y otra y otra vez acerca de cómo los elementales reflejan como espejo lo que sea que ven, y en Mi templo donde les enseño a los elementales la forma que tiene el primer capullo de la primavera, hemos tenido muchas experiencias donde los benditos elementalitos me reflejarían o reflejarían a uno de los instructores en vez de aprender la Ley de atraer a sí el patrón propiamente dicho de la flor, del arbusto, del árbol o de lo que la cosecha se suponía que fuese.
Sostengo que la humanidad es igualmente un espejo. Ustedes se reflejan unos a otros, reflejan sus asociados, hasta se reflejan a sí mismos desde encarnaciones pasadas; y así será hasta que llegue el día y hora en que tomen la decisión de conscientemente eliminar de su mundo esa aceptación de reflejar la conciencia masiva de ancianidad, desintegración, descomposición, muerte y todas sus ramificaciones; y permitir que el Santo Ser Crístico dentro de ustedes haga—tal cual lo hiciera en Jesús— los susodichos “milagros”. En tanto que no sean auto-luminosos, no serán verdaderamente Libres-en-Dios.
Hay gente Libre-en-Dios que si bien todavía no ha ascendido, son lo suficientemente fuertes como para rehusar reflejar y aceptar los conceptos masivos de sus contemporáneos, y repelen los informes noticiosos (televisados y demás); y estos individuos Libres-en-Dios le dan al bebé de Cristo, la Santa Llama Crística dentro del corazón, LIBERTAD DE ACTUAR. Supongamos que Yo hubiera escogido retrasar el nacimiento propiamente dicho de mi hijo. En aquel momento y lugar no era la experiencia más confortable por la cual pasar. Supongamos que Yo hubiera reflejado los alrededores, la discordia, la risa sarcástica de los taberneros, el humildísimo establo en que ningún hijo de Dios debería haber nacido —supongamos que lo hubiera hecho. Hubiera destruido el Patrón Divino perfecto y plan, y esas maldad también hubiera incidido sobre el bello y perfecto vehículo físico de Jesús. Sin embargo, permití que la marea del movimiento cósmico Me llevara hacia adelante hasta que Él nació — ¡incomparablemente bello!
¿Están ustedes permitiéndole a su Cristo Interno que actúe, o están reteniéndolo tan estrechamente en los confines de su propia inseguridad emocional, de sus conceptos mentales, de sus memorias etéricas y de sus poderes de razonamiento que a DIOS TODOPODEROSO A TRAVÉS DE USTEDES NO SE LE PERMITE NACER HOY EN ESTA HORA CÓSMICA? Consideren esto. Sean hombres o mujeres, son ustedes quienes, mediante el libre albedrío, permiten el “Segundo Nacimiento“, la expansión del Cristo viviente a través de sí. De lo contrario, no harán más que cojear toda la distancia hasta llegar a la tumba, habiendo hecho el bien… ¡más NO LO SUFICIENTE!
Tomado del libro: Diario del Puente a la Libertad – Madre María
Serapis Bey Editores
GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS BENDICIONES CADA VEZ ESTOY MAS CERCA DE LOGRARLO PONGO MI MAS PURO ESFUERZO