Ustedes han sentido la luz y el calor del sol físico en un día de verano, han disfrutado de la fragancia de las flores y del agradable aroma de los alimentos que se están cocinando en la cocina. Todo esto es una manifestación de radiación.
Todo ser humano está constantemente irradiando energía, y la sustancia que emana de sus distintos cuerpos afecta a las personas en todo el planeta. Nuestro propósito es guiar a cada hombre, mujer y niño a un estado donde la radiación de sus cuerpos sea armoniosa, serena y pacífica, de modo que, cuando sus Corrientes de Vida interactúen, estas sean elevadas, equilibradas y enriquecedoras. Es importante recordar que todo lo que emiten en pensamiento, palabra o sentimiento afecta a toda la vida en el planeta: seres humanos, animales, plantas e incluso minerales, ya sea para bien o para mal. Sé que se esforzarán por expandir únicamente aquella radiación que sea tan reconfortante y sanadora como la luz del sol.
Como bien saben, el planeta está atravesando un período muy peligroso y caótico. Si pudiéramos contar con que sus seres externos mantuvieran un grado constante de armonía, podríamos utilizarlos sin límites para liberar a esta hermosa Tierra de las actividades y expresiones destructivas. Desde el corazón de la Presencia de cada uno de ustedes, amados míos, fluye una corriente de Luz electrónica que se ancla en el interior de su corazón físico, donde pulsa una llama, conocida como la “llama triple de Dios”.
Desde esta llama triple en su corazón emana y circula la energía electrónica que da vida a todos sus cuerpos. Esa energía es el Poder de Dios que gobierna el Universo y anima todas las formas vivientes.
Dentro de esa energía que fluye del corazón de su Presencia, reside el Poder de la vida eterna y la única Fuerza sanadora del Universo. A cada segundo, esta Fuerza electrónica circula a través de sus cuerpos con el propósito de sanarlos y liberarlos completamente—no solo a ustedes, sino a toda la humanidad—de toda manifestación de angustia o desequilibrio.
Amados Chelas, al igual que el resto de la humanidad, deben aprender sobre el Poder que reside en su propia vida. Cuando se le permite desarrollarse, este Poder se manifestará en la realización de cada uno de los deseos de su corazón y les permitirá convertirse en expresiones perfectas de la Divinidad.
Electrones – Amado Mahá Chohán, Santo Aeolus