Agosto, 1953
Amado chela:
Gracias por proporcionar este campo de fuerza, que Nosotros estamos usando tan libremente para dirigir las energías del Señor Maitreya, Mi dulce Kuthumi y el Maestro Jesús a través de la conciencia de la humanidad.
Desde un punto de vista completamente mecánico, los programas de radio de ustedes llegan únicamente tan lejos como pueda la onda de la emisora local llevar las vibraciones, dependiendo del campo de fuerza que es el poder detrás de la onda. La misma ley natural controla la dirección de las energías, bendiciones y poderes espirituales desde las Octavas que están sobre el plano terrenal.
Si fuera posible para Nosotros dirigir y expandir Nuestras energías, en un grado ilimitado, a través de la atmósfera de la Tierra, sin la cooperación y asistencia de la humanidad a ser beneficiada, Nosotros hace tiempo que hubiésemos transferido la Octava de los Maestros Ascendidos a la Tierra y a través de la misma, ¡ya habríamos acabado con el tedioso asunto! Sin embargo, la ley natural Nos permite bendecir a la esfera por debajo de la Nuestra, a través de las energías de aquellos que son actualmente parte de esa esfera. La afirmación “Dios necesita un cuerpo” es una verdad espiritual; incluso la venida del Cristo se ha efectuado a través de un cuerpo natural, encarnado, en cada ciclo espiritual.
Tal como he explicado con anterioridad, a Nosotros se nos otorga una cierta cantidad de energía, en un ciclo dado de tiempo, para invertir en la evolución de la raza. Cualquier contribución de energía que Nosotros podamos recibir de entre la raza para añadir a esa reserva, constituye tanto más capital con el que podemos trabajar. La gran Ley Cósmica impersonal exige una compensación por la inversión de energías espirituales en el crecimiento del alma de la humanidad a la que Nosotros nos esforzamos por llegar mediante un empeño específico. Si Nosotros mostramos dicha compensación, casi sin cuestionamiento, la Ley Nos da energías adicionales para promover Nuestra Causa.
Verán entonces, a medida que Nosotros atraemos a unas cuantas corrientes de vida elegidas para convertirse en un campo de fuerza espiritual a través del cual la radiación de los Maestros pueda bendecir a toda la raza, que cuanto mayor sea el poder enfocado a través de ese campo de fuerza, de más largo alcance son los resultados en la transmutación de los centros de pensamiento y sentimiento de la humanidad. Esas energías que ustedes atraen mediante el pensamiento dirigido, la afirmación o el decreto, mediante canciones o contemplación o aspiración, se convierten en los conductores a través de los cuales los discursos de los Maestros llegan a las conciencias de la gente y a través de los cuales la radiación de los Maestros bendice también los cuerpos internos. Recordemos, sin embargo, que hay un momento específico en el que se logra el clímax o ápex de la preparación, el Maestro está listo, y ese es el momento para darle prioridad a Su Presencia. Lo percibirán mientras se sintonizan con el trabajo preparatorio, y no lo dejen pasar, puesto que no es cortés hacia Ellos, ni eficaz para el trabajo en sí. Trabajen hacia el clímax de ustedes, volviendo las energías y la atención hacia la Presentación que se aproxima (la lectura del discurso del Maestro), de modo que las energías mentales y emocionales de los estudiantes estén ya listas a Sus Pies, y en el momento en que Él esté listo, pueda introducirse en el aura creada y energizarla con Su Amor.
Ya no estamos tratando con diletantes espirituales, que buscan entretenimiento o satisfacción para las ansias de los mundos mental o emocional. Estamos tratando con corrientes de vida que están deseosas de convertirse en constructores de puentes, mediante la inversión de sus energías en la preparación del aura a través de la cual los Maestros puedan influenciar y afectar al mayor número posible de gente, Esto puede y debería ser explicado a los estudiantes y ellos deberían desear feliz y alegremente contribuir con sus propias energías individuales en dicha preparación ¡para la llegada del maestro!
Dulcemente, YO SOY
M
Tomado del libro: El primer rayo – El Morya – Recopilado por Thomas Printz
